Iberdrola abate la chimenea de refrigeración de la central térmica de Velilla del Río Carrión. Ese pasado día 28 de octubre, vio su fin el coloso de la central de Velilla, su torre de refrigeración.
El término de “paisaje” no lejos de haber evolucionado durante el paso de los años, en la última década ha cobrado especial valor. Es uno de los principales elementos de estudio de la Geografía, pero, hoy día, también del turista. Por paisaje se entiende el conjunto de factores que son susceptibles de ser vistos por un observador, una persona. En el planeta nos encontramos paisajes naturales, culturales, artísticos, humanizados, rurales, urbanos, etc. Un sinfín de paisajes y paisanajes.
La descarbonización también ha cobrado indudable importancia en nuestros días. El fenómeno que se traduce en “quitarnos el carbono de encima”, más aún el dióxido de carbono y, en este caso, más concretamente, el carbón, ha llegado para quedarse.
Si tratamos de establecer una relación entre ambos términos, nos encontramos con que la propia descarbonización -el dejar de utilizar combustibles fósiles- además de limpiar la atmósfera, “limpia” nuestros paisajes. Es el caso de esta nueva demolición. La entrada a la Montaña Palentina por Velilla del Río Carrión está volviendo a vislumbrar su entorno tal cual lo modeló la caprichosa madre naturaleza.
Iberdrola, ejecutor de la acción, dentro de su política de descarbonización y apuesta por las energías renovables, está llevando a cabo actuaciones para revertir la situación provocada en su día por la utilización de combustibles fósiles a través de la colaboración entre ciudadanos, entidades públicas y empresas locales. La Plataforma de Innovación Lada y Velilla apuesta por una transición justa en los territorios donde se producen cierres de este tipo de centrales, ¿cómo?, activando nuevas oportunidades para la población vinculadas a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
La Montaña Palentina, además, goza de un paisaje paradigmático digno de respetar y conservar. Pero no sólo el paisaje. Los recursos que lo conforman ofrecen un abanico de posibilidades que es lo que se está tratando de poner en valor ahora, a través de un proceso de construcción colectiva, en el que participen todos sus habitantes.
Uno de los primeros pasos que se ha tomado en la zona y, más concretamente, la corporación municipal, es la preparación de una propuesta para su Plan de Sostenibilidad Turística. Hacer sostenible, a través de esos ODS, el turismo y la actividad cotidiana de la comarca. Compatibilizar los usos es la clave.
Algunos cuestionan la voladura de esta central y todos los elementos que la componen, basándose en el patrimonio industrial que comportan, tratándose de vestigios de la historia. Siempre quedará en el recuerdo, la central tendrá su hueco en el corazón e, incluso, en los museos de la zona, pero habrá pasado a mejor vida. Los combustibles fósiles han de dejar paso esta vez a las energías alternativas, renovables e “inagotables”.
- Pablo Rodríguez Bustamante
- Socio | Consultor en GEOCyL DEA en Geografía, urbanismo y ordenación del territorio.
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