La Fundación Santa María la Real acogió el pasado fin de semana la XXIII edición de Las Claves del Románico, que este año se centran en el mundo de los vestigios sacros de época medieval. Siete reconocidos expertos abordaron asuntos como la invención y adquisición de reliquias, el traslado de los restos, los estuches que las contuvieron o el espacio destinado para su exhibición. Se han esasos estudiados concretos como la Cámara Santa de Oviedo, las reliquias de Roda de Isábena, la Colegiata de San Isidoro de León o el robo de reliquias por parte de Diego Gelmírez. Para facilitar la asistencia del mayor número posible de alumnos, se ha programado una segunda convocatoria con idénticos de contenidos, que se celebrará del 22 al 24 de julio.
La sede de la Fundación Santa María la Real en Aguilar de Campoo acogió el pasado fin de semana la XIII edición del curso Las Claves del Románico, que cuenta con alrededor de cuarenta participantes, entre su modalidad presencial y online. Bajo el título Románico y reliquias. Arte, devoción y fetichismo, el curso ha explicado el culto a los santos vestigios, una de las formas de religiosidad popular con más arraigo durante la Edad Media.
“No hubo monasterio, catedral o santuario que no custodiara algún vestigio sacro de estas características y que no se preocupara por su acopio, traslado y dignificación del lugar donde eran veneradas o del recipiente que las contenía”, ha explicado durante la inauguración de la actividad Pedro Luis Huerta, coordinador de cursos de la Fundación Santa María la Real.
A lo largo del pasado fin de semana, siete reconocidos expertos han explicado cómo reyes, nobles, obispos y monjes se afanaron por conseguir “tan preciado tesoro”, que no solo les garantizaba el sustento económico para la institución que patrocinaban, sino también una intermediación entre el hombre y lo sagrado. También hubo tiempo para hablar de la variedad de reliquias, que era “infinita” y de su poder taumatúrgico o salvífico.
En definitiva, se ha hecho un análisis exhaustivo de este fenómeno en un triple nivel: histórico, artístico y religioso, abordando asuntos como la invención y adquisición de reliquias, el traslado de los restos, los estuches que las contuvieron y el espacio destinado para su exhibición, entre otros. Además, se estudiaron casos concretos en nuestro país, como la Cámara Santa de Oviedo, las reliquias de Roda de Isábena, la Colegiata de San Isidoro de León o el robo de reliquias por parte de Diego Gelmírez, obispo de Santiago.
El reino de León, en busca de vestigios sacros
El curso ha comenzado con la ponencia “En busca de vestigios sacros. Embajadas, viajes y traslados de reliquias al Reino de León”, ofrecida por de Margarita Torres, profesora de la Universidad de León. Torres ha explicado como León, a lo largo del siglo XI, potencia sus tesoros o incrementa su colección de santos restos para mostrar su preeminente posición en la lucha contra el Al-Andalus.
A continuación, el investigador Miguel C. Vivancos, abordó “Las reliquias en los monasterios hispanos medievales: un acercamiento a través de las fuentes escritas” e Isidro Bango Torviso, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, ha hablado sobre “Las reliquias. Un escenario para su culto en la arquitectura hispana hasta 1200”.
El sábado, Ana Cabrera, investigadora de Turespaña, ofreció una interesante ponencia titulada ‘De tumbas, tesoros y colecciones: el caso de los tejidos medievales como reliquias medievales’ y José Alberto Moráis, de la Universidad de León, hablará sobre la ‘Revelación e invisibilidad de las reliquias en tiempos del románico’.
Recipientes islámicos como reliquias
Ya el domingo, cerraron las jornadas Noelia Silva y Francisco de Asís García, de las universidades Complutense y Autónoma de Madrid, respectivamente. La primera ha ofrecido la ponencia ‘De objetos de lujo a contenedores de reliquias. Recipientes islámicos en contextos cristianos’, mientras que el segundo hablará de ‘Reliquias e imágenes. La figuración monumental del santo en su escenario de culto’.
Como viene siendo habitual en este tipo de cursos, tras las ponencias hubo un espacio para el coloquio. Además, para comprobar y poner en práctica lo aprendido, los participantes han realizado una excursión, así como la visita al propio Monasterio de Santa María la Real. Quienes no hayan podido participar en esta edición, tendrán una segunda oportunidad, con idénticos contenidos, del 22 al 24 de julio, que se desarrollará de forma presencial en el refectorio del monasterio aguilarense.