El Nacimiento de Guzmán el Bueno

Parece probado, al menos en apariencia, y algunos árboles genealógicos son bastante concluyentes al respecto, que D. Alonso Pérez de Guzmán es hijo de Pedro de Guzmán (de la casa de Guzmán, Aviados y Toral) y de Isabel Alonso de León

Fotografía: Martínezld

La mayoría de los que se han ocupado de nuestro héroe universal, coinciden en señalar que la fecha de su nacimiento debió producirse el 23 (festividad de San Ildefonso) o el 24 de enero de 1256. Por esa razón, vamos a ocuparnos hoy, brevemente y sin entrar en demasiados pormenores, en el citado acontecimiento.

Mucho se ha especulado, a lo largo de los siglos y de las publicaciones dedicadas a la figura de Guzmán, sobre la cuestión de su nacimiento y del origen de sus antecesores. Es bien lógico; un héroe de la trascendencia histórica de este personaje debe exteriorizar unos orígenes lo más cercanos posibles a la categoría de leyenda, escenario que ocupará el mismo en el futuro. Así, algunos lo hacen descender de un hermano del Duque de Bretaña, personaje a quien se atribuye una intervención decisiva ya en la legendaria batalla de Clavijo. El caballero bretón habría recibido del rey, en recompensa, un castillo con sus tierras y el sobrenombre de Gutman, (palabra que significaría nobleza…) que más adelante se transforma en Guzmán.

Otra interpretación, próxima a lo legendario, le haría descendiente directo del rey godo Gundemaro, que sucedió a Witerico, al que había asesinado, y que reinó entre los años 610 y 612.

Otros creen encontrar el origen de la familia en el sur de Suecia donde habrían surgido las palabras Good (bueno) y manna (hombre); sin embargo, no podemos obvia, el hecho de la existencia de un pueblo en la actual provincia de Burgos, denominado Guzmán, y casi en el límite de las provincias de Palencia y Valladolid.

Placa en la casa natal de Guzmán el Bueno. Sobre su solar hoy se encuentra ubicada la Audiencia Provincial de León. Fotografía: Martínezld

Encontramos, un, al parecer, primer Guzmán (Rodrigo Muñoz o Núñez de Guzmán, muerto después de 1186), como tenente de Roa y que habría añadido el topónimo de su tenencia de Guzmán a su propio apellido. Esto nos llevaría a descartar por completo el origen de esta familia, cuando menos, del otro lado de los Pirineos.

Este primer Guzmán conocido, sumaría, posteriormente, a sus territorios los señoríos de Aviados y Toral, ambos en tierra leonesa, manteniendo los herederos dichos señoríos en las siguientes generaciones.

A pesar de lo dicho, sin embargo, no tratamos, ahora, de dar respuesta a todos los interrogantes que se nos plantea en los orígenes de don Alonso puesto que otros tantos, o más, surgen a la hora de determinar su parentela más próxima y hasta su lugar de nacimiento. Incluso, su descendiente, doña Luisa Isabel María del Carmen Cristina Rosalía Joaquina Álvarez de Toledo y Maura, la llamada “duquesa roja”(XXI duquesa de Medina Sidonia), llega a escribir que don Alonso pudiera no ser ni siquiera nacido en la Península sino en el norte de África y que podría tener un origen bereber.

Plaza de Guzmán el Bueno. León. En el año 1894, la provincia de León le levantó una estatua a la entrada de la ciudad. La estatua, en bronce, representa a Guzmán el Bueno con escudo sostenido con la mano izquierda, y con la derecha tiene un puñal en actitud de arrojar. Es una buena obra del escultor Aniceto Marinas. Fotografía: Martínezld

Vayamos entonces a los hechos concretos y, vaya reseñado desde ahora mismo que, hasta la aparición de pruebas concretas, nosotros nos mantenemos en la defensa de la tradición que señala el nacimiento de don Alonso en León, sin por ello descartar el hecho de que su padre fuera un caballero castellano dependiente del Reino de León.

Estatua de Guzmán el Bueno en la Ciudad de León. En su base esta leyenda «No engendré yo fijo para que fuesse contra mi tierra». Fotografía: Martínezld

Un problema que se les ha planteado siempre a los genetistas es que, a lo largo de la vida de Guzmán y, naturalmente, en los años anteriores, encontramos varias personas con un nombre igual: Pedro de Guzmán o Pedro Núñez de Guzmán, puesto que los nombres de pila eran casi siempre los mismos, siguiendo aquella costumbre de adjudicar al primogénito el nombre del abuelo paterno y otorgar al segundogénito el nombre del abuelo materno. La variedad era, pues, muy limitada y así abundaban los Pedro, Juan, Alfonso, o Nuño. Algo que vemos repetido en lo que se refiere a don Alonso y sus familiares más inmediatos.

Es innegable que don Pedro de Guzmán se había casado con Urraca Alfónsez de León, hija del rey Alfonso IX, habida fuera de sus dos matrimonios, y de Doña Teresa Gil de Souza. Esta Urraca, señora de Gumiel del Mercado, había desposado a Don García Romeu con el que no tuvo descendencia. Mismo resultado en su enlace con don Pedro de Guzmán, por lo que, según afirman algunos biógrafos, don Pedro, que mantenía una relación con Isabel Alfónsez, ya citada, le habría prometido matrimonio a su vuelta de la guerra. Algo que no pudo cumplir por haber muerto la joven, al parecer, al dar a luz a Alfonso antes de su llegada.

Con motivo de la gesta de Tarifa, convertida en leyenda, Alonso Pérez de Guzmán, recibió el sobrenombre de «El Bueno». Un antiguo romance exclamaba: «Matadle con este, si lo habéis determinado, que más quiero honra sin hijo, que hijo con mi honor manchado.». Cuadro Guzmán el Bueno» de Salvador Martínez Cubells en el Museo del Prado.

Así, el fruto de esta relación será considerado como “hijo de ganancia” (bastardo), cuando, al parecer, y de acuerdo con los hechos posteriores, el padre siempre le consideró hijo legítimo, hasta tal punto que fue la propia infanta, su mujer, ya mayor, quien se ocupó de su crianza.

De cualquier modo, este don Pedro, a quien atribuimos la paternidad de nuestro Guzmán, bien merece, y no solo por lo anteriormente citado, algunas líneas, puesto que fue un hombre de guerra en la que alcanzó grandes méritos. Ciñéndonos a lo más esencial, diremos que ya en la época del rey santo, participó en la conquista de Murcia acompañando al entonces infante Alfonso y, en compañía de su hermano don Nuño de Guzmán y de su primo Pedro Núñez.

De resultas de dicha conquista, y para premiar sus méritos, le fue concedida la población de Chinchilla y unos molinos de agua que luego él mismo otorgó al Monasterio de Alcocer. Estuvo, asimismo, presente en la firma del Tratado de Almizra del año 1244 por el que se fijaban las fronteras, por el Este de la Península, entre Castilla y Aragón.

De otro lado, intervino también activamente, en 1248, en la conquista de Sevilla y, como consecuencia de la misma, le fueron atribuidas trescientas aranzadas de tierra en el barrio sevillano que se denominaba de Aben Haron y otras varias propiedades. Como resultado de todo ello “por escrituras antiguas firmadas y firmemente validadas, consta que don Pedro de Guzmán era vecino de Sevilla, con casa abierta en la calle de los Abades, cerca de la mezquita-catedral. De esta afirmación deducen algunos que don Alonso Pérez de Guzmán, pudo haber nacido en Sevilla o desearía grandemente llegar hasta dicha ciudad y establecerse en ella para encontrar alguna huella que le pusiera en relación con el pasado de su progenitor.

Para completar el ascenso de don Pedro de Guzmán a los más altos puestos de la administración, añadiremos que fue nombrado, en 1258, Adelantado Mayor de Castilla.

Pero, después de esta breve prospección sobre sus progenitores y volviendo a nuestro don Alonso Pérez de Guzmán diremos que, según todos los indicios, y en ello coinciden prácticamente todos sus biógrafos, nació en la ciudad de León entre los días 23 y 25 de enero del año 1256, por ser, el primero de ellos, la fiesta de San Ildefonso, nombre con el que fue bautizado.

Otra aclaración, por nuestra parte, a pesar de que, en muchos de los documentos, incluyendo algunas biografías, se utiliza el nombre de Alfonso (o Alfon) Pérez de Guzmán, seguiremos utilizando el que suele ser más común y por el que, en último caso, es conocido: Alonso.

Aspecto actual de la casa natal de Guzmán el Bueno. Sobre su solar se alza la Audiencia Provincial de León. Fotografía: Martínezld

Su lugar concreto de nacimiento sería una mansión situada en la actual Calle del Cid de la capital leonesa, que, desde la calle Ancha, conduce directamente a la Basílica del Santo Isidoro. El palacio en cuestión ocuparía los antiguos números 18, 20 y 22 de la citada calle. Sin embargo, aquí también la piqueta hizo su acostumbrada labor y, hoy, ya no queda ni rastro del mismo. Antes del derribo, hasta hubo, al parecer, el intento de colocación de una placa en recuerdo del héroe; algo que no llegó, por desgracia, a concretarse. Hoy una modesta placa, de moderna factura, nos recuerda los hechos; figura en el Palacio de la Audiencia, en la parte izquierda de la llamada Puerta de la Reina, trasladada, piedra a piedra, a dicho lugar.

Así seguimos escribiendo nuestra historia… y luego exigimos que otros la respeten.