Esta muestra forma parte de los actos organizados por el Ayuntamiento de Salamanca para conmemorar el centenario de la muerte del músico y compositor salmantino. Ha sido comisariada por Víctor Sánchez Sánchez y reúne más de un centenar de obras de la propia colección de la Biblioteca Nacional de España y de otras instituciones españolas, como del Ayuntamiento de Salamanca. Se podrá visitar en la Torre de los Anaya hasta el 28 de enero y la entrada es gratuita.
El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y la jefa de Área de Exposiciones y Museo Biblioteca Nacional de España, Lorena Delgado Bellón, han inaugurado miércoles ‘Tomás Bretón, mucho más que la verbena de la Paloma’, una exposición realizada con la colaboración de ambas instituciones con motivo del centenario del fallecimiento del músico salmantino y que ha sido comisariada por Victor Sánchez Sánchez.
La exposición muestra un centenar de obras de la propia colección de la BNE y de otras instituciones españolas, entre ellas del Ayuntamiento de Salamanca, que retratan las múltiples facetas del músico salmantino y dan cuenta de su influencia no sólo en otros géneros musicales, sino también en la literatura, la historia o el teatro de su época.
De las 116 obras originales que participan en la exposición, 75 pertenecen a la BNE y el resto han sido cedidas por el Ayuntamiento de Salamanca, Archivo personal Victor Sánchez Sánchez, Asociación de Escritores y Artistas y el Real Conservatorio Superior de Música.
Se podrá visitar en la Torre de los Anaya hasta el 28 de enero y forma parte de las actividades desarrolladas por el Ayuntamiento de Salamanca con motivo del centenario de la muerte de Tomás Bretón.
Tomás Bretón
El músico Tomás Bretón (1850-1923) es recordado por la composición de La verbena de la Paloma, la zarzuela que ha permanecido en la memoria colectiva desde su estreno, eclipsando la destacable labor de Bretón en favor de la música en España. Figura de gran prestigio, Bretón fue director del Conservatorio de Madrid, académico de Bellas Artes, activo miembro del Ateneo y del Círculo de Bellas Artes. Presente en todos los foros de su época, siempre defendió con pasión la necesidad de dignificar la música, una necesidad cultural que nos igualaría al resto de las naciones de Europa.