Al finalizar la recreación tuvo lugar la concesión del Pendón de Villadangos por el Rey Alfonso VII, hijo de Urraca I, en agradecimiento por la ayuda recibida. Esta es sin duda, la mejor y mas fideligna recreación medieval que se celebra en la Provincia de León
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Un año más la localidad leonesa de Villadangos recreó la conocida como “La Batalla de Villadangos”, que rememora el enfrentamiento armado que tuvo lugar en esta localidad, en septiembre del año 1.111, entre gallegos y leoneses partidarios de Doña Urraca y aragoneses partidarios de Alfonso I El Batallador, que se disputaban la posesión del Reino de León. Este hecho ocurrió no lejos del actual Barrio de la Estación en el lugar conocido como “La Matanza”.
Durante dos días, las calles de la localidad se han llenado de nuevo de puestos de artesanos, espectáculos callejeros y originales atracciones, así como de vecinos y visitantes, caracterizados con trajes y atuendos de la época, que consiguen que, durante estos días, Villadangos del Páramo retroceda a la Edad Media, todo ello en un ambiente de fiesta y entretenimiento. Además hay que destacar que Villandangos es una de las escasas localidades que no esconde ni la bandera ni el escudo del Reino de León, todo lo contario los exhibe con orgullo, presidiendo tanto el palenque -lugar en dónde se desarrolla la recreación- como en los aledaños.
Para ello esta localidad se engalana con gallardetes y banderolas con la bandera de León así como reposteros con las armas de la localidad. Esto es hacer las cosas bien, muy bien, y mostrar con orgullo y sin tapujos el pasado de un Reino, el mas poderoso de la Edad Media.
Los actos comenzaron con la apertura en la mañana del sábado del mercado medieval. Durante todo el día hubo un amplio programa de actividades hasta las 19,45 horas en que tuvo lugar el plato fuerte de estas jornadas: La teatralización y recreación de la batalla de Villadangos, donde las tropas leonesas y gallegas, fieles a la Reina Urraca, encabezadas por el Infante Alfonso Raimúndez y el Obispo Gelmírez se enfrentan al ejército aragonés acaudillado por el Rey Alfonso el Batallador o maltratador en el polideportivo de la localidad
La recreación fue magníficamente ejecutada por las gentes de la Asociación «Caballeros de Ulver» quienes de cuidan de manera minuciosa todos los detalles que permiten cerrar los ojos y trasladarte al medievo leonés, ya que para ello portan trajes muy cuidados y de alta calidad, así como reproducciones fieles de armas y objetos de la vida militar de los soldados de la Edad Media. Nada que ver con las carnavaladas y chabacanerías medievales que asolan durante el verano las localidades de este viejo Reino.
Los «Caballeros de Ulver» son una asociación cultural sin ánimo de lucro fundada en el año 2009, vinculada a la Recreación Histórica en la provincia de León. La temática recreada por esta asociación gira en torno a las diferentes etapas de la Edad Media en España, desde el siglo X al XV, que muestran mediante objetos réplica de los hallados en la península en esta época, contextualizándolos mediante los roles, vestimentas, aptitudes y explicaciones de nuestros integrantes.
Finalizada esta teatralización le siguió la recreación de la Concesión del Pendón de Villadangos de manos del Rey Alfonso VII el Emperador, hijo de la mítica Reina Urraca I.
Tras esta segunda recreación, sobre a las 22,00 horas las tinieblas se apoderaron de la Villa con la llegada de las criaturas de averno y seres escupefuegos y la reunión de Damas y Caballeros en el Crucero de piedra desde donde partió el cortejo de la Villa en un desfile de antorchas. La jornada del sábado finalizó con la ya tradicional cena medieval en el entorno del campamento para lo cual había que participar caracterizado.
El domingo ha continuado el mercado medieval así como el desarrollo de un variado programa de actividades hasta las 20,00 horas que tuvo lugar el Gran Torneo de Caballeros con justas a caballo y duelos a espadas. El programa finalizó a las 22.00 horas con un espectáculo de faquirismo y fuego a cargo de Yaco y un espectáculo de pirotécnia.
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Villadangos recibió su pendón de manos del Rey de León Alfonso VII en la “Batalla de Villadangos”
Al finalizar la recreación tuvo lugar la concesión del Pendón de Villadangos por el hijo de la Reina Urraca I en agradecimiento por la ayuda recibida.
En esta segunda recreación vemos como en señal de agradecimiento Alfonso VII, siendo ya Rey de León, otorga años después a Villadangos su más preciada posesión: El Pendón de la localidad, que los porteadores bailaron magistralmente para disfrute de los espectadores.
La recreación ha cambiado el pasado año de lugar pasando de la plaza mayor a este polideportivo ganndo vistosidad y permitiendo disfrutar a los espectadores con el baile del pendón por parte de los mozos de la villa de una forma magistral.
La batalla de Villadangos
La batalla de Viadangos o Fontedangos (Fonte de Angos, Villadangos del Páramo) se libró en el otoño de 1111 entre las fuerzas de Alfonso I de Aragón y los aliados gallegos de su exesposa, Urraca de León, en Villadangos, a unos veinte kilómetros de la ciudad de León. Alfonso obtuvo una aplastante victoria, pero el hijo de Urraca y coogobernante, Alfonso Raimúndez, escapó.
Poco después de la Batalla de Candespina, donde Alfonso y su aliado, Enrique de Borgoña, conde de Portugal, habían derrotado a las tropas de Urraca el 26 de octubre, la reina trató de separar a Enrique de su alianza con Alfonso.
Se llegó a un acuerdo entre sus representantes, encabezados por Fernando García de Hita, y Enrique en Sepúlveda.
Luego, la reina y su nuevo aliado, se retiraron a Palencia, lejos del ejército de Alfonso, para finalizar una partición del reino que habría dado a Enrique una participación mayor de la que Alfonso le había ofrecido.
La ciudad fortificada de Zamora y el castillo real en Cea, al norte de Sahagún, tanto en León, se ofreció a Enrique la parte superior de sus posesiones portuguesas, al igual que algunos territorios de Castilla.
Enrique parece haber exigido más colaboración a su causa, sin embargo, Urraca pronto entró en negociaciones secretas con su marido; antes de salir dejó órdenes a sus hombres de entregarle Palencia. Las Crónicas Anónimas de Sahagún lo atribuyen a las ambiciones de Teresa, la medio-hermana de Urraca y esposa de Enrique, que codiciaba la realeza y se había unido a su marido en Palencia.
A partir de ahí el trío se dividió: Enrique volvió a Zamora para poseerla, mientras Urraca y Teresa fueron primero a Sahagún antes de que la reina se trasladara a su capital, León.
Alfonso se movió rápidamente para apoderarse de Palencia (según lo acordado con su esposa), mientras Teresa tomo Sahagún, antes de que él se trasladara a León. Probablemente temerosa de la dominación de su marido, Urraca se refugió en las montañas de Galicia, separada de contacto con sus partidarios, que fueron así dejados inconscientes de la nueva situación.
Fue en esta nueva situación que un ejército organizado por los aliados de Urraca, el conde de Traba Pedro Froilaz y el arzobispo Diego Gelmírez, ignorantemente marchó, con el joven hijo de un matrimonio anterior de Urraca, Alfonso Raimúndez.
Es posible que Diego y Pedro tenían la intención de hacer a Alfonso recibir el homenaje de forma conjunta con su madre de los magnates en León. Galicia oriental había estado en manos de Alfonso desde su campaña de 1110, los aliados de Urraca, recapturaron Lugo y, quizás disminuidas sus filas con una guarnición en ese lugar, se trasladaron en el dirección a León.
En Villadangos fueron emboscados por Alfonso y los aragoneses. Según la Historia Compostelana no poseían más de 246 caballeros, mientras que Alfonso tenía 660 caballeros con armaduras y 2.000 soldados de a pie provistos con arcos, espadas, palos y otras armas. Pedro Froilaz fue capturado y los pocos que escaparon del cautiverio se refugiaron en Astorga. Entre los muertos había un tal Fernando, identificado erróneamente en la Historia Compostelana con el mencionado Fernando García de Hita.
Diego, cuando la batalla se estaba convirtiendo en una derrota, tomó al joven Alfonso y huyeron in forti Castello Orzilione (quod Castrum est in Castella), uniendo al niño con su madre. El lugar donde Urraca se alojaba y donde Diego llevó a Alfonso probablemente fuera Orcellón en la diócesis de Orense en un distrito conocido como Castela, no en Castilla, ya que el texto parece decirlo. Después de la entrega de Alfonso a Urraca, Diego volvió a Astorga para recuperar a los heridos y a los demás y guiarlos de regreso a Santiago de Compostela, de donde habían partido.