La UE y los Estados miembros deben seguir aplicando una estrategia conjunta para limitar la entrada de la variante ómicron en la UE, con revisiones periódicas y diarias de las principales restricciones de viaje.
Bruselas, 2 de diciembre de 2021. La Comisión propone un enfoque común y coordinado de la UE para abordar de manera eficaz los retos que plantea el repunte de la COVID-19 en muchos Estados miembros durante este otoño.
El rápido aumento del número de casos y la nueva presión hospitalaria requieren de una acción urgente y decidida. La nueva amenaza potencial que plantea la variante ómicron se suma a estos problemas y enfatiza la importancia de hacer frente a la pandemia para progresar hacia la seguridad sanitaria a largo plazo, tanto a nivel de la UE como a nivel mundial.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha declarado: «A lo largo de las dos últimas semanas, muchos de nosotros hemos sido testigos de cómo la COVID-19 ha vuelto con fuerza, infectando a algunos de nuestros amigos, compañeros de trabajo, familiares y seres queridos. El rápido aumento de los casos constituye una pesada carga para nuestros hospitales y nuestro personal sanitario. Además, la llegada de la variante ómicron, presumiblemente muy contagiosa, requiere toda nuestra atención. No obstante, estoy convencida de que la UE está a la altura para hacer frente a estos retos. Para ello, estamos presentando hoy un amplio abanico de acciones —desde intensificar nuestros esfuerzos y la inversión en tratamientos, hasta mejorar el seguimiento y la prevención—, y reforzando nuestra solidaridad global. Mientras tanto, reitero mi llamamiento urgente para animar a todo el mundo a que se vacune, reciba la dosis de refuerzo y siga las reglas para protegerse».
Por su parte, Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha añadido: «La alta transmisibilidad de la variante delta, la brecha inmunitaria significativamente elevada y la relajación de las medidas de prevención traen consigo un invierno difícil. La aparición de la variante ómicron destaca la urgente necesidad de vacunarse y de reforzar nuestra inmunidad, para así romper la cadena de transmisión. Si fuera necesario, se introducirán medidas de salud pública eficaces, como la distancia social o las mascarillas. Debemos actuar con rapidez y decisión para limitar la propagación del virus y mitigar su impacto».
El aumento de casos graves, especialmente entre los no vacunados, ha tenido como consecuencia una enorme presión sobre los hospitales y sobre el personal sanitario, que ya estaba al límite de su capacidad. Esto también tiene un impacto directo en la salud de los pacientes que no padecen COVID-19 puesto que, una vez más, el acceso a la asistencia sanitaria por otras enfermedades está sometido a una presión considerable por la necesidad de tratar a los pacientes con COVID-19.
Una acción coordinada para luchar contra la COVID-19
La UE y los Estados miembros deben demostrar una rápida capacidad de reacción para afrontar la expansión del virus y continuar luchando para dar una respuesta fuerte y sostenible a largo plazo contra esta amenaza. Esto requiere respuestas decididas y urgentes, como:
La UE y los Estados miembros deben seguir aplicando una estrategia conjunta para limitar la entrada de la variante ómicron en la UE, con revisiones periódicas y diarias de las principales restricciones de viaje. La UE y los Estados miembros deben prepararse para imponer todos los controles necesarios.
Los Estados miembros deben llevar a cabo nuevas campañas dirigidas a las personas no vacunadas en todos los grupos de edad propuestos para la vacunación, acompañadas de estrategias nacionales específicas para abordar la reticencia a la vacunación.
Los Estados miembros deben utilizar rápidamente las dosis de refuerzo para mantener un alto nivel de protección contra el virus, incluida la variante ómicron, comenzando con los grupos más vulnerables.
Las agencias de la UE deben garantizar que las directrices científicas necesarias están disponibles rápidamente.
La Comisión intensificará sus esfuerzos para producir, autorizar y adquirir conjuntamente tratamientos contra la COVID-19.
El Parlamento Europeo y el Consejo deben adoptar, antes de finales de 2021, las propuestas de la Unión Europea de la Salud y el reglamento de crisis de la HERA.
Los Estados miembros deben poner en marcha medidas de precaución y restricciones específicas y proporcionadas para limitar la propagación del virus, salvar vidas y reducir la presión sobre los sistemas sanitarios. Debe garantizarse la plena coordinación de la UE. Con la aparición de la variante ómicron, será necesario prestar especial atención a la aplicación y comunicación de medidas específicas sobre el contacto durante el período de fin de año.
Los Estados miembros deben aplicar el enfoque revisado relativo a la libre circulación, con un período de validez estándar de nueve meses, para el certificado COVID digital de la UE.
La UE y los Estados miembros deben impulsar los esfuerzos de Equipo Europa para compartir las vacunas a fin de conseguir el objetivo mundial de vacunación del 70 % en 2022, acordado en la cumbre del G-20 de octubre de 2021, y apoyar el desarrollo de capacidades para la secuenciación, experimentación y vacunación. Asimismo, la UE debe adoptar una posición clara sobre el camino a seguir para conseguir una arquitectura sanitaria mundial más fuerte, equitativa y rápida.
La presidenta ha pedido al profesor Peter Piot que asuma la función de asesor científico principal de la Comisión para las epidemias, en el marco de su mandato actual.