Ayer lunes arrancaba el XII Taller didáctico del Románico de Fundación Santa María la Real. A lo largo de cuatro jornadas, los participantes analizarán in situ, al pie de los monumentos, cuestiones como la pintura mural, el mobiliario litúrgico, la decoración de San Isidoro de León o el mito del Santo Grial.
“El hombre medieval consideraba a la iglesia como la Casa de Dios y por tanto tenía que ser el mejor edificio de todos, tanto desde el punto de vista constructivo como decorativo. Por ello, en su construcción se emplearon los mejores materiales que se tenían a mano y sus elementos se engalanaron con bellos repertorios ornamentales, tanto escultóricos como pictórico”, explica Pedro Luis Huerta, coordinador del programa de cursos de la Fundación.
Algo similar ocurre con el mobiliario y los utensilios que se usaban para la liturgia sacramental, cuya puesta en escena requería, en muchas ocasiones, que fueran fabricados con los materiales más ricos del momento. De esa manera, explica Huerta, “se contribuía resaltar, aún más, el esplendor del espacio sagrado”. Es el caso de altares, pilas, cruces, cálices, misales u otros elementos litúrgicos, de los cuales se verán ejemplos destacados a lo largo del curso y en las visitas a los templos.
En el taller didáctico de este año, se pretende ofrecer un acercamiento práctico al monumento románico, analizando precisamente esos elementos de los que hemos hablado: su decoración, su mobiliario y su funcionalidad. Para ello, como en las anteriores ediciones, la actividad continuará con a norma de impartir todas las lecciones al pie mismo de los edificios, facilitando de esa manera una mayor interrelación entre profesores y alumnos. Además, este año, para cumplir con los aforos y normas de seguridad frente a la covid 19, los 44 alumnos con los que cuenta el curso se dividirán en dos grupos durante las visitas.
Pinturas murales, altares y pilas bautismales
Así, por ejemplo, a lo largo de las dos primeras jornadas, uno de los grupos, acompañado por Pedro Luis Huerta, visitará las iglesias cántabras de Villacantid, La Loma y Mata de Hoz en Valdeolea, para analizar los enlucidos policromos y las pinturas murales que “visten los muros de color”, prestando especial atención a sus programas iconográficos y fuentes de inspiración de sus creadores.
El segundo grupo recorrerá con el historiador Jaime Nuñolas iglesias palentinas de Pisón de Castrejón, Colmenares de Ojeda y San Salvador de Cantamuda, donde analizarán su mobiliario litúrgico. Entre otros elementos, Nuño pondrá el acento en la decoración escultórica de los altares y pilas bautismales de época románica. Completado el itinerario, los grupos se intercambiarán para tener acceso a la formación completa.
En la tercera jornada, los alumnos se trasladarán hasta San Isidoro de León para realizar una sesión monográfica sobre el edificio que incluye dos conferencias, un pequeño coloquio y la visita a la iglesia, el panteón y el museo de la Real Colegiata. En esta ocasión, los ponentes serán Gerardo Boto, profesor de la Universidad de Gerona; que abordará el ornato escultórico del edificio; y José Alberto Morais, investigador de la Universidad de León, que hará lo propio con la parte pictórica y el tesoro sagrado.
El Santo Grial: de talismán celta a reliquia cristiana
El taller terminará el jueves, 23 de julio, en el Monasterio de Santa María la Real, donde Santiago Gutiérrez García, de la Universidad de Santiago de Compostela, explicará “uno de los mitos más populares que ha legado la Edad Media a la cultura occidental”, el del Santo Grial. En su exposición, apoyándose en el estudio de la literatura medieval, Gutiérrez explicará la evolución del mito de este enigmático objeto y como pasó “de talismán celta a reliquia cristiana”.