La COVID ha sido la excusa perfecta, pero la COVID no ha sido el origen del desmantelamiento del servicio ferroviario que hemos sufrido a lo largo y ancho de nuestro territorio.
El senado aprobó ayer, con la vergonzosa abstención del PSOE exigir al Gobierno recuperar en un plazo de dos meses el nivel todas las frecuencias ferroviarias ( de media y larga distancia y cercanías), anteriores al primer estado de alarma en todo el territorio del Estado que ha sufrido estos recortes, con horarios adaptados a jornadas laborales y comerciales, a la ve que incremente las frecuencias, e igualmente reabrir todas las estaciones cerradas con la excusa de la COVID. Esta petición de Compromís, era una enmienda a una moción del PP referida únicamente a las provincia de Palencia, que gracias a los valencianista se ha ampliado todo el territorio del Estado afectado.
Tal y como explicó Mulet “ Nuestras enmiendas son muy claras y creo que todos las pueden compartir, porque, por desgracia, la desgraciada situación que describe la moción para Palencia es extensible al resto del territorio del Estado o a buena parte de él. ¿Cuántas líneas se han suprimido durante la COVID y cuántas de ellas no se ha recuperado?
Para el portavoz valencianista “ La COVID ha sido la excusa perfecta, pero la COVID no ha sido el origen del desmantelamiento del servicio ferroviario que hemos sufrido a lo largo y ancho de nuestro territorio. El origen seguramente hay que buscarlo en el abandono sistemático del tren convencional durante décadas y más décadas; por cada 89 euros de media por usuario que se han invertido al año para los potenciales usuarios, que no usuarios reales, del AVE, se han destinado 0,0015 céntimos en los trenes convencionales. “
Utiel-Cuenca como ejemplo
El senador de Compromís explico un caso concreto “ Por ejemplo, la COVID no ha sido la excusa, pero hubiera podido serlo, para cerrar el tren de Utiel a Cuenca; la excusa en este caso ha sido el temporal Filomena, que vino más o menos por las mismas fechas. En enero de 2021, después de la gran nevada que sufrieron estas comarcas, cerraron las vías por unos supuestos desperfectos después de las borrascas; localizaron, según el Gobierno, sesenta y cinco puntos conflictivos y, desde enero, cada mes pregunto cuántos de estos sesenta y cinco puntos conflictivos se han arreglado o cuántos se han solucionado, y no contestan.
Continúan enrocados en que hay 65 puntos conflictivos. Eso quiere decir que desde enero hasta ahora no han invertido, no ha actuado y han optado por desmantelar y cerrar para siempre este tren; un tren más, como los que, seguramente, en muchas de sus circunscripciones conocen, que se han ido eliminando a largo del tiempo. Tanto unos como otros, han ido desmantelando el tren convencional”
Caos generalizado
Mulet ha proseguido que “Podríamos hablar de trenes históricos necesarios para vertebrar este Estado, como, por ejemplo, la vía de la Plata, que hace décadas que optaron por desmantelar. Podemos hablar del caos generalizado en cercanías. Seguro que en cualquier demarcación existen frecuencias canceladas, de estaciones cerradas, de líneas eliminadas y de trenes que suprimieron sus frecuencias durante la COVID.
En este sentido, mientras en la Europa más civilizada durante esta crisis sanitaria ponían más frecuencias y más vagones para que la gente que los necesitaba para ir a trabajar estuviera más segura, menos amontonada, con más distancia social, aquí optaron, precisamente, por lo contrario, por eliminar frecuencias, eliminar trenes, eliminar vagones y la gente más apiñada.
Y lo peor de todo es que, por suerte, parece que estamos saliendo de esta crisis sanitaria, por fin, la gente ha vuelto sus trabajos, a las clases, pero las frecuencias, desgraciadamente, no se han recuperado. Cada día el servicio es peor.
Hace unos pocos días, seguramente, conocieron la huelga de maquinistas que evidenció esta situación. En el País Valenciano, todos los días hemos de lamentar cancelaciones, retrasos y caos generalizado y sé que esto es exportable a buena parte del Estado.