Con nuestra tierra, contra la incompetencia de la Junta en su política contra los incendios. Los territorios de la antigua región leonesa, los únicos de España a los que se les denegó la autonomía y quedaron administrados, de modo prácticamente colonial desde la región vecina, no sólo son los primeros de España en despoblación y hundimiento económico, sino que están siendo también los más afectados por los incendios y la desastrosa política en materia forestal desarrollada por la Junta.
Fotografía: Facebook UPL Zamora
No se sabe si es incapacidad, incompetencia o una malévola acción encaminada a esquilmar los campos para dejarlos libre de gentes y ganados y disponibles para otro tipo de explotaciones. Terreno esquilmado, desierto, para negocio presente y futuro de unos pocos.
Se cerraron las comunicaciones (ferrocarril Vía de la Plata) , se cierran las explotaciones agroganaderas, se cerraron las minas… Sin población se cierran también los montes y tras los incendios se repueblan de pinares; negocio momentáneo para unos pocos y seguridad de que los montes seguirán quemándose, dadas las características de la repoblación…
En los núcleos rurales se tiene la certeza de que hay una responsabilidad gravísima compartida. Hay una grave responsabilidad de la Junta que administra el territorio, por su incompetencia; pero también del propio Estado por permitir que muera toda una región histórica, a la que se ha castigado impidiéndole el autogobierno.
Y hay una responsabilidad gravísima en los propios cargos públicos electos que permanecen impasibles ante este desmán medioambiental, económico y social de dimensiones históricas.
Quienes viven en los territorios de Salamanca, Zamora y León, saben que cada año llega este escándalo, ante el que solo cabe la decepción, porque el drama tampoco trasciende a los medios de alcance estatal, entre otras cosas porque las corresponsalías están sólo en las cabeceras autonómicas, y que en lugar de fomentar la difusión de la realidad de las provincias, divulgan casi únicamente los mensajes de la “corte gubernamental”.
Quienes viven en estos territorios tienen la sospecha de que los desastres no son sólo fruto de la incompetencia, sino que son provocados e intencionados; un escándalo que se repite anualmente.
Quienes viven en el territorio afirman que se ha creado una gran «industria del fuego», que se nutre con dinero público, basada sobre todo en su extinción, aunque también en la repoblación y en otras “acciones correctoras”.
Quienes viven en el territorio dicen que la administración parece ser cómplice, ya que, año tras año, en vez de destapar y neutralizar a las organizaciones que incendian, nutre de millones a la «extinción» y la repoblación con políticas que a la postre se revelan desastrosas y faltas de racionalidad.
Es cierto que los incendios no pueden dejar de existir, pero hay que enfrentar el problema generando empleo rural, combatiendo el problema desde los pueblos, no desde despachos con aire acondicionado, donde parecen estar ajenos al dolor por la pérdida del ecosistema y a los cuerpos calcinados en los montes.
También causa preocupación en los núcleos agrarios la siembra indiscriminada y agresiva de eólicos y parques solares sin una planificación racional y organizada de los mismos.
Ante esta compleja situación, el colectivo de Amigos de los Decreta declara su apoyo a las movilizaciones contra el desastre de gestión de la Junta, como las convocadas en la provincia de Zamora para denunciar lo ocurrido en la Sierra de la Culebra o la programada para este sábado el Ponferrada, manifestación que deben servir para denunciar las incompetencias, los pingües negocios de la política del fuego y la penosa gestión medioambiental.
