El Museo del Bierzo celebra durante 2022, el 25 aniversario de su creación. El museo municipal, el primer museo creado en Ponferrada fue inaugurado oficialmente el 14 de julio de 1997, la misma fecha en la que casualmente, años después, en 2011, sería inaugurado el museo más joven de la ciudad, el Museo de la Energía, Ene-Térmica. Durante el próximo mes de agosto, los martes y los jueves tendrán lugar cuenta cuentos y representaciones teatrales sobre las piezas más relevantes o simbólicas de la colección interpretadas por la compañía Fabularia Teatro dirigidas al público infantil. En su patio exterior destaca la hermosa higuera del siglo XVIII catalogada como Árbol Monumental de Ponferrada.
El Museo del Bierzo, titularidad del Ayuntamiento de Ponferrada, nació hace 25 años haciendo realidad un deseo largamente deseado por corporaciones y ciudadanos durante décadas. Supuso la creación de un museo de referencia sobre la historia de la ciudad y de la Comarca del Bierzo, para la conservación, investigación y exposición de obras y piezas que, en su mayoría, permanecían inéditas para el conocimiento de ciudadanos y visitantes.
Aparte de la gran complejidad que supusieron las obras de intervención en el entonces arruinado edificio carcelario (La Real Cárcel del siglo XVI), que fue rehabilitado para centro museístico bajo proyecto de los arquitectos Eloy Algorri y Andrés Lozano, las principales dificultades fueron la creación y conservación de una colección estable de carácter fundacional. Una colección de la que carecía el nuevo museo previamente a su nacimiento. No se partía de una colección preexistente que transmutaba a museo, sino que el principal reto era precisamente el de conformar una colección fundacional sólida, estable y coherente.
Los trabajos se organizaron a través de un plan museológico sobre el que se vertebró la naturaleza, objetivos, actividades y funcionamiento de la institución. Reto y dificultades que fueron superadas por el eficaz trabajo de Jesús Álvarez Courel, primer director de los Museos del Ayuntamiento de Ponferrada, con la colaboración de instituciones como el Museo de León que constituyó diversos depósitos de material arqueológico y los particulares que, generosamente, cedieron, mediante donaciones y depósitos, piezas y objetos que forman y enriquecen el museo para disfrute de ciudadanos y visitantes.
Inaugurado el 14 de julio de 1997, el Museo del Bierzo se integró en el Sistema de Museos de Castilla y León en 2005 y como centro museístico, aunque aún de corta existencia para lo habitual en una institución de esta naturaleza, ha recibido más de 600.000 visitantes desde su apertura. Sus salas y patios han acogido más de un centenar de exposiciones temporales de diversos artistas, temáticas y técnicas, siendo escenario de relevantes exposiciones, eventos y numerosos actos culturales y sociales.
Un museo que con sus actividades y con fidelidad a sus nobles fines “de institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su ambiente con fines de estudio, educación y recreo” (definición de museo según el Consejo Internacional de Museos) contribuye de manera continuada a la difusión de la cultura con la publicación de estudios e investigaciones, la conservación de una notable biblioteca de temática local e histórica, la edición de catálogos de exposiciones de artistas bercianos, la realización de actividades didácticas o el aumento de la colección a través de la incorporación de nuevas piezas, así como la restauración y difusión de obras relevantes de su colección.
Un museo en el corazón del casco histórico.
El museo, situado en el corazón del casco histórico de la ciudad, muy próximo al paso del Camino de Santiago, junto a la plaza del Ayuntamiento y en la típica calle del Reloj, es uno de los edificios más notables y, sus dos patios, el exterior con pozo y una hermosa higuera del siglo XVIII son dos de los rincones más apacibles y evocadores.
El edificio fue originalmente construido como presidio y sala de Ayuntamiento de la villa a mediados del siglo XVI con una estructura propia de la arquitectura civil renacentista. Iniciado hacia 1560 por la mano de los maestros transmeranos Toribio de Vozilla, Alonso del Calero y Juan de la Tijera fue rematado cuatro después por el navarro Juan Sánchez de Navia. Con calabozos, pósito, capilla, viviendas del corregidor y alcaide, sala consistorial y otras dependencias, el edificio sufrió continuas reformas y ampliaciones hasta su reedificación en el siglo XIX a partir de las trazas del notable arquitecto y académico de San Fernando, Diego de Ochoa, a partir de las que se relevantó la fachada con cinco balcones rematados por un frontón central del siglo XVI que luce las armas de Felipe II. Durante el siglo XX la distribución del edificio fue reformada en diversas ocasiones hasta la clausura de la cárcel en 1968, alojando posteriormente distintos usos municipales y languideciendo hacia la ruina.
Discurso expositivo y Colección.
El discurso expositivo del museo se inicia con las salas dedicadas a la Prehistoria, a la importante cultura castreña del Bierzo, a la época romana y a la explotación aurífera de Las Médulas, ocupando la primera planta del museo situada sobre la cripta para exposiciones temporales. En la antesala del patio, se encuentra un espacio dedicado al legado del gran fotógrafo Amalio Fernández García. En la segunda planta, que permite realizar un recorrido desde la Edad Media hasta el siglo XIX se encuentran las piezas procedentes de las excavaciones arqueológicas realizadas durante los últimos años en el Castillo de los Templarios, esculturas, platería religiosa, numismática, pintura, joyería e indumentaria tradicional, cartografía, una importante armería, dioramas, maquinarias de relojes y otras numerosas piezas y objetos artísticos que permiten construir el relato histórico de Ponferrada y de la Comarca.
La colección arqueológica ha permitido diseñar un discurso claro y completo, que permite al visitante conocer los aspectos más importantes de la historia más antigua de la comarca y los yacimientos y lugares más significativos. Destacan las hachas pulimentadas y los materiales prehistóricos procedentes del conjunto de la Cueva de las Tres Ventanas (Corullón), piezas procedentes de las excavaciones del Castro de Chano, otras de la colección depositada por el Dr. Mañanes Pérez, así como depósitos de particulares y, principalmente, piezas depositadas por el Museo de León. Del mismo museo proceden también la mayoría de piezas expuestas halladas en yacimientos bercianos y un significativo conjunto de numismática romana, época que se completa con tres bellas aras votivas con interesantes inscripciones.
De entre las piezas medievales, destacan las procedentes de las excavaciones en el Castillo de los Templarios, capiteles monacales o la escultura gótica del Cristo de Villanueva de Valdueza, localidad de la que también proceden otras piezas de orfebrería entre las que sobresale su importante Cruz Parroquial, de los siglos XIV y XV, una de las obras más relevantes de su tipología en la platería de la diócesis de Astorga y que ha formado parte de importantes exposiciones artísticas. Es una de las piezas de la colección, como la Cruz de Villadepalos, que salen del Museo del Bierzo ocasionalmente para su uso en solemnidades y celebraciones litúrgicas en sus lugares de origen, ejemplo de la pertinencia de este tipo de depósitos en instituciones museísticas, cuya conservación queda así garantizada, siendo compatible con los usos, ritos y costumbres primigenios para los que fue concebida la obra originalmente.
Indumentaria tradicional, joyería popular, amuletos y alhajas, la industria del lino y el hermoso telar procedente de Magaz de Abajo, magníficamente restaurado de su estado de ruina gracias al trabajo de la artesana textil Mari Paz Nistal, de Castrillo de los Polvazares.
De las obras pictóricas del Museo del Bierzo destaca la curiosa “Rogativa por la extinción de un incendio” procedente de la Basílica de La Encina y atribuida al pintor cordobés del siglo XVII Juan de Peñalosa y Sandoval, testimonio “fotográfico” de la sociedad ponferradina de aquel siglo, representando la imploración del pueblo a la Virgen de la Encina como intercesora frente a los incendios.
Del siglo XIX, destaca la decena de obras del pintor Primitivo Álvarez Armesto, el principal pintor en el panorama artístico de León en aquel siglo; obras titularidad del Ayuntamiento de Ponferrada, en su mayoría recientemente donadas por la Familia Ucieda Gavilanes. Destacan también los retratos decimonónicos de los prohombres Isidro Rueda y Diego Antonio González o el lienzo originalmente procedente del Hospital de La Reina que representa a Isabel la Católica, obra de 1861 del pintor Fausto Sancho copiando la original del gran Luis de Madrazo y Kuntz expuesta en el Museo del Prado.
Ponferrada, ciudad de museos.
A la creación del Museo del Bierzo le siguieron, también a iniciativa municipal, las del Museo del Ferrocarril (1999) y la del Museo de la Radio “Luis del Olmo” (2003), conformando una singular y atractiva oferta museística y cultural que culminaría con la ejecución del Plan Director de rehabilitación del Castillo de los Templarios. Cuatro centros museísticos y culturales de carácter estable y permanente gestionados exclusivamente por el Ayuntamiento de Ponferrada, dotados de recursos técnicos, medios de seguridad y conservación, que han tomado como sede edificios emblemáticos de la arquitectura civil, militar e industrial de la ciudad, favoreciendo su rehabilitación, conservación, uso y aprecio al patrimonio cultural, social y económico de Ponferrada y de la Comarca del Bierzo. Dignos museos al servicio del público, que deben ser referencia para propios y para visitantes siendo cualquier ocasión propicia para visitarlos, conocerlos y sentirlos.
Memoria y Museo
Memoria y Museo, Javier García Bueso, Técnico de Patrimonio, director de Museos desde 2008. “De Cárcel Real de Ponferrada durante cuatro siglos a Museo del Bierzo desde hace 25 años. De antiguo y triste presidio a noble institución museística. Evocaciones para una arqueología de sentimientos que, como cartas ocultas con mensajes cifrados, perviven entre las piedras de sus muros. Conservados entre luces de patio de columnas, ecos de pozo, sombra de higuera, toques de la campana del reloj de la torre y miradas, siempre curiosas y deseosas de saber y sentir, de visitantes, viajeros y peregrinos. Memorias que se hacen presentes en las grafilas de las monedas romanas, en los perfiles de antepasados personajes asomados al fondo de los cuadros; en los seres fantásticos esculpidos en capiteles milenarios. Memorias reflejadas en los brillos de las cruces de la orfebrería berciana, en las huellas dejadas por manos fatigadas sobre las lanzaderas de los telares o sobre los filos gastados de las hachas prehistóricas. Fósiles, aras, fíbulas, tégulas, lápidas, vasijas, mosquetones, navetas, relicarios, retratos, mapas, libros, fotografías, esculturas, inscripciones, un arca de las tres llaves… hallazgos arqueológicos… objetos y obras de arte que, a través de su conservación y exposición con criterios museísticos, nos transmiten conocimiento, memoria y valor sobre nuestra historia. Testimonios esenciales para reconocernos, para sentir y profundizar en la interpretación del pasado y del presente intentando forjar un futuro mejor”.