La investigación, publicada en la revista ‘Science of the Total Environment’, ha permitido descubrir una de las principales incógnitas sobre este ecosistema.
Las lagunas de Villafáfila (Zamora) son uno de los espacios naturales más interesantes de Castilla y León debido a distintos factores, tales como, la presencia de una de las colonias de avutardas más densamente pobladas del mundo y que es una reconocida zona de invernada de Ansares comunes. Esto le ha valido a este ecosistema estar protegido por distintas figuras medioambientales. Esta Reserva Natural es una Zona de Interés Comunitario de la Unión Europea, una Zona de Especial protección de Aves (ZEPA), y forma parte de los humedales españoles del acuerdo RAMSAR, encargado de la protección de dichos espacios.
El agua salobre de estas lagunas es una de las principales características de este ecosistema. Esta zona esteparia tuvo también importancia económica desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media ya que se obtenía sal evaporando agua de pozos excavados en la zona de las lagunas y calentándola en vasijas de barro sobre el fuego hasta que se evaporase y repitiendo este proceso hasta formar bloques de sal.
Una de las principales incógnitas que existían sobre estas lagunas era saber por qué sus aguas tenían esa marcada salinidad y cuál era su origen, ya que en la zona de Villafáfila no aparecen rocas que puedan aportar sales.
Aguas subterráneas
Un estudio de la Universidad de Salamanca dirigido por el profesor del Departamento de Geología Pedro Huerta Hurtado y publicado recientemente en la revista “Science of the Total Environment” ha permitido conocer que la salinidad de las lagunas procede de la descarga de aguas subterráneas profundas. Estas aguas subterráneas han tenido un recorrido de unos 175 km desde la Zona Cantábrica hasta Villafáfila, circulando por el gran sistema acuífero de la Cuenca del Duero desde hace más de 20.000 años. Aunque en buena medida el agua de las lagunas es agua de lluvia, la adición de una pequeña pero continua cantidad de agua salobre y la evaporación durante el verano les confiere un carácter salino.
Estas aguas salinas, tan antiguas y de tan largo recorrido, deberían descargar lentamente en el río Duero, pero el presente estudio ha descubierto la causa de que afloren en la zona de Villafáfila. Una elevación de la base del acuífero (basamento), obliga a las aguas subterráneas a descargar antes de llegar al Duero. Eso va a ser la causa también de que exista el río Salado desde Villarrín de Campos hasta su conexión con el río Valderaduey haciendo honor a su nombre, explicó Huerta Hurtado a Comunicación USAL.
Bajo las lagunas de Villafáfila existe una salmuera de aguas con una concentración ligeramente inferior a la del mar. Esta salmuera se explotó desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media y fue una de las principales fuentes de sal del oeste leonés.