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La cofradía es fundada por la infanta Doña Urraca en 1072, con el fin de que se celebrará diversos cultos por el. Alma de de su hermano el Rey Sancho II, muerto en el cerco de la ciudad, por ello se le reconoce la más antigua de España. En el 1100 fue jurada como Patrona de Zamora.
Ahora será presidida por una mujer a la que no le resulta ajena la responsabilidad por su experiencia en el mundo de la religiosidad popular.
Belén se enfrenta con una gran responsabilidad al reto de dirigir la cofradía. Señala Panero que «entre sus proyectos el más inmediatos es solicitar que sea reconocida la Romería que se desarrolla de Zamora al pueblo de la Hiniesta como BIC, Bien de Interés Cultural de protección especial. Considerando que es patrimonio cultural, con valores transmitidos, de una época a otra, o de una generación a las siguientes».
Los orígenes
Cuenta la leyenda que el rey Sancho el Mayor, en el año 1032, encontró las reliquias del mártir san Antolín y una imagen de la Virgen en las ruinas de una antigua ciudad llamada Pallantia. El monarca ordenó reconstruir la ciudad, levantando sobre los restos visigóticos de un antiguo templo, una nueva catedral, restableciendo la diócesis y nombrando un obispo. El relato continúa describiendo cómo la ciudad de Palencia acude al auxilio de Zamora, atacada por los musulmanes, y, llevando la imagen de la Virgen, envía nuevas tropas que permiten vencer en la batalla. Así, Zamora queda liberada y los palentinos dejan la imagen de Nuestra Señora que es proclamada patrona de la ciudad.
La historia matiza la leyenda. Para continuar la labor de reconquista de los territorios dominados por los musulmanes, era necesario asegurar la frontera del Duero, con ciudades fortificadas desde las que repoblar el territorio reconquistado, organizar la guerra y crear una sociedad que sostuviera el reino.
El rey Fernando I de León con este fin, reconstruyó la ciudad de Zamora en 1055, ordenando que fuera repoblada, acudiendo a su llamada muy diversas gentes. Se tiene constancia de la presencia de grupos repobladores del norte de los reinos cristianos peninsulares, así como de los reinos de Francia. Y posiblemente con ellos llegaría a Zamora la imagen de Ntra. Sra. de San Antolín o su advocación.
Bien es verdad que el culto a la imagen de la Virgen de la Concha podría haber producido también como consecuencia de la reforma cluniacense promovida por Fernando I o fruto de las nuevas repoblaciones llevadas a cabo por Raimundo de Borgoña.
La gran epopeya local es el cerco que la ciudad resiste ante las tropas del rey Sancho II en el año 1072. La división de los reinos tras la muerte de Fernando I, desemboca en una guerra civil que finalizada con la muerte de Sancho ante las murallas de Zamora y la proclamación de Alfonso VI como nuevo rey de León. La infanta doña Urraca habría fundado pocos días después la cofradía con la finalidad de que ésta celebrase anualmente un aniversario en el humilladero que marcaba el lugar en que había fallecido su hermano.
Será en este marco histórico en el cual se desarrolla los orígenes de la devoción a Nuestra Señora de San Antolín y la fundación de la cofradía. Como testimonio de aquella época, se mantiene estación ante la Cruz del rey don Sancho durante la romería de La Hiniesta, vestigio popular e histórico de la fuerte vinculación entre los orígenes de la ciudad y la cofradía.
La Cofradía
Aunque se desconoce el origen de la cofradía, una tradición local señala que fue fundada en torno a 1072 por la infanta Urraca, en desagravio por la muerte de su hermano el rey Sancho durante el cerco de Zamora. La cofradía, creada en torno a la primitiva imagen de Ntra. Sra. de San Antolín, celebraría un aniversario en el lugar donde había muerto el rey señalado con un humilladero.
Nada podemos afirmar a favor o en contra de esta tradición que la cofradía recoge y asume como propia en los estatutos de 1860, si bien creemos que a lo largo de la edad media la hermandad estaría suficientemente consolidada como para acompañar a la Virgen de la Hiniesta en esa legendaria primera romería de 1291.
La primera regulación documentada de la corporación son los estatutos aprobados en 1503 que probablemente fueron elaborados en la segunda mitad del siglo XV. En estas ordenanzas la corporación se intitula como Cofradía de Señora Sancta María e del Apóstol Señor Santiago, pues la primitiva de la Virgen se habría fusionado unos años antes con la hermandad de Santiago apóstol asumiendo sus cultos y aniversarios.
La cofradía estaba fundada por clérigos (hasta un máximo de ocho) y legos (hasta un máximo de sesenta hermanos) y celebraba su fiesta principal el Lunes de Pentecostés.
A pesar de que se documenta una pequeña reforma estatutaria en 1767 (en la que el número de hermanos se reduce a dieciocho), el cambio más drástico se produce en torno a 1816 con la creación de la llamada Cofradía Chica (por oposición a la Cofradía matriz que desde ese momento se conocería como Cofradía Grande). Los miembros de la “chica” eran diecisiete y eran los encargados de portar las andas de la imagen durante la romería a La Hiniesta, disfrutando de la mitad de los derechos fúnebres que sus hermanos de la “grande”.
Estos cambios se normalizan en la reforma estatutaria de 1860, que responde a la actualización de la corporación tras las desamortizaciones. En este momento el número de cofrades se amplia a veinticuatro, con cuatro supernumerarios (aspirantes) a los que había que sumar los hermanos de la Chica.
En 1861 la corporación se fusiona con la Cofradía del Santísimo de San Antolín, pasándose a llamar Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín, titulada de la Concha, y Santísimo de la misma iglesia, y celebraba su fiesta sacramental el día del Dulce Nombre de María. En 1938 se reforman de nuevo unos estatutos que serán aprobados definitivamente en 1942 y en la que se amplia el número de supernumerarios a ocho.
En los comienzos de década de los 70 se desarrolla un proceso de modernización de la cofradía. En los nuevos estatutos aprobados en 1970 desaparece la Cofradía Chica y el número de hermanos se amplía a 100. En 1978 se produce una nueva reforma estatutaria que crea la Sección de Señoras, dependiente de la cofradía general, aunque con órganos directivos y mayordomía propias. Dos años más tarde, en 1980, se actualizan de nuevo los estatutos desapareciendo la Sección de Señoras, pasando a ser una cofradía mixta.
La última reforma de estatutos se produjo en 2010 con motivo de la adaptación a los cánones prescritos por el Obispado de Zamora y recogidos en el Estatuto Marco para las Cofradías. Actualmente la cofradía se ha embarcado en un proceso de cuidado de la liturgia y de creación de una bolsa de caridad que dé testimonio de su compromiso cristiano con los más necesitados.
La Romería de la Hiniesta
La romería Virgen de la Concha en Zamora, llamada también Romería de La Hiniesta, se celebra cada año el lunes de Pentecostés. En este día miles de zamoranos, fieles y cofrades trasladan a la Virgen de la Concha al cercano pueblo de La Hiniesta a 7 kilómetros de la capital zamora para ver a “su prima”, la Virgen de la Hiniesta.
La tradición señala como origen de la romería el hecho del traslado de la Virgen de la Hiniesta, tras su hallazgo milagroso, hasta la ciudad de Zamora mientras se producía la construcción de su templo, siendo depositada en la iglesia de San Antolín junto a la Virgen de la Concha, germen de la histórica vinculación entre ambas imágenes.
La primera descripción extensa de la romería data de 1495, año en que se producen unos graves incidentes al llegar de regreso a Zamora. En aquellos momentos era ya multitudinaria, y a ella asistía el ayuntamiento al menos al regreso a la ciudad pues se señala la presencia de «los regidores caballeros».