La plaza del grano, escondida a medio camino entre el Barrio Húmedo y el Camino de Santiago es el rincón más entrañable de León, ese aire nostálgico del León que hemos perdido, cazurro y tradicional, con ese aire de poblachón grande,
Hace años libró de la especulación inmobiliaria y hoy el Ayuntamiento amenaza con reformarla, y ahí sigue, con sus cantos rodados de toda la vida que son un suplicio para las mujeres y sus tacones. Ahí sigue con sus tabernas, con su antigua callejón de “Apalpacoños” hoy rebautizado como de Don Gutierre, con la Iglesia del Mercado y la antigua picota, con las “Carbajalas” de toda la vida y ahí sigue con la fuente neoclásica con los ríos Torío y Bernesga.
Es mi plaza favorita. La plaza más bella de León. Un lugar dónde el tiempo se ha detenido, (bueno aún que en el resto de la Ciudad). De ella encontramos lo siguiente en la Wikipedia “La Plaza del Grano es una plaza situada en pleno casco antiguo de la ciudad de León. Aunque popularmente se la conoce como plaza del grano, su nombre oficial es el de Plaza de Santa María del Camino al estar situada tras la iglesia homónima. Cuenta con un empedrado característico del León medieval.
Su nombre actual se debe a los mercados en los que se vendían grano y otros productos del campo que tenían lugar aquí. La plaza es de planta irregular y se encuentra parcialmente porticada, ya que aunque en origen la totalidad de la plaza se encontraba porticada, el paso de los años ha hecho que los viejos inmuebles porticados hayan sido sustituidos por otros sin soportales.
El centro de la plaza se corona con una fuente con dos niños que representa la confluencia en la ciudad de los ríos Bernesga y Torío. La fuente está compuesta por un pedestal en el que se eleva una columna con base ática y capitel con hojas de acanto y espadaña y en lo alto dos escudos de la ciudad. Los niños están unidos a la columna, teniendo bajo sus brazos cruzados por la espalda una máscara de león que vierte agua en un cuenco.
Se terminó y colocó esta fuente en el año 1769. Las esculturas las ejecutó Félix Cusac, ayudándole el leonés José Velasco.
Junto a esta escultura se encuentra una segunda, esta vez una cruz de piedra de base cuadrada en la que los cofrades de Santa María «in sábato» le cantaban la Salve. Esta cruz era así mismo la picota de la ciudad donde según la tradición se apareció la Virgen un 9 de febrero.
En alguna ocasión ha albergado el mercado medieval de la ciudad, en las fiestas de San Froilán y también actuaciones de carácter folclórico. Sin embargo, estos usos son marginales y la plaza permanece actualmente sin más uso que el de los turistas y lugareños que pasean por ella.
Texto y fotografías: LD Martínez
Fuente: Wikipedia