“Indexar el paisaje” es el título de la exposición que se abrirá al público el próximo domingo 13 de agosto en la sede de la Fundación en Cerezales del Condado. Organizada junto a la Academia de España en Roma reúne la obra de 23 artistas residentes en la Academia que presentan sus diferentes investigaciones en torno al paisaje y su representación. La Fundación Cerezales se suma a la celebración del 150 aniversario de la Academia de España en Roma, que durante 2023 e inicios del próximo año, presenta una variada programación en diferentes puntos de España y del extranjero. En concreto, forma parte de unos de los proyectos conmemorativos titulado “Vivir varios tiempos a la vez. La memoria Compartida de la Academia de España en Roma” que recorre las tres últimas décadas de historia de la institución y se desarrolla en colaboración con diversas instituciones culturales así como de Acción Cultural Española.
“Indexar el paisaje”, comisariada por Suset Sánchez, propone un análisis sistémico del paisaje y lo aborda desde una perspectiva crítica. Dicho análisis resignifica este género como dispositivo político que desempeña un rol esencial en la cultura visual, con capacidad de ejercer o expresar poderes y violencias que han intervenido en la formación de nuestros conocimientos y experiencias del paisaje.
La exposición se estructura en cinco bloques: Prólogo: paisaje, garabatos, lenguaje; Paisaje, historicismo y canon occidental; Paisaje y colonialidad; Paisaje antrópico, tiempo, memoria y Epílogo: paisaje distópico.
En el primero de ellos, “Prólogo: paisaje, garabatos, lenguaje”, a través de la obra de Laura F. Gibellini, realizada en colaboración con su hija de dos años, se abordan las primeras representaciones gráficas, esquemáticas e imaginativas de los paisajes en los dibujos infantiles, de donde emerge un vocabulario de signos y símbolos que traducen experiencias más complejas y heterogéneas de los elementos naturales y arquitectónicos.
En “Paisaje, historicismo y canon occidental” las obras de diferentes artistas nos aproximan con una perspectiva crítica a las primeras construcciones historicistas de géneros pictóricos como la “pintura de jardín” conservada todavía en los frescos de las villas romanas; así como a la evolución de esos primeros códigos de representación en los tratados de pintura renacentistas donde quedaba fijada una comprensión unitaria del espacio en la relación ideal del sujeto con el mundo exterior a través del concepto del “cuadro-ventana”. La alusión de otras obras al Grand Tour, el viaje a Italia que se hizo famoso entre los siglos XVII y XIX como parte de la educación humanista de artistas y escritores, hace referencia a la importancia del canon occidental y la impronta de Roma e Italia como origen de una tradición paisajística que será revisada por el arte moderno.
En “Paisaje y colonialidad” se cuestiona una concepción ideológica del paisaje que alcanza su mayor expresión con el establecimiento de fronteras imperiales trasatlánticas entre los siglos XVI-XVII. La imaginación de ese mundo como totalidad y de las tierras desconocidas adquirió forma en los mapas renacentistas como proyección de un deseo antropocéntrico por dominar la naturaleza. Las primeras imágenes exóticas, racistas y coloniales de Abya Yala o América llegaron a Europa a través de las visiones inverosímiles de los dibujos, pinturas y grabados de artistas viajeros comisionados por las metrópolis; y circularon a través de postales y de la prensa ilustrada de la época.
En el cuarto bloque, “Paisaje antrópico, tiempo, memoria” se adopta como referencia la genealogía de prácticas vinculadas a territorios concretos. Mediante la interacción con dispositivos tecnológicos y archivos científicos los artistas recuperan la memoria de los lugares. Intentan comprender el impacto de la colonización en espacios que muestran las huellas de la violencia de la acción antropogénica sobre el paisaje.
“Epílogo: paisaje distópico” cierra el recorrido de la exposición con una intervención pictórico- instalativa de Rosalía Banet que metaforiza el tiempo de crisis irreversible que vive este planeta, donde se agotan y destruyen los recursos naturales debido a la explotación intensiva de los ecosistemas y al consumo indiscriminado del capitalismo global. Un grito de auxilio de cuerpos y árboles devorados por la catástrofe ecológica
En la muestra participan más de una veintena de artistas de toda España, cuyas obras han sido producidas en el contexto de su estancia de creación e investigación en la Academia de España en Roma. Laura F. Gibellini, Laura Lio Martorelli, Jose Guerrero, Clara Montoya, Jesús Madriñán, Santiago Ydáñez, Miki Leal, Santiago Giralda, Àlex Nogué, Jesús Herrera Martínez, Gabriela Bettini, Anna Talens, Enrique Radigales, Isidro Tascón, Rosell Meseguer, Santiago Morilla, Sonia Navarro, Paula Anta, Jorge Yeregui, Juan Zamora, Àngels Viladomiu, Elena Lavellés, Rosalía Banet.
150 años de historia
La Academia de España en Roma, adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, a lo largo de su siglo y medio de historia, ha acogido a diversas generaciones de artistas e intelectuales españoles y, desde 2001, también iberoamericanos, promoviendo y contribuyendo al desarrollo de sus proyectos y logrando una mayor presencia cultural española en Italia, un mejor entendimiento entre las culturas de ambos países y una mayor vinculación cultural entre Europa e Iberoamérica.
La institución, que cumple 150 años de existencia en 2023, fue fundada en 1873, durante la I República, por Emilio Castelar. La Academia suígió paía daí íespuesta a las inquietudes de aítistas e intelectuales paía los que Roma eía un destino impíescindible duíante el siglo XVII y sobíe todo duíante los siglos XVIII y XIX. Desde entonces, un total de 1050 íesidentes han pasado poí la institución situando a la Academia como un instíumento esencial en la política cultuíal exteíioí