Desde 1961, el IPCE ha llevado a cabo más de 14.000 proyectos de conservación y restauración de bienes culturales emblemáticos del patrimonio cultural español. Su papel ha sido decisivo en la consolidación y profesionalización de la disciplina y en el establecimiento de metodologías reconocidas mundialmente. La Dama de Baza, los frescos de San Antonio de La Florida, el ‘Santo Entierro’ de Juan de Juni, el mosaico cosmogónico de Mérida o el Beato de Liébana son algunas de las muchas obras recuperadas en sus talleres. También ha realizado intervenciones como las del Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago de Compostela, San Miguel de Lillo en Asturias o el Castillo de Montearagón en Huesca
El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) cumplió este pasado 16 de noviembre 60 años de historia, consolidado como un referente internacional en conservación y restauración del patrimonio cultural, así como en la innovación en la aplicación de metodologías de intervención y la aplicación de tecnologías novedosas. Desde 1961, esta subdirección enmarcada en la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, ha intervenido en más de 14.000 proyectos que han servido para formar a una generación de conservadores-restauradores y para establecer criterios y metodologías reconocidas internacionalmente.
El IPCE se encarga de la conservación-restauración de bienes culturales emblemáticos del patrimonio cultural español, en su mayoría de titularidad estatal. Aunque su ámbito de actuación comprende todo el territorio nacional, a través de las convocatorias de ayudas para proyectos arqueológicos en el exterior, también se extiende a gran parte del globo con excavaciones en África, Pacifico, Oriente Medio y Europa.
En sus talleres de conservación-restauración de piedra, metal, madera, textil, cerámica, pintura mural y de caballete o papel, enclavados en su emblemática sede, el edificio conocido como la Corona de Espinas, declarado Bien de Interés Cultural hace 20 años, se han recuperado obras como la Dama de Baza, el Disco de Teodosio, el Efebo de Antequera, la reja de la Capilla Real de Granada o el grupo escultórico del ‘Santo Entierro’ de Juan de Juni. Fuera de nuestras fronteras destacan los relieves y esculturas del templete de Bramante en la iglesia de San Pietro in Montorio en Roma. También se han desarrollado trabajos de conservación de bienes inmuebles y edificios, de yacimientos arqueológicos o de patrimonio cultural inmaterial.
Destacan, asimismo, las vestiduras pontificales del arzobispo Ximénez de Rada, numerosas piezas textiles del Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, el mosaico Cosmogónico de Mérida y los mosaicos de Noheda (Cuenca) y las pinturas murales de la Colegiata de San Isidoro de León. También ha restaurado el Entierro del Conde de Orgaz (Toledo), el conjunto de pinturas de Zurbarán de la sacristía de Guadalupe (Cáceres), el Libro del Buen Amor, el Beato de Liébana, el atlas anatómico de Ramón y Cajal y numerosas estampas de Piranesi, entre muchas otras obras.
Además de las recientes intervenciones integrales en el Monasterio de San Vicente do Pino en Monforte de Lemos, el IPCE ha acometido otros trabajos de gran envergadura como la dirección de la restauración del Pórtico de la Gloria, proyecto de más de 10 años de duración galardonado por la Comisión Europea con el Premio Europa Nostra 2019; la restauración integral de San Miguel de Lillo en Asturias; el complejo defensivo de Rello (Soria); o el castillo de Montearagón en Huesca.
En estos momentos, en sus instalaciones se está trabajando en piezas provenientes de distintos puntos de la geografía española. Entre otros muchas, se está interviniendo en un casco hallado en el castillo de Monreal de Ariza (Zaragoza); un verraco proveniente del embalse de Valdecañas (Cáceres); una escultura del ‘Arcángel San Miguel’ de Luisa Roldán, la Roldana y un frontal de altar bordado, pertenecientes al Museo Diocesano de Córdoba; una carta del Rey Alfonso X a los alcaldes de Toledo de 1277 un sagrario del Museo Diocesano de León; el lienzo ‘Avenida de los tilos’ de Gonzalo Bilbao del Museo de Albacete; y el sepulcro de Don Arnau de Valeriola del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Prácticas pioneras
La innovación en metodologías de intervención y la aplicación de tecnologías novedosas en la conservación del patrimonio, como los rayos X o el láser en su momento; o la nanotecnología, el uso de drones y técnicas como la anoxia y la fotografía de fluorescencia visible inducida por radiación ultravioleta, en la actualidad, han situado al IPCE entre las instituciones internacionales de referencia en el sector de la conservación-restauración.
Los primeros proyectos de los años 60 y 70 sentaron las bases de una disciplina que se ha ido profesionalizando e incluyendo los últimos avances científicos y tecnológicos. La investigación e intervenciones realizadas en esos años en el claustro y frescos de Real Colegiata de San Isidoro de León, o las tablas de Pedro Berruguete del retablo de la iglesia de Santa Eulalia de Paredes de Nava (Palencia), son algunos ejemplos.
En los años 80, los trabajos del servicio de arqueología, con la elaboración del inventario del Arte Rupestre, son pioneros en el estudio sistemático de esta disciplina en nuestro país.
A partir de los 90, se añaden los servicios de laboratorios y fotogrametría, pioneros en la aplicación de las técnicas de análisis físico-químicas, y de fotografía, imagen y planimetría a los bienes culturales. Y se inician los proyectos de salvaguarda de patrimonio cultural inmaterial como el catálogo de patrimonio sonoro o el Atlas de Patrimonio Cultural Inmaterial Canario y el desarrollo de los Planes Nacionales de Conservación, elemento esencial en la coordinación de actuaciones de conservación entre administraciones.
En los años 2000, ante el cambio climático, el IPCE ha iniciado proyectos en conservación preventiva, planes de salvaguarda de colecciones y ha incluido en su ámbito de actuaciones la protección de nuevos patrimonios, más vulnerables, como el Patrimonio Industrial.
Destaca también la labor de la recuperación del patrimonio fotográfico que ha llevado a cabo en los últimos años, con un ambicioso programa de digitalización de los fondos custodiados en su Fototeca, una de las colecciones más ricas de fotografía sobre patrimonio cultural español, disponible para consulta en línea.
Cada una de las actuaciones emprendidas por el IPCE se ha convertido en un ejemplo de buenas prácticas profesionales que son difundidas a través de publicaciones, cursos y talleres especializados celebrados tanto en su sede de Madrid, como en su Escuela de Patrimonio Histórico de Nájera (La Rioja).
En cuanto a la promoción del acceso de la sociedad al patrimonio, destaca el archivo del IPCE, que permite a los usuarios consultar la documentación de cada una de las intervenciones, y la biblioteca, con más de 50.000 entradas especializadas en conservación-restauración.
Asesoramiento técnico especializado
En la actualidad, el IPCE realiza actividades de asesoramiento técnico especializado en patrimonio cultural para otros organismos del Estado u otras administraciones públicas, que compagina con proyectos de intervención en todo el territorio español. Además, participa y coordina varios proyectos dotados con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Al mismo tiempo, el IPCE está consolidando y ampliando las redes nacionales e internacionales en materia de conservación, investigación, gestión y restauración de bienes culturales.