El Gobierno de Aragón ha invertido alrededor de 72.000 euros, financiados con fondos Next Generation EU. Durante los 4 meses de trabajos el claustro se ha mantenido abierto al público.
La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha invertido cerca de 72.000 euros en los trabajos de restauración de las arquerías del claustro de San Juan de la Peña, que acaban de finalizar tras cuatro meses de intervención. De esta manera, el Ejecutivo autonómico reafirma su apuesta por la recuperación de los panteones reales de Aragón, en torno a los cuales se quiere crear un itinerario turístico para ponerlos en valor.
La intervención, que ha sido supervisada por los técnicos la dirección general, se ha centrado en la recuperación y conservación del conjunto pétreo; recuperación en cuanto a retirada de materiales superpuestos que perjudicaban, ocultaban o desfiguraban la superficie de las arquerías, y conservación en cuanto al restablecimiento de las características físicas idóneas de los materiales mediante la utilización de técnicas y tratamientos que han proporcionado la consolidación, adhesión y fijación necesaria para asegurar su permanencia en el futuro, cumpliendo los requerimientos de reversibilidad, discernibilidad, compatibilidad y estabilidad.
Una vez instalados los medios auxiliares necesarios, los trabajos comenzaron con la eliminación mecánica de los rejuntados de cemento, la eliminación puntual de sales solubles, la desbiotización, la limpieza superficial de toda la superficie pétrea y la repetición de los ensayos y pruebas de limpieza y consolidación experimentadas en la fase de proyecto. También se extrajeron diversas muestras para poder ser analizadas.
La consolidación, tras los correspondientes ensayos, se realizó con agua de cal y la limpieza, siempre muy puntual y controlada, se realizó con tecnología láser.
Todo esto se completó con una importante y delicada labor de sellado de bordes de lagunas, escamas y desplacaciones en grave peligro de desprendimiento, y de relleno de juntas, fisuras y grietas, con la finalidad de evitar en lo posible la entrada de agua, bien por capilaridad o bien por condensación al núcleo de la piedra.
La protección superior de la arquería en madera se desmontó y se procedió a su restauración que, en resumen, consistió en la limpieza, desinsectación, consolidación, aplicación de injertos, protección final y posterior montaje en su ubicación original, corrigiendo la deformación que posibilitaba la entrada de agua en algunos puntos del soporte pétreo.
La actuación en el conjunto de la arquería se completó con la intervención puntual de limpieza y consolidación de cuatro capiteles conservados en el museo y procedentes del propio claustro.
Todas estas actuaciones han llevado aparejada una importante labor de documentación, así como diversos estudios de materiales y pruebas, que servirán para mantener y conservar este bien propiedad del Gobierno de Aragón. Además, también se han realizado un póster y un vídeo con imágenes de todo el proceso de intervención.
Las actuaciones se han financiado con fondos europeos Next Generation EU, procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, en cuyo Proyecto de Actuaciones de Conservación, Restauración y Puesta en Valor del Patrimonio Cultural se enmarcan.
Debido precisamente a su ubicación al aire libre y, por tanto, a su exposición a las condiciones meteorológicas de la zona y al envejecimiento natural del soporte pétreo, el claustro presentaba un estado de conservación desigual (la galería norte es la más deteriorada) y estaba expuesto a un deterioro lento, pero activo.
En 2019, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ya intervino de emergencia en dieciocho capiteles de este monasterio, Bien de Interés Cultural (antiguo Monumento Nacional desde 1889). Previamente, había experimentado dos importantes restauraciones durante el siglo XX (una en 1934 y otra en 1999).
Monasterio de San Juan de la Peña
San Juan de la Peña es uno de los monasterios más emblemáticos de Aragón, construido en fases sucesivas a partir de un núcleo prerrománico de comienzos del siglo X, que pudo servir como refugio de eremitas o para acoger a una pequeña comunidad monástica. De esa época se conserva la llamada iglesia baja, excavada en la roca y decorada con pinturas murales románicas. Ya del siglo XI, momento de esplendor del cenobio tras pasar a depender de la Orden Cluniacense, parecen ser la ampliación de las naves de la iglesia inferior, así como la construcción de la denominada sala de los concilios y la necrópolis real, donde se enterraron algunos de los primeros monarcas aragoneses.
Este monumento, cuyos muros se han considerado por la tradición como testigo de los orígenes del Reino de Aragón, fue parada habitual de la vía francesa del Camino de Santiago y lugar de leyendas, entre las que destaca la que vincula este ámbito con el Santo Grial.
En concreto el claustro, debido a su gran interés histórico-artístico, ha sido uno de los espacios más estudiados del monasterio y objeto de numerosas publicaciones y de un intenso debate historiográfico. La opción más admitida actualmente es que se ejecutó una primera fase a principios del siglo XII, obra de un maestro o taller no identificado, que sería el autor de los capiteles con representaciones vegetales entrelazadas y de animales fantásticos afrontados. Y una segunda fase de finales del siglo XII (o incluso principios del siglo XIII), que correspondería al denominado Maestro de Agüero o de San Juan de la Peña, de cuyo taller saldrían los capiteles caracterizados por la presencia de expresivas figuras con los ojos almendrados y abultados y ropajes con pliegues muy marcados a través de grandes incisiones concéntricas. Además, en estos capiteles existen una serie de temas y detalles iconográficos que se repiten en la prolífica obra de este taller, extendida por la parte occidental de la provincia de Huesca, las Cinco Villas zaragozanas e incluso Navarra, que definen su personalidad artística.
Se trata de un claustro románico de planta rectangular con unas dimensiones aproximadas de 16 x 10 m de lado, que actualmente solo conserva en pie las arquerías de dos de sus frentes (el norte y el oeste), mientras que las otras dos arquerías desparecieron casi en su totalidad tras el mencionado incendio, siendo ahora el lugar en el que se ubican algunos capiteles, fustes y basas recuperados y colocados de manera arbitraria.
Panteones reales
Las actuaciones en San Juan de la Peña se enmarcan en la política de apoyo que el Gobierno de Aragón está llevando a cabo para la recuperación de los panteones reales de la Comunidad Autónoma, en torno a los cuales se quiere crear un itinerario de carácter turístico que ponga en valor estos enclaves patrimoniales.
En este sentido, el Gobierno de Aragón están realizando un gran esfuerzo económico para recuperar este patrimonio. Desde el año 2016, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha invertido en los panteones reales dos millones de euros, que ascenderán hasta los 4,9 millones de euros cuando acabe la legislatura y se sumen las actuaciones que se están realizando en Sijena, San Juan de la Peña, y San Victorián, así como los importantes trabajos realizados en San Pedro el Viejo.
A ellos viene a sumarse los 1,2 millones de euros que el Ministerio de Cultura destinará a la consolidación y rehabilitación del castillo de Montearagón.