Puebla de Sanabria es una de las más antiguas localidades zamoranas, documentada por primera vez en el año 509, a raíz, de unas actas del concilio de Lugo, aunque la cita como muy bien señalan no pocos autores pudiera referirse a la totalidad de la comarca sanabresa, no sólo a la villa de Puebla.
De todas formas, ya en el siglo X si existía una «urbe Senabrie» como centro organizativo de su territorio circundante. Es posible que ya entonces existiera algún tipo de fortificación en la puebla, llevada a cabo por los reyes leoneses en su avance hacia el sur, aunque la falta total de datos y vestigios históricos y arqueológicos que lo confirmen, hace que esto sólo sean meras especulaciones.
Llegado el siglo XII, desde 1132 al menos, la villa ya contaba con el castillo plenomedieval antes referido, documentado a través de sus tenentes, una larga lista aportada por Gómez Moreno que se iniciaba en ese año de 1132 con el conde Ponce Fernandizi y su hermano Xemeno; en 1150 ostentará ese cargo Roderico Petri señor de «Senabria et de Carvaleda»; de 1158 a 1161 Ponce de Cabrera y Rodrigo Pérez de Sanabria serán los tenentes de la fortaleza; en 1164 lo será Fernando Ponce; en 1171 «mandante Senabrie comité Poncius et comitissa María Fernándiz»; y por fin en 1188 se cita a «Fernandus Aldefonsus tenes Senabria».
Ya a finales del siglo, en 1195, Alfonso IX organiza las funciones políticas, económicas, jurídicas y militares de Puebla de Sanabria como bastión de la frontera leonesa frente a Portugal. Es entonces cuando ese monarca hace de la villa una de sus pueblas, concediéndole fuero en 1220, reedificando y mejorando además su castillo y sus defensas muradas. De entonces data la innovadora planta de aquel castillo, cuadrangular, típico de la época, pero defendido en sus ángulos por cubos circulares, modelo, que como muy bien señala Gutiérrez González, no se utilizaría de forma habitual en estos reinos hasta la Baja Edad Media.
Avanzado ya el siglo XIII, la importancia económica y político-militar de Puebla de Sanabria se mantiene, refrendando su fuero en 1273 el entonces rey Alfonso X. En el siglo XIV, esta villa es propiedad de Juan Alfonso de Alburquerque, quien delega todos sus derechos de usufructo a su esposa, lo que desemboca en la donación que de la villa hace en la segunda mitad de siglo Pedro I en favor del conde Fernando de Castro. Posteriormente el mismo monarca la donará a Men Rodríguez de Sanabria.
Tras las disputas al trono entabladas entre este rey y su hermano Enrique, Puebla de Sanabria será dada por Juan I en gratitud por los servicios prestados a su padre a los Losada, familia noble local, en la persona de Alvar Vázquez de Losada, junto a su alfoz y a la Carballeda, todo ello en forma de mayorazgo.
En 1451, tras la guerra civil coetánea de Juan II, Doña Mayor de Porras, madre y tutora de Marina de Losada, vende a Alonso de Pimentel, tercer conde de Benavente, la mitad de Puebla de Sanabria y toda su tierra, tomando entonces aquel posesión de la fortaleza. En ese año de 1451 y en 1476, las dos líneas principales de los Losada desaparecerán, subsistiendo únicamente la rama de los señores de Rionegro, lo que beneficiará a los Pimentel, que adquirieron la otra mitad de Puebla tras el reinado de Enrique IV.
En 1465 el príncipe don Alfonso, hermano de Enrique IV; da a Rodrigo de Pimentel la mitad de la Puebla de Sanabria propiedad hasta entonces de Diego de Losada, aunque al morir Don Alfonso, aquella cesión se suspendió hasta 1479, año en que los Reyes Católicos. la hacen viable en manos del cuarto conde de Benavente, el referido Rodrigo Alonso de Pimentel. Firmada la paz con Portugal, los Reyes Católicos devuelven a los Losada su mitad de la villa. Por todo ello, y como única solución, el citado conde de Benavente compra esa propiedad a doña Leonor de Melgar, viuda de don Diego de Losada a cambio de toda su hacienda en el lugar Montamarta en 1489.
El actual castillo de Puebla de Sanabria, levantado sobre las ruinas de la fortaleza plenomedieval, se comenzó a edificar a mediados del siglo XV, bajo el mandato del IV Conde de Benavente don Rodrigo Alonso de Pimentel, según se refleja en su testamento. Las obras se interrumpieron durante varias décadas, debido sobre todo a las continuas controversias ya reseñadas sobre la propiedad de la villa. Una vez resuelto este litigio, el cuarto conde de los Pimentel reanuda en 1480 las obras de levantamiento del castillo.
Éstas se prolongarían hasta 1510, ya con Alonso de Pimentel como quinto conde de Benavente, casado con Ana de Herrera y Velasco, quienes «durante nuestro matrimonio abemos labrado, reedificado, de nuevo y mexorado en casas fuertes e llanas». Recién terminadas las obras principales de este castillo-palacio, en 1506, se alojará en él doña Juana conocida como la Loca, y su marido don Felipe.
El Castillo de Puebla de Sanabria participó de manera principal y directa en las guerras de Portugal que tuvieron lugar durante el siglo XVII, sufriendo durante ellas un deterioro considerable. En 1647, el maestre de Campo que se instaló en la fortaleza la señaló como arruinada. Por aquellos mismos años fueron reedificadas y mejoradas las murallas de la villa, constando ya en 1642 la Puebla de Sanabria como fortificada.
En 1710, ya con el castillo y sus murallas notablemente deterioradas, la villa es tomada por los portugueses, que la conservan hasta 1716, año en que es recuperada por los ejércitos españoles. Una vez acabada la guerra con Portugal, el estado de las defensas de esta villa es bastante precario, haciendo de todo aquello buena exposición Tomas López a finales de aquel siglo: «Al medio día … tiene unas puertas llamadas las de Galicia (del Arrabal), al norte otra con el nombre de Sanabria (principal) e inmediato a estas un puente levadizo y por el oriente las puertas que dicen de San Francisco.
«Junto a las puertas que llaman de Galicia, muy inmediato ai un baluarte que aquí llaman el fuerte (San Carlos), con foso y contrafoso, buenas murallas con disposición para cánones, buenas puertas y de como 150 varas de quadro y en el medio una casa mui bien pertrechada».
La guerra de la independencia frente a los franceses tuvo también participación en este castillo zamorano, lo que sirvió para su definitivo deterioro, ya que en 1809 aparece «mal entretenido» y con una simple muralla como recinto exterior. Durante las guerras carlistas, el recinto amurallado sería por última vez reparado, aunque de manera superficial, no deteniéndose con ello su continuo deterioro.
En 1887 el castillo pasa a pertenecer al ayuntamiento de la villa, quien en un principio lo utiliza para diversos fines hasta que, a finales del siglo XX, experimenta un importante proceso de rehabilitación completado en la primera década del siglo XXI. El castillo es en la actualidad un referente turístico y cultural en la comarca.
Las murallas, también partícipes de estas recientes reparaciones, presentan hacia el E del recinto histórico de la villa un aspecto bastante saludable, aunque es de lamentar la desaparición de la casi totalidad de sus puertas.
Se encuentra emplazada la Puebla en un punto privilegiado del noroeste español «por estar en el paso, camino y vereda real que va de Castilla para el reino de Galicia y pasar por él todos los pescados, bastimentos y ganados que venían de Galicia a estos reinos… comerciantes con lienzos y otras mercadurías… y muleros que de un reino a otro pasaban» como recuerda cierto informe de 1571.
Allí se cruza con el ramal que se dirige a Portugal, camino de Braganza. El comercio con este último reino no sólo fue activo sino que consta que se practicó, incluso con lugares alejados como nos lo recuerda cierto jesuita, en 1641, cuando escribía que los vecinos de Moimenta eran casi todos judíos «y así habían traído todo el trato y comercio de aquel país y por consiguiente chupaban toda la hacienda de los tristes gallegos y senabreses».
El mismo camino que enlazaba el norte de Castilla, a través de Benavente, con los puertos de Galicia, hizo también de vía hacia Santiago. Así lo atestigua la existencia a comienzos del siglo XVI de «un hospital donde ocurrían muchos peregrinos, el que a causa de su mucha pobreza, padecía algunas faltas…».
Su privilegiado emplazamiento en un alto recodo arropado por la confluencia de los ríos Tera y Castro, convirtió a la Puebla en un punto estratégico de primer orden a través de los siglos. Esto explica el que en 1492 se informe a los Reyes Católicos, que junto con Saelices, fueran considerados «dos puertas muy principales». Con Felipe II se convirtió en aduana de puerto seco en el que se cobraba lo gravado a las mercancías descargadas en Vigo. Y así fue hasta que en 1779 era extinguida «por inútil».
Pero también la Puebla tenía su propia actividad comercial. Con facultad real, y de inmemorial tiempo, celebraba una feria el primer sábado de cada mes consistente en la venta de lienzos y otros productos «donde los naturales concurren a la venta de sus telas con que se mantiene el país…». Y ello con el privilegio de no pagar nada, salvo si la mercancía provenía de fuera. Con ocasión de las guerras habidas con Portugal a fines del siglo XI y XII, (mediados del siglo XVII y principios del XVIII), fue trasladada dicha feria al arrabal, por tratarse de una plaza importante en armas. Se obtuvo permiso para que continuase allí sin que pudiese haber otra en un contorno de 6,8 y aún 10 leguas.
Pero, poco después (principios del siglo XVIII), volvió a la plaza del pueblo «por ser muy capaz y a propósito para el tráfico y que en dicha villa se aseguran los derechos reales por ser plaza de armas zercada de muralla y cerrase todas las noches sus puertas». En cambio, en el arrabal se cometían «muchos y continuos fraudes… por estar havierto y no tener el resguardo y defensa que se necesita para evitarlos». Todo lo dicho no hace más que corroborar la nueva finalidad que los muros de nuestras ciudades adquieren desde el siglo XVIII, que será controlar el pago de los portazgos, fielatos y otras contribuciones de tipo mercantil, de lo que buena muestra son los de la Puebla de Sanabria (A.H.N. Cons. Legs. 5.967 y 5. 918).
El conjunto de la localidad constituye un autentico bastión fortificado por el que han pasado infinidad de batallas. Su condición fronteriza ha hecho de ella una Villa que en la actualidad está declarada CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO.
Nada más cruzar el río y adentrarnos en los que hoy constituye el Centro de la población, se advierte una empinada calle, en cuyas inmediaciones se encuentran las más austeras fachadas.
Las casas de esta localidad guardan aún el recuerdo de antiguos momentos de esplendor. Muestran estas construcciones una gran riqueza ornamental. Los blasones aparecen en sus fachadas, grandes modillones profusamente contorneados sustentan los aleros y algunas de las balconadas más hermosas de la Comarca. Los corredores son amplios y las galerías están casi siempre acristaladas. Además, los trabajos de rejería vienen a embellecer más aún estas ya de por sí atractivas construcciones.
Aún se conserva buena parte de las Murallas que protegían todo este CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO, desde las cuales se contemplan vistas sin igual de nuestra Comarca.
El lago de Sanabria constituye el sistema lacustre natural de mayores dimensiones existente en España. Está situado en el noroeste de la península ibérica, en la provincia de Zamora, muy próximo a su límite con el país vecino de Portugal y las provincias españolas de León y Orense.
El lago de Sanabria es el elemento más característico de este territorio, el mayor lago de origen glaciar de la península ibérica, con 318,7 ha y una profundidad máxima de 53 m. Además, y dispersas por la sierra, se pueden encontrar más de una veintena de lagunas, diversos cañones demostrativos de la misma acción glaciar cuaternaria e innumerables cascadas y regatos que han dado origen a una zona con increíbles valores estéticos y paisajísticos
Este espacio natural fue declarado parque natural en 1978, aunque desde 1946 cuenta con la protección de la administración bajo la figura de «sitio natural de interés nacional». Esta declaración persigue el objetivo de preservar la especial morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la riqueza de su flora y de su fauna y la pureza de las aguas del mayor lago glaciar de la península ibérica y de las más de 20 lagunas que componen. En la actualidad el parque ocupa 22.679 ha que afectan, parcial o totalmente, a los términos municipales de Galende, Cobreros, Trefacio y Porto, con una altitud que varía entre los 997 m en las orillas del lago, hasta los 2.127 m del pico de Peña Trevinca
Tfno.: 980 620 734
ofturismo@pueblasanabria.com
Horario de apertura: Abril a junio, abierta de lunes a viernes de 11h a 14h y de 16h a 20h.Sábados y domingos de 11h a 14h y de 16h a 21h. De julio a septiembre de 11h a 14h y de 17h a 22h. Otoño: abierta todos los días de 11h a 14h y de 16h a 20h.
Punto de Información Juvenil de Sanabria-Galende
C/ Plaza,119- Galende
Teléfono y Fax: 980 62 14 08
Más info:
http://www.turismosanabria.es/puebla.php
Fuente: Wikipedia y Ayuntamiento de Puebla de Sanabria. Fotografías: Martínezld