El alcalde de León, José Antonio Diez, ha inaugurado este jueves el conjunto escultórico junto a la Junta Mayor de Semana Santa, el artista Juan Antonio Cuenca, la concejala de Acción y Promoción Cultural, Evelia Fernández y el obispo de Luis Ángel de las Heras.
El alcalde de León, José Antonio Diez, ha inaugurado en la mañana de ayer jueves, en el parque de Correos, el conjunto escultórico ‘Los sillares de una pasión’ de Juan Antonio Cuenca, profesor del Centro de Artes y Oficios de León, que sirve de homenaje de la ciudad a la Semana Santa de León. “Muestra todo el significado de la pasión leonesa, todos sus símbolos y referentes”, ha puntualizado el alcalde. La inauguración ha contado con la presencia de la Junta Mayor de Semana Santa, el artista Juan Antonio Cuenca, la concejala de Acción y Promoción Cultural, Evelia Fernández y el obispo de León, Luis Ángel de las Heras.
José Antonio Diez ha recordado que desde hace dos años desde el Ayuntamiento se planteó regalar a los papones y las paponas de León“ una escultura que representara el orgullo de la ciudad por el trabajo que realizan en la continuidad de un legado esencial para nuestra ciudad como es la Semana Santa”.
360 horas de trabajo en dos años y medio
El conjunto escultórico está construido en piedra artificial esta obra ha supuesto más de 360 horas de trabajo en dos años y medio, a cargo del profesor del Centro de los oficios que es su diseñador, promotor y maestro, y 13 alumnos del centro que han pasado por un taller específico que se puso en marcha para su construcción.
El alcalde también ha explicado que el lugar de su ubicación, elegido por la Junta Mayor de Semana Santa junto al autor, simboliza el paso de las cofradías más antiguas de la ciudad cada Semana Santa.
Características
La escultura tiene unas dimensiones de 3,45 metros de altura y 1,90 por 1,27 en la base, recogiendo tres figuras, tres papones unidos por la tradición histórica y el sentimiento de apego a la Semana Santa. Las tres personas que idealizan la familia con el fin reflejar el carácter de la herencia de la tradición de esta pasión cofrade que va pasando de generación en generación.
La escultura representa a una mujer y a un hombre que porta una horqueta y que a su vez da de la mano a un niño observador y expectante que porta una cruz de hierro. Estas figuras, que llevan una mezcla de vestimentas para representar a todas las cofradías, caminan hacia delante sobre un primer bloque en pendiente ascendente que representa la evolución del paso del tiempo.
Finalmente, José Antonio Diez ha agradecido al autor y al Centro de los Oficios por su colaboración y a José Valle por la ayuda en el montaje de las figuras y en el traslado desde su taller.