El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León recomienda a padres y profesores que vigilen posibles síntomas como dolores de cabeza o dificultades en la lectura.
Casi una tercera parte de los fracasos escolares, concretamente un 30 por ciento, se debe a problemas visuales que pueden detectarse y corregirse con una revisión ocular, tal y como se recuerda desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León. El comienzo del curso es, para esta entidad, el momento ideal para que los padres comprueben el estado de la visión de sus hijos, ya que se calcula que entre el cinco y el diez por ciento de los niños en edad preescolar y el 25 por ciento de los escolares tiene problemas visuales como miopía, hipermetropía o estrabismo.
De entre estos, la miopía es el principal y “va en aumento entre los estudiantes” ya que “dedican cada vez más tiempo a actividades en las que se realiza un gran esfuerzo en visión a corta distancia, como la lectura, ver la televisión, trabajar con el ordenador o jugar con la videoconsola”, en palabras del presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, Ignacio J. Ferreira, para quien “nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para realizar una exploración de la función visual, también incluso en el caso de los universitarios”.
Uno de cada diez escolares, apunta también Ferreira, padece ‘ojo vago’, pero “más de la mitad de los padres lo desconoce o no busca tratamiento”. Los niños, continúa el presidente de la entidad castellano y leonesa, “no suelen ser conscientes de sus limitaciones visuales y, por lo tanto, no se quejan”. “Ahí radica la importancia clave de realizar una revisión ocular al menos una vez al año, ya que siempre es mejor detectar los problemas antes de esperar a que aparezcan los síntomas”, apostilla Ferreira.
Desde el Colegio, también se advierte de que en muchos casos, las malas notas o el desinterés de los más pequeños no son consecuencia de su apatía sino de algún defecto visual que les impide seguir el ritmo de las clases, atender la pizarra, leer con rapidez y capacidad de comprensión o estudiar cómodamente. Esos problemas visuales conllevan, de igual manera, una gran cantidad de limitaciones sociales que perjudican el correcto desarrollo, así como la personalidad y el carácter del niño.
En su consulta, el óptico-optometrista no solo se limitará a comprobar la agudeza visual , sino que además evaluará otros aspectos como la salud ocular o la habilidad para seguir las líneas sin perderse, cambiar el enfoque con comodidad o utilizar los dos ojos de manera coordinada durante largos periodos de tiempo.
El Colegio recomienda a padres y profesores que presten especial atención a los síntomas más reveladores de un problema ocular del niño, como el hecho de que evite tareas relacionadas con la visión como hacer los deberes o practicar un deporte; dificultades con la lectura, confusión de letras o palabras, uso del dedo para guiarse entre renglones; fruncimientos anormales de ceño, guiños excesivos o giros de cabeza para mirar de lejos o de cerca; irritación ocular cuando se escribe o se lee; dolores de cabeza; tropezones frecuentes o problemas para calcular distancias, derivados de deficiencias en la sensación de profundidad; o baja compresión lectora.
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León está compuesto por más de 700 colegiados y cuenta con delegaciones en las nueve provincias de la Comunidad. Entre sus principales cometidos destaca el fomento de la salud ocular y el cuidado de la visión a través de la red de profesionales de la región.
Fuente, fotografía y más información: Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León.