A partir de los recuerdos familiares y de las distintas fuentes a nuestro alcance, pretendemos llenar el hueco existente recorriendo la vida de este testigo de excepción de muchos de los acontecimientos que marcaron el fin de un imperio y la llegada del siglo XX a nuestro país.
El reinado de Alfonso XIII constituye una época apasionante de nuestra historia reciente y difícilmente se puede comprender la España actual sin un pormenorizado estudio de aquellas convulsas décadas.
Sobre los protagonistas de estos acontecimientos se ha escrito mucho y con diferentes enfoques. La mayor parte de ellos dejaron escritas memorias y relatos de los acontecimientos que marcaron el devenir de la monarquía y la llegada de la Segunda República. La excepción la constituye el almirante Aznar, último presidente nombrado por Alfonso XIII, y al que correspondió la triste labor de despedir al rey y abrir un paréntesis ocupado por la república, primero, y la dictadura del general Franco, después.
La figura de Aznar ha sido maltratada por muchos historiadores que no estimaron oportuno profundizar en la vida del almirante, quedándose con las anécdotas de un corto período de tiempo que se fueron transmitiendo de libro en libro y tomando consistencia a fuerza de ser repetidas. Sin embargo, Aznar fue fundamentalmente un marino con una brillante carrera, que tuvo la oportunidad de participar en la guerra con Estados Unidos en Cuba y posteriormente, ya al mando de la escuadra, en la guerra de África. Navegó por todos los mares ascendiendo paso a paso en el escalafón, siendo memoria viva de nuestra Marina en una época de transformación de la que él formó parte.
Además, participó de forma activa en la vida política como ministro de Marina en el gobierno del marqués de Alhucemas previo a la dictadura de Primo de Rivera; fue senador y asambleísta; y, casi al final de su vida, fue llamado por el rey Alfonso XIII para encabezar un Gobierno de concentración como figura independiente.
Hombre culto, gran aficionado a la música, dejó su impronta entre compañeros y políticos que reconocieron su ingrata labor en los momentos finales de la monarquía.
A partir de los recuerdos familiares y de las distintas fuentes a nuestro alcance, pretendemos llenar el hueco existente recorriendo la vida de este testigo de excepción de muchos de los acontecimientos que marcaron el fin de un imperio y la llegada del siglo XX a nuestro país.
Datos del libro