Historia, patrimonio y naturaleza se fusionan con mágica precisión en una de las comarcas más singulares de la provincia de León. Dejando atrás los chapuzones veraniegos y rumbo a la estación de la melancolía, el Bierzo irrumpe en el horizonte viajero como un destino de lo más tentador para la primera escapada otoñal. Para empezar, un emocional viaje de retorno al pasado en Ponferrada, su capital administrativa, para admirar su Castillo Templario, la Torre del Reloj, la Basílica de la Virgen de la Encina (su patrona) o museos como La Fábrica de Luz. Y por los alrededores del municipio, una joya rural como Peñalba de Santiago, con su ruta a la Cueva de San Genadio, o un cautivador monasterio: San Pedro de Montes. Y como mística guinda natural, el Valle del Silencio, donde el tiempo se detiene y el viajero halla la paz y el sosiego. Puro embrujo otoñal…
Septiembre es el mes ideal para una escapada al Bierzo. Y no solo porque del 2 al 11 Ponferrada celebra las Fiestas de la Encina su santa Patrona (con especial protagonismo el jueves 8, día grande de las fiestas, del grupo gallego Tanxugueiras). Más allá de estos festejos, la capital administrativa comarcal cautiva al viajero por el entramado de callejuelas de su casco antiguo, en la parte alta, presidido por el majestuoso Castillo de los Templarios (siglos XI –XV). Brujuleando por ese casco histórico es de obligada visita la Basílica de la Encina (siglo XVI), templo renacentista cuyo Retablo Mayor está presidido por la Virgen de La Encina –‘La Morenica’– patrona del Bierzo. Según la leyenda, su talla fue traída de Tierra Santa por Santo Toribio, obispo de Astorga, y escondida para preservarla de los musulmanes.
También renacentistas son la Torre del Reloj (siglo XVI), ubicada en una de las cinco puertas de la muralla medieval (única que se conserva), sobre el Arco de las Eras; y la Real Cárcel, que hoy es sede del Museo del Bierzo. De estilo barroco es la Casa Consistorial (siglo XVII), flanqueada por dos torres, así como diversos edificios históricos –Casa de los Escudos (que acoge actualmente el Museo de la Radio Luis del Olmo), Casa de los Macías– o Las Cuadras, edificio anexo a la muralla del Castillo.
El notable patrimonio de Ponferrada se complementa con sus museos. Además del citado Museo del Bierzo cabe destacar el Museo del Ferrocarril (con una colección de locomotoras que se exhibe en la lonja y el edificio de la vieja Estación, activa hasta 1980), el Museo de las Cofradías y, muy especialmente, La Fábrica de Luz. Se trata de un Museo de la Energía ubicado en la antigua central térmica de la Minero Siderurgia de Ponferrada (MSP), cuyo recorrido permite comprobar cómo se producía la electricidad a partir del carbón a principio del pasado siglo.
De Ponferrada… al Valle del Silencio
A solo 20km de la capital administrativa del Bierzo se alza el Monasterio de San Pedro de Montes, en la localidad de Montes de Valdueza. Fundado en el siglo VII, fue reformado en el siglo IX y reconstruido entre los siglos XII y XIII, alcanzando su máximo esplendor con la llegada de los monjes benedictinos.
Su visita supone un completo recorrido por distintos estilos y épocas; del prerrománico de algunos capiteles al románico de la torre, los restos del claustro y la fachada de la iglesia, del siglo XVIII.
Este monasterio comparte protagonismo y cercanía en la llamada Tebaida Berciana con Peñalba de Santiago, villa perteneciente a la selecta Asociación de los ‘Pueblos más bonitos de España’ y declarado en 1969 ‘Paraje Pintoresco’ por su especial ubicación: circunvalado por los Montes Aquilanos.
Un puro ejemplo de arquitectura berciana que casi parece un decorado medieval. En su conjunto Histórico-Artístico destaca la iglesia de Santiago de Peñalba (siglo X), de estilo mozárabe, declarada en 1931 Bien de Interés Cultural (BIC). Muy cerca del pueblo un agradable paseo, en ruta circular muy bien señalizada de 4,5 km, nos lleva hasta la Cueva de San Genadio, donde buscaba retiro el Santo, siendo obispo de Astorga. En ella destacan los restos de pintura mural decorativa del interior.
Esta cueva está en una pared rocosa levantada en vertical sobre la entrada al Valle del Silencio. Ubicado a los pies del Pico Tuerto y la Aquiana, en los montes Aquilanos, muy cerca de la Tebaida Berciana, es el lugar ideal para la desconexión y el reencuentro con uno mismo. Entre los susurros del viento y el murmullo de las hojas, el tiempo se detiene.
La naturaleza se abre paso en el espacio y el silencio reina en este rincón mágico de la provincia de León.
Un paisaje que enmudece a quien se deja tentar por él… y que permite admirar el lado leonés más salvaje. El lugar donde perderse… en una escapada otoñal inolvidable.