El Abad y el Alcalde de León tremolaron el Pendón de Baeza para conmemorar el 875 aniversario de la fundación de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro

El llamado Pendón de Baeza ostenta los honores de Capitán General como Enseña Histórica Nacional de España, la segunda mas antigua, después del Pendón de Clavijo (siglo IX) que se conserva en el Ayuntamiento de Astorga (León). También cuelgan del Pendón la Medalla de Oro de la ciudad de Baeza, lugar de la fundación, la Medalla de Oro de la ciudad imperial y urbe regia de León y la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Villadangos (León), donde se desarrolló en 1111 la batalla del mismo nombre, donde Alfonso VII, siendo niño, fue salvado milagrosamente de morir por su madre la Reina Urraca I, ante las tropas de su padrastro y marido respectivamente, Alfonso I, el Batallador de Aragón.

.

Con la significativa ausencia de S.M el Rey Felipe VI, que ostenta el título de abad honorario de la Muy Ilustre, Real e Imperial Orden y  Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro dieron comienzo ayer en el adarve de la muralla leonesa, los actos para celebrar sus  875 años de existencia.

A las 12,00 horas fue enarbolado el Glorioso e Invicto Pendón en el adarve de la muralla romana, junto a la torre del gallo, por parte del Abad Hermenegildo López y del Alcalde de la ciudad, José Antonio Díez, ante la presencia de autoridades y miembros del Cabildo Isidoriano, quedando expuesto el mismo para la contemplación de los leoneses hasta las 14,00 horas

Tras primeramente tremolarlo y posteriormente enarbolado, dio comienzo a las 12,30 horas la presentación del sello y matasellos de Correos conmemorativo de este aniversario en el claustro de la Hospedería de San Isidoro

Posteriormente se ha inaugurado exposición filatélica “ San Isidoro y los Reyes de León y España».

Ya en horario de tarde a partir de las 20,30 horas tuvo lugar la Solemne misa conmemorativa, presidida por el Obispo de León, Luis Ángel de las Heras Berzal y del Abad de la Real Colegiata de San Isidoro Francisco Rodríguez Llamazares con la presencia de autoridades civiles y militares, entre las que destacaban la del Alcalde de León, José Antonio Díez y la del Subdelegado de Gobierno, Faustino Sánchez Samartino.

A la misma los miembros de la Cofradía asistieron como es preceptivo, a pesar el intenso calor reinante en esta jornada del vigésimoquinto día del mes de julio, con traje oscuro, corbata y zapatos negros los caballeros; y vestido o traje negro y zapatos negros las damas además del hábito, medalla y guantes,

Al finalizar la ceremonia, el Obispo de León hizo entrega al Abad de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de la Bendición Apostólica que Su Santidad el Papa Francisco I ha otorgado con motivo del 875 aniversario.

Finalizada la misa tuvo lugar la foto de familia en el altar mayor de San Isidoro para posteriormente degustar un cóctel.

En este acto se procedió a entregar las correspondientes acreditaciones a los miembros del Comité de Honor, presidido por el ausente Felipe VI, que han aceptado su cargo, poniendo en sus manos el pergamino con su nombramiento.

Los orígenes

En el año del Señor de 1.147, el Emperador leonés Alfonso VII, el único coronado en Hispania, preparó una gran cruzada para conquistar la ciudad de Almería a los musulmanes, junto con nobles franceses y el apoyo de los genoveses y sicilianos, para acabar con la piratería que reinaba en el Mediterráneo, desde el puerto almeriense.

Camino de Almería y después de cruzar Despeñaperros, llegó a la ciudad de Baeza, en la actual provincia de Jaén, conocida como Nido de Gavilanes, y estando en manos musulmanas, la sitió para tomarla, con parte de su ejército, dirigiéndose el grueso hacia Almería.

Al recibir los árabes un fuerte apoyo del reino de Córdoba, el Emperador se encontró en inferioridad e invoco al Patrón, el Santo Isidoro, y según relata el cronista Lucas de Tuy se le apareció en sueños, por la noche, a caballo y revestido de pontifical y le expresó que tuviera fe en la victoria.

Esta llegó al día siguiente, el 25 de julio de 1147 y Baeza pasó de nuevo a estar en manos de los cristianos.

El Emperador en honor al Santo, convocó por su única iniciativa a los Obispos, los Nobles y los Caballeros e instituyó en ese mismo momento la Imperial Orden de San Isidoro, ordenando bordar el Milagroso Pendón a las damas de la corte, que le acompañaban en su séquito. Continuado su camino, el posterior mes de octubre tomó también la ciudad de Almería para los católicos.

El primer acto de esta institución, en la ciudad de León, tuvo lugar ya en la iglesia palatina, el 17 de febrero de 1148, ante los restos del Santo Isidoro, conocido como “el mas santo de los sabios y el mas sabio de los santos”, y con la presencia del Pendón que lleva su nombre.

Desde entonces y en estos 875 años esta Orden ha tenido épocas de mayor y menor esplendor, pero nunca ha llegado a desaparecer dado que siempre ha tenido dos miembros natos, el Rey como Gran Maestre y el Abad del Cabildo de San Isidoro como Juez Conservador Perpetuo.

Por lo tanto son 875 años de actividad de mayor o menor intensidad, pero siempre activos.

 

Texto del Abad de la Cofradía en la entrega de las acreditaciones.

Bienvenidos, Gracias por estar aquí y especialmente agradezco la presencia de los que han llegado de muy lejos y también a los que se incorporan, quizá sorprendidos, por primera vez, a alguna de nuestras actividades.

Comisionado por mis hermanos del Cabildo, me cabe el honor de dirigirles/dirigiros unas “Breves” palabras; así me lo han recordado, pensando que desconozco el significado del adjetivo.

Un par de ideas, sin embargo; cierto es que estamos en un momento especialmente festivo; no se cumplen 875 años todos los días y muy pocas instituciones pueden exhibir nuestro pedigrí. Pero, precisamente por ello, por recordar aquel momento en el que, tras la intervención de nuestro Protector Isidoro, se conquista Baeza y se toma el acuerdo de crear una confradería de Caballeros, en el mismo campo de batalla, creo que debemos también dirigir nuestra reflexión hacia esos momentos en los que la Transcendencia estaba mucho más presente en la vida de los humanos.

¿Cómo explicar si no, que, a pesar de tantas derrotas (algunas tan dolorosas como la de Uclés en la que perdió la vida el joven Sancho, heredero de Alfonso VI), tanta sangre derramada por los campos de la Hispania de aquel tiempo, nuestros antepasados intentaran ir siempre un paso más allá o ganar un metro más de tierra en la recuperación de la patria hispano-goda? ¿Creen, creéis que solo podemos invocar aquí también la proverbial cazurrería leonesa? Dejadme que hable más de confianza e incluso de fe que, si no conseguía mover montañas, sí hacía presente la visión de un santo en una batalla o incluso conseguía parar el día para terminar otra.

Y eso lo hicieron nuestros antepasados leoneses, sí, más que ningunos otros, puesto que consiguieron modelar España, en mucho, incluso en sus fronteras interiores, como la conocemos hoy en día.

En el momento de los hechos que rememoramos, el Reino de León llegaba desde el mar más occidental hasta Almería, y desde prácticamente el Golfo de Vizcaya hasta el río Mondego, en Coimbra. ¿Quién dice más?

Dejadme que recuerde, entonces, no solo a aquellos caballeros que se conjuraron con el Emperador para fundar esta Confradería, que hoy celebra con gozo y con tan buenos amigos esta efeméride, sino también dejadme recordar, repito, a todos losleonesines de a pie que, dejándolo todo, se arriesgaban a dejar incluso la vida en lugares de los que apenas habían oído hablar. ¡Cuánta sangre derramada, cuántas vidas sacrificadas en aras de un ideal, de unos valores y de un credo!

Pero me estoy excediendo y ya mis compañeros de Cabildo me echan alguna que otra mirada, entre la sorpresa y el reproche. Pero como soy el abad, haré lo que me dicta la conciencia… o quién sabe si el propio san Isidoro.

Quiero también traer al recuerdo (breve, sí) a algunos personajes y momentos de especial relevancia para nosotros. Me saltaré, entonces, toda la Edad Media, la antigüedad del Invicto Pendón (eso para una conferencia) y hasta la edad Moderna. Solo quisiera recordar con admiración y gratitud a D. Antonio Viñayo, cuyo centenario celebramos, al Obispo Luis Almarcha Hernández, el cual, para mí tengo, que, aconsejado por el propio D. Antonio, relanzó esta centenaria cofradía, venida a menos, en 1946. También agradecimiento sincero a los caballeros que, desde el grupo de Tradiciones leonesas tomaron el testigo y a todos los que han dejado lo mejor deellos mismos en bien de nuestros objetivos fundacionales y de nuestros estatutos.

Y un enorme agradecimiento para los que han, habéis aceptado figurar en el Comité de Honor que, como sabemos, encabeza nuestro rey Felipe VI. Gracias muy sinceras y aceptad este pequeño obsequio que no es más que un recuerdo de nuestra gratitud y vuestra generosidad.

Gracias también al comité operativo que se ha reunido en incontables ocasiones y que ha puesto y sigue poniendo a punto una serie de actos que, creemos y esperamos, serán acordes con lo que celebramos.