También ayer en este mismo acto tuvo lugar la presentación de la camiseta “Urraca Rex”
Este miércoles el Salón de de actos del Ayuntamiento de León fue testigo de la presentación del libro “Erase una vez, un Reino… Señorío de Mujeres” con motivo de la Feria del Libro de León.
Se trata de la tercera edición del libro “Erase una vez, un Reino… Señorío de Mujeres”, obra una vez más, del infatigable colaborador de este diario Hermenegildo López González, que debido al éxito que tuvieron las dos ediciones precedentes que se repartieron de forma gratuita con motivo del día internacional de la mujer en las localidades de León y Villadangos se realiza esta tercera edición para su venta en librerías.
En la presentación, el autor estuvo acompañando por Patricia María Merino “Tsuky” ilustradora del libro así como del Director de Enredando.info quien hizo las veces de presentador.
El libro ha sido prologado por quien fuera Director General del Libro en el Gobierno de Zapatero, Rogelio Blanco Martínez y con epílogo de Marta Redondo Álvarez, profesora de literatura. En cuanto a las ilustraciones han salido de la joven Patricia María Merino “Tsuky”, ayer presente en la presentación al igual que del Director de Enredando.info, Luis-D. Martínez y responsable de las fotografías del libro.
De esta tercera edición se ha hecho una tirada de 100 ejemplares que prácticamente se han agotado entre la feria y el acto de presentación. Se ha pretendido hacer una edición más cuidada, con más dibujos de las Reinas Leonesas realizadas por “Tsuky” y con un nuevo formato -más grande- con respecto a las dos ediciones anteriores
También ayer en este mismo acto tuvo lugar la presentación de la camiseta “Urraca Rex”, que supone el inicio de una nueva línea de productos textiles por parte de enredando.info y que también pudo adquirirse en esta presentación al precio de 8 euros o conjuntamente con el libro ´Señorío de mujeres” por 25 euros el pack.
La camiseta que prácticamente se agotó ayer en la presentación se podrá adquirir a través del email administracionypublicidad@enredando.info ya que se ha procedido a encargar una nueva impresión.
Finalizada la presentación el autor procedió a firmar ejemplares de su libro tanto en el propio salón de actos del Ayuntamiento de León como en la caseta habilitada para ello en la Feria del Libro. El libro se vende al precio de 22 euros, aunque estos días se ofrece con el descuento de feria a 20 euros.
.
La presentación de Hermenegildo
En primer lugar, y como es de rigor, quisiera darles las gracias por estar hoy aquí, arropando este proyecto y siendo testigos de la puesta de largo de este libro que hemos querido titular, Reino de León, Señorío de mujeres.
Cierto es que ya hemos llevado a cabo otras dos presentaciones en los alrededores del día de la mujer, el 8 de marzo, día que coincide con la muerte de nuestra Urraca I, pero, precisamente por la acogida que tuvieron aquellos primeros 400 libros de edición no venal, que fueron adquiridos por los ayuntamientos de León y Villadangos,esta constatación y la insistencia de algunos amigos, todo ello nos llevó a acometer esta nueva edición mejorada y aumentada, como se suele decir.
En ella mantenemos el prólogo de una de las más importantes figuras de la intelectualidad leonesa, Rogelio Blanco, y descubrimos para el gran público una importante diseñadora leonesa, Patricia María, mi sobrina de adopción, y a quien se dejó embarcar para terminar la obra con un estupendo epílogo, Marta Redondo, estupenda escritora y profesora de lengua española.
Y ahora, permítanme una breve reflexión sobre la propia filosofía de la publicación; el por qué nos hemos embarcado en este proyecto pues ya era hora de que la historia de León se abordara desde el lado femenino y no simplemente como una colección de nombres de reyes con alguna leve mención a la persona que le acompañaba en aquel momento, pero que no parecía tener más importancia que la de darle hijos.
Ya no estamos ante la idea tópica de una mujer melancólica, de largas trenzas, encerrada en una torre esperando que llegue el caballero que la rescate. La historiografía nos presenta, cada vez con mayor precisión y hasta intensidad, mujeres que fueron dueñas de sus destinos, algunas como Juana de Arco, o Leonor de Aquitania han trascendido los límites de sus países y se han convertido en mitos, pero otras se nos han ido descubriendo al hilo de los días y ya nadie pone en duda la importancia de mujeres como la reina polaca Jadwiga que consiguió la unidad de su país o la alemana Hildegarda de Bingen, santa abadesa benedictina, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, etc., a la que se califica como la más grande de los sabios de la Edad Media… o, sin salir de nuestro entorno, la reina Toda de Pamplona que consiguió casar a sus hijos y nietos con todas las casas reales de la Península o, más cerca aún, nuestra Urraca I, a la que se considera como la primera reina titular de Europa, sin menospreciar a su abuela Sancha I de León, de la que también nos ocupamos, y a la que dedicamos una larga reflexión en la revista de la Federación de Asociaciones vecinales Rey Ordoño de León.
Quizá la situación y la visión de la mujer recluida en el hogar debe ser atribuida más bien a la visión de los siglos XVII y siguientes, especialmente desde la reforma protestante de Calvino cuando se popularizó la idea de que la mujer debe permanecer en el hogar, aquello de “en casa y con la pata quebrada”, lo que venía a significar que la mujer estaba condenada a la obediencia y sumisión al marido en lo que se ha venido denominando las sociedades matriarcales. Y esto por referirnos, únicamente, a nuestro entorno occidental; en algunas otras sociedades, la situación no ha evolucionado gran cosa.
No fue así, sin embargo, en los límites del reino de León y lo demuestra la trayectoria de nuestras mujeres desde el comienzo de la historia de estas tierras; los historiadores griegos y romanos que describen la conquista de esta zona se sorprenden de que las mujeres luchan, por ejemplo, al lado de los hombres a los que, estos mismos historiadores llegan a acusar, por ello, de cobardes. Ellas son las que han venido manteniendo, la cultura que denominamos tradicional, sino la unidad de las familias. Quizá estemos también en este caso ante la influencia de aquella casa circular, la palloza y la vida que se llevaba a cabo en ella, en la que la gente se mira de frente y se considera con derecho a opinar y a contradecir, sin necesidad de incomodar, las opiniones de otro. Este tipo de relaciones favorecen, por lo tanto, el dialogo y la franca discusión, además de costumbres ya ancestrales, como lo que conocemos como el filandón y otros modos de entender la relación con los demás que siguen sorprendiendo a los que no son conocedores de nuestro pasado y hasta de nuestro ser y ejercer de leoneses.
Es más, desde que el Reino de León pudo trasladar a la ley escrita esas costumbres que se habían convertido en tradición casi sagrada, las mujeres fueron consideradas como personas, con los mismos derechos y deberes que los hombres, si bien tenían otras obligaciones que suplían, en algunas ocasiones, lo que no podían hacer los hombres, que era traer nuevos hijos al mundo. Así se explican, por ejemplo, las conquistas que recoge el Fuero de León de 1017 en el que se determina que las mujeres pueden heredar y son sujetos iguales para la justicia, al mismo nivel que los hombres. Cuando, por ejemplo, su marido se encuentra en la guerra, ni el mismo rey podría obligarlas a trabajar para él ni para otro.
El hogar se convierte,así, en inviolable (“mi casa es mi castillo”) y eso también es el testimonio de que la dueña del mismo, la mujer, es un ser de la mayor importancia y trascendencia. Eso mismo se recogerá más adelante en los Decreta de Alfonso el Legislador el año 1188 y siguientes, puesto que no hubo solo unas Cortes sino, al menos 4, tanto en León como en otros lugares del Reino. Recordemos, asimismo, que la transmisión de los derechos de herencia eran a través de la mujer, y ello lo constatamos desde el mismo momento de la llegada al trono de los hijos de Pelayo, Fabila, aquel a quien, según la tradición mató un oso, y su hermana Ermesinda que casa con Alfonso, el duque de Cantabria, al que convierte de ese modo en el primer Alfonso, un nombre que hará historia en el reino de los astures y posteriormente en el de León y de España, por extensión, hasta convertirse en el más utilizado.
Por eso les debíamos a estas nuestras reinas e infantas esta reflexión, esta aproximación a las vidasaquellas mujeres del que fue, al menos durante más de tres siglos, el reino más importante de la Península, que emparentó, gracias a ellas y por ellas, con las diferentes casas reales de casi toda Europa. Esa ha sido nuestra intención, y poder descubrir que no solo había una o dos urracas, que hemos tenido varias Elviras, que también en León hubo Berenguelas, que asimismo nuestros reyes casaron con princesas de reinos tan extraños y lejanos como Polonia, etc.
Y como no quisiera robarles más tiempo, no me queda más que decir que sigo públicamente agradeciendo su presencia, la colaboración de los nombrados Rogelio Blanco, Marta Redondo, Patricia María Merino, Ana Álvarez de la editorial Péndula y la persistencia y la perseverancia cazurra del director del periódico Enredando y de la asociación juvenil Enróllate que me convenció para asumir estos retos de una colección,“Erase una vez un reino” que, con este, ya va por su segundo libro pero que tiene la voluntad de seguir; quizás en otoño les sorprendamos con una nueva entrega. Tanto en lo que refiere a las fechas importantes del Reino, como de sus personajes masculinos y naturalmente femeninos queda aún mucho por decir.
Muchas gracias.