Con este acto se pone punto final a los actos del 875 aniversario de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro.
Fotografía: Hermenegildo López
Fotografía: Gustavo Vega
Fotografía: Gustavo Vega
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A las 12,30 horas del 25 de julio -día de Santiago- Patrón del Reino de León, fue tremolado el Glorioso e Invicto Pendón, de San Isidoro o también llamado de Baeza, que tiene desde tiempo inmemorial honores de Capitán General de los Ejércitos de España, en el adarve de la muralla romana, junto a la torre del gallo, por parte del Abad de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, Gonzalo F. González Cayón, del Alcalde de la ciudad, José Antonio Díez, y del Abad de la Real Colegiata de San Isidoro, Luis García Gutiérrez, ante la presencia de autoridades y miembros del Cabildo Isidoriano, quedando expuesto el mismo para la contemplación de los leoneses hasta las 14,00 horas.
Sobraba el Presidente de las Cortes de Castilla y León. Una Cofradía que hunde sus raíces en la historia de León desde la toma de Baeza, que es pura esencia del Reino de León y que rinde homenaje a los Reyes de León que defendieron este Reino de las continuas agresiones castellanas, invitan al representante de una institución que contribuye a la manipulación histórica de este Reino y al desmantelamiento de la identidad leonesa. En tal caso tendría que ser al Presidente del Congreso o de Senado como instituciones legislativas sucesoras de las Curia Regia Leonesas de 1.188.
Fotografía: Gustavo Vega
Dicho esto, tras este acto a las 13,30 horas tenía lugar en Real Basílica de San Isidoro la Solemne Celebración Eucarística presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Ángel Sainz Meneses, Arzobispo de Sevilla. Al finalizar la misma se le hizo entrega del nombramiento como Ilmo. Caballero Cofrade de Honor de la Imperial Orden del Pendón de San Isidoro, a D. José Angel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla.
Con este acto se pone punto final a los actos del 875 aniversario de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro y cuyos actos conmemorativos comenzaron bajo mandato del anterior abad, Hermenegildo Lópezquie tremoló el Pendón en el inicio del 875 aniversario.
Recordar que el primer acto de esta institución, en la ciudad de León, tuvo lugar ya en la iglesia palatina, el 17 de febrero de 1148, ante los restos del Santo Isidoro, conocido como “el mas santo de los sabios y el mas sabio de los santos”, y con la presencia del Pendón que lleva su nombre.
Desde entonces y en estos 875 años esta Orden ha tenido épocas de mayor y menor esplendor, pero nunca ha llegado a desaparecer dado que siempre ha tenido dos miembros natos, el Rey como Gran Maestre y el Abad del Cabildo de San Isidoro como Juez Conservador Perpetuo.
Por lo tanto son 875 años de actividad de mayor o menor intensidad, pero siempre activos.
El Pendón de San Isidoro o de Baeza
Este pendón es un emblema vexilológico que muestra a Isidoro de Sevilla como caballero guerrero, reflejando una leyenda consolidada a finales del siglo XIII sobre la toma de Baeza en una batalla que habría ayudado a ganar el santo letrado en 1147.
Fotografía: Martínezld
En el verano de 1147, cuando las tropas de Alfonso VII avanzaban hacia Almería, se vieron frenadas por la resistencia musulmana en la ciudad de Baeza.
El ejército leonés preparó un cerco militar en torno a la ciudad con el fin de conquistarla, pero la resistencia musulmana desbarató las expectativas del rey Alfonso VII el Emperador, hasta el punto de que las huestes leonesas consideraron levantar el cerco a la ciudad.
En ese momento, cuenta la leyenda que Isidoro se le apareció esa misma noche en sueños y le exhortó a “tener fe en la victoria”, y de esta forma el Emperador acabó entrando triunfante en Baeza el 25 de julio, día de Santiago.
El propio Emperador reunió a los Obispos, nobles y caballeros constituyendo, en este mismo momento, esta Confraternitas entorno al Pendón de San Isidoro, también conocido popularmente como Pendón de Baeza. Mandó bordar en el propio campo de batalla, a las mujeres de la nobleza, un Pendón de tafetán en el que aparece bordada por ambas caras la efigie del Santo Isidoro a caballo, revestido de pontifical, por su condición de Arzobispo, portando la Santa Cruz y una espada.
