Diferentes especialistas en Geología han elaborado ‘Gota a Gota’, un folleto divulgativo sobre esta cueva ubicada en el municipio leonés de Valdelugueros, como resultado de diversos estudios desarrollados en el último año sobre su origen, evolución, estado actual y otros enigmas.
Investigadores y especialistas de las universidades de León y Granada y del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) han desarrollado en el último año distintas investigaciones sobre la Cueva de Llamazares, un laboratorio natural donde adentrarse y sorprenderse con la geología. Esperanza Fernández, Ismael Coronado, y Juncal Cruz, profesores del Departamento de Geografía y Geología de la ULE y Javier Fernández Lozano, del Departamento de Tecnología Minera y Topografía, han profundizado sobre esta cueva ubicada en el municipio leonés de Valdelugueros, en sintonía con Daniel Ballesteros, investigador de la Universidad de Granada, Rodrigo Castaño, divulgador de la naturaleza leonesa, Darío Fidalgo, doctorando FPU, y Sofía del Río, graduada en Biología.
Algunos de esos primeros avances de las investigaciones se hicieron eco en las últimas jornadas de Geología 2021 organizadas por la Sociedad Geológica de España, sin embargo, a partir de este evento surgió la idea de elaborar un folleto divulgativo sobre la cueva. Así, nació ‘Gota a Gota. La Cueva de Llamazares’, una publicación de 16 páginas, destinada a “un público inquieto y amante de la Naturaleza donde queremos mostrar el enorme valor estético de la cueva de Llamazares, hablar de su origen, su desarrollo y su estado actual y también de los secretos que su estudio nos está desvelando”, señala Esperanza Fernández.
Los estudios realizados han analizado el origen de la cueva, cómo ha sido su evolución hasta tener la forma actual, qué minerales tiene y cómo se han formado sus diferentes espeleotemas (los llamados coraloides), y qué seres vivos la han habitado o visitado a lo largo de su historia, entre otros valores. Todos estos aspectos están recogidos en la divulgación ‘Gota a Gota’ cuya impresión ha sido financiada por el Ayuntamiento de Valdelugueros y que los visitantes bien pueden descargarse a través del siguiente enlace o bien conseguir un ejemplar en el centro de recepción de la Cueva.
Amplia variedad de espeleotemas
Situada en el corazón de la Montaña central leonesa, en la parte alta del río Curueño, la Cueva de Llamazares fue utilizada desde tiempos inmemoriales por animales y seres humanos que habitaban sus alrededores. Ya en el siglo XX, la cavidad fue visitada con fines deportivos y científicos por diversos colectivos espeleológicos, especialmente por el legendario Grupo Espeleológico de Matallana (GEM). Tras muchas vicisitudes históricas, la cueva fue reabierta al público en el año 2016 y hoy puede ser visitada en compañía de guías expertos gracias a la labor de la empresaria Sandra Fernández García y de la guía Elena Fernández García.
Uno de los rasgos más destacados de la cueva de Llamazares es la cantidad y diversidad de espeleotemas que presenta, los cuales hablan de una historia larga y compleja. “La clasificación de este tipo de depósitos se basa en una amplia variedad de características, como son su morfología, su estructura interna, los mecanismos que les han dado origen o la posición que ocupan dentro de la cueva”, según queda recogido en la publicación. Algunos tipos de espeleotemas están muy bien representados en esta cueva y juegan un papel primordial en la configuración de su sorprendente paisaje subterráneo. Los más habituales son estalactitas, estalagmitas, banderas, coladas, coraloides y microlagos, y dentro de cada una existe una amplia variabilidad “que contribuye a que cada rincón de la cueva de Llamazares sea único”.
Laboratorio natural
Uno de los grandes atractivos de la Cueva es el fenómeno de la fluorescencia, que se produce “cuando la luz ultravioleta (a través de focos colocados en el recorrido) interactúa con elementos químicos, excita los electrones que están en las capas externas de los átomos y estos saltan temporalmente a otras capas superiores del mismo. Cuando éstos regresan a su posición original generan luz (fotones) en forma de fluorescencia”, detallan en ‘Gota a Gota’ los investigadores quienes también están estudiando los ecosistemas y las faunas del pasado a través de los huesos y material recuperado de osos, gatos monteses, caballos, jabalíes, pequeños mamíferos y aves, entre otros animales. Por último, es importante valorar cómo los científicos van más allá en la compilación de información y concluyen que las cuevas podrían albergar algunos compuestos químicos de gran interés en la lucha contra las llamadas superbacterias, aquellas que son resistentes a los antibióticos. En definitiva, un tesoro formado gota a gota, un laboratorio natural que ayudará al visitante a comprender el funcionamiento del planeta.