La discriminación sobre las mujeres con discapacidad se convierte en una barrera social extra. La realidad de las mujeres con discapacidad requiere un análisis profundo por parte de las administraciones. En la sociedad en la que vivimos, el hecho de tener discapacidad y ser mujer agrava la feminización de la pobreza.
Cada 8 de marzo reivindicamos y conmemoramos todas las luchas que unen a millones de mujeres en el mundo. Unidas y fuertes contra el sistema que nos viene impuesto, reivindicando justicia y feminismo para todas y todos.
Debemos continuar hasta acabar con las injusticias sistemáticas que obstaculizan el pleno desarrollo y ahondan en las condiciones discriminatorias que afectan a todas las mujeres. La brecha salarial y de las pensiones, el techo de cristal, la precarización laboral, la sobrecarga del trabajo de cuidados, las dificultades de conciliación y la ausencia de corresponsabilidad, entre otras, que todavía son de actualidad.
Este 8 de marzo además de los aspectos comunes, desde ALANTRE queremos poner sobre la mesa la discriminación de las mujeres con discapacidad que se convierte en una barrera social. Hablar de mujer con discapacidad es hablar de otras características como edad avanzada, la precarización de asistencia sanitaria y vivir en un entorno rural. Esto requiere un análisis profundo por parte de las administraciones para dar una mejor respuesta a esta realidad y generar políticas sociales más efectivas y concretas. En un País como el nuestro, eminentemente rural, es más prioritario aún una acción decidida por parte de las administraciones.
En la sociedad en la que vivimos, el hecho de tener discapacidad y ser mujer conlleva a esa feminización de la pobreza. La misma que en los últimos años se ha agravado con los efectos de la crisis; agudizando la dificultad a la hora de acceder al mercado de trabajo y su estabilidad en el empleo, un sistema educativo realmente inclusivo, una adecuada accesibilidad de los espacios públicos, unos derechos sexuales y reproductivos que no se encuentren comprometidos y la mayor indefensión en cuanto a la violencia machista.
Por visibilizar a las invisibles, las que aún resistimos, las que queremos una sociedad mejor, este 8 de marzo, nuestro primer 8M como organización, damos un paso adelante.
Concejo Feminista Alantre.