La Consejería de Cultura y Turismo está promoviendo esta legislatura el reconocimiento cultural de bienes patrimoniales con tipologías menos representadas. La incoación BIC de la Loa de la Alberca protege una representación de alto valor patrimonial, caracterizada por la interdependencia de valores tangibles e intangibles, que constituyen su espíritu y esencia.
Castilla y León | 6 de abril de 2021. El Boletín Oficial de Castilla y León publica el pasado martes 30 de marzo la incoación del procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial, la Loa de Nuestra Señora, en la Alberca (Salamanca). Atendiendo a su carácter inmaterial o intangible, se define como objeto de la declaración el conjunto de atributos que constituyen la esencia y espíritu de esta manifestación cultural, que garantizan su pervivencia y el papel activo de la sociedad y constituyen un referente identitario de la población que lo ha impulsado.
El objeto de esta declaración y base de su identidad, es la propia representación del texto, transmitido de mano en mano, compartido y retocado de continuo por los propios actores, pero siempre manteniendo su estructura invariable, asegurando su aprendizaje dentro de la familia, para cada una de las representaciones que tienen lugar todos los años en la misma fecha y en el mismo lugar.
Respetando los procesos de cambio que, como patrimonio vivo y sin pervertir su esencia, decida la comunidad depositaria de esta tradición y auténtica protagonista de esta manifestación cultural, la administración competente en materia de patrimonio velará por su normal desarrollo, tutelando la pervivencia y salvaguarda de los valores que han determinado su declaración como bien de interés cultural
La Consejería de Cultura y Turismo está promoviendo durante esta legislatura el reconocimiento cultural, protección y declaración como Bien de Interés Cultural, de conjuntos complejos y de aquellas tipologías menos representadas en los catálogos del patrimonio cultural. Dentro de esta programación se incluyen bienes del patrimonio industrial como la cuenca minera de Fabero, en cuya declaración BIC con categoría de Conjunto Etnológico se está trabajando, o la declaración del documental El Canal de Castilla producido en el año 1931, encargado por la Confederación Hidrográfica del Duero y depositado para su conservación en la Filmoteca de Castilla y León en 1997. Asimismo, está previsto reconocer progresivamente las manifestaciones integrantes del patrimonio cultural inmaterial, como manifestaciones significativas y sobresalientes de los habitantes y de los diversos territorios de Castilla y León.
Descripción de la Loa de la Asunción
La Loa de la Asunción de Nuestra Señora, popularmente conocida como La Loa, es una obra de teatro popular, representada en la fiesta patronal de La Alberca en honor de la Asunción de la Virgen, que tiene lugar el día 16 de agosto, a media mañana, en un tablado al aire libre que se monta en la plaza de la iglesia.
La Loa pertenece al género de teatro menor conocido como ‘loa’, en particular a la ‘loa entremesada’, mezcla de los elementos de la loa con los del entremés, en la que se plantea, a modo de moralidad, la arquetípica lucha entre el mal y el bien, con el triunfo final de este último. Su argumento es sencillo. Unos mozos lugareños -“los Galanes”-, se encuentran con un rústico pastor -“el Gracioso”-, cuando van camino de asistir a la fiesta que en La Alberca se celebra en honor de la Asunción de la Virgen María. El diálogo entre ellos y la comicidad del Gracioso provoca las risas de los espectadores. Decididos a acudir a la fiesta, se encuentran con el Demonio que trata de impedírselo. Pero es inútil, porque en ese momento sale el Ángel que, por mandato divino, vence al Demonio, lo manda al infierno y libera a los lugareños, que acuden, así, a los oficios religiosos de la celebración festiva.
Se trata de una obra de teatro popular, que mezcla elementos religiosos y profanos, elementos rústicos y alegóricos, y que participa de lo que eran las moralidades medievales, en la medida en que invita a los vecinos a seguir el camino del bien, evitando caer en el mal, esto es, ser devotos de la Virgen María y seguir el camino de las siete virtudes y evitar las tentaciones del Demonio y, también, evitar caer en los siete pecados capitales. Sus orígenes se remontan al siglo XVII, según consta en diversos documentos de protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Salamanca, e incluso al siglo XVI, si atendemos a la Colección de autos, farsas y coloquios (conocida como Códice de Autos Viejos, manuscrito atesorado en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid), donde aparecen dos piezas tituladas Auto de la Asunción de Nuestra Señora.
La Loa de la Asunción de Nuestra Señora, de La Alberca, no constituye un caso aislado dentro del teatro popular en el ámbito rural del sur de la provincia de Salamanca, pero lo cierto es que es la única representación que subsiste, a excepción de una nueva loa de tradición moderna, la Loa de Nuestra Señora de Majadas Viejas, que siguiendo el modelo de la Loa de la Asunción de Nuestra Señora, creara el cura párroco D. Saturnino Jiménez Hernández y que se estrenara en 1954, habiéndose “tradicionalizado” desde entonces y siendo representada cada año en la romería primaveral de Nuestra Señora de Majadas Viejas.
Entre los valores significativos y relevantes que confluyen en esta manifestación cultural, susceptible de su calificación como Bien de Interés Cultural, destacan en primer lugar una tradición con referencias documentales del siglo XVII, cuya representación se ha llevado a cabo sin interrupción desde esa fecha hasta la actualidad, gracias a la participación de los miembros de la comunidad, que participan activamente y que constituye la base de su identidad. Es el pueblo, con las diferentes familias que lo componen, empujado por la fuerza de la tradición, el auténtico protagonista de la Loa de la Asunción de Nuestra Señora. Por tradición determinadas familias del pueblo encarnan determinados papeles y los van representando año tras año, pasando de generación en generación. La especificidad y plasticidad de la celebración se caracteriza por este alto grado de participación e implicación de los miembros de la Comunidad, pero además por su interrelación con un importante número de elementos de interés histórico y cultural. Por un lado, el escenario de la representación, al aire libre con la iglesia y la plaza como centro de la representación; por otro lado, la indumentaria, que se ha mantenido inalterada años tras año lo que facilita la identificación de los personajes. A esto se unen las manifestaciones musicales y la gastronomía típica, con los turuletes dulces típicos que junto a los bizcochos y rosquillas.