La riqueza patrimonial y cultural de España convierte a nuestro país en el escenario ideal para el surgimiento de casas rurales.
La dualidad del turismo español, con una costa excepcional y un interior menos conocido internacionalmente pero con múltiples posibilidades, anima cada vez más a grandes y pequeños inversores a montar un hotel con encanto en algún paraje rural.
No obstante, no debe creerse que el éxito de estos alojamientos rurales se explica exclusivamente por la belleza del entorno. Los buenos paisajes, si bien pueden servir como principal atracción para los potenciales huéspedes, no bastan para sostener el negocio en el tiempo. En primer lugar, toda casa rural debe reconstruir en mayor o menor medida el ambiente propio de una vivienda del interior. Esto resulta especialmente atractivo en las regiones en las que se dispone de una construcción típica (los cortijos en Sevilla, las masías en Barcelona…). Cuanto más real sean tanto los interiores como la fachada mejor será la integración del hotel en su entorno.
Con todo, la mejor opción es la de establecer un hotel con encanto en una propiedad antigua (que no tiene por qué ser una vivienda). Localizar un edificio singular en un bello enclave es algo que está ganando adeptos en los últimos tiempos. En los casos en los que el edificio en cuestión sea moderno, deberemos reformar algunos espacios con materiales típicos de la zona y de acuerdo con los criterios formales de los siglos pasados. Un guiño al pasado que se combinará con las últimas comodidades disponibles (calefacción, insonorización, ventilación…) para ofrecer un servicio integral al huésped.
El último factor está relacionado con la competitividad del negocio. Hay que tener muy claro que, si lo que el viajero va a encontrar en nuestro establecimiento lo puede hallar en los alrededores, solamente podemos aspirar a convertirnos en su opción predilecta si le ofrecemos las mejores atenciones del lugar o los precios más bajos. Está dicotomía no siempre se resuelve correctamente. Algunos inversores esperan rentabilizar su inversión con prontitud y por ello imponen tarifas incoherentes con la situación del mercado. La paciencia y la apuesta decidida por un tipo de negocio en concreto resultan claves.
Acerca de Lançois Doval
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