Jueves, 25 de noviembre de 2013 – Las ciudades checas tienen un ambiente especial que envuelve de romanticismo sus calles y a quienes las visitan. Con la llegada del Adviento, una magia singular invade la República Checa. Un lugar en el que la Navidad es dulce, huele a canela y jengibre y los villancicos suenan por todas partes. Cada iglesia celebra sus propios conciertos de Adviento y las ciudades se iluminan especialmente para recibir la Navidad.
En este marco, los mercadillos de Navidad se convierten en punto de encuentro en los que adquirir piezas únicas de decoración navideña, realizadas por artesanos locales. Desde bolas de cristal pasando por adornos para el árbol, hasta los tradicionales belenes. Lugares en los que degustar infinidad de pastas de té típicas de Navidad, la tradicional trenza navideña, llamada vanocka o combatir el frío con vino caliente o grog, elaborado con ron, agua caliente y azúcar. Escuchando siempre de fondo cantar villancicos en checo.
En Praga, la plaza de la Ciudad Vieja es el lugar elegido para colocar el árbol de Navidad más grande. En ella se localiza el mercadillo de Navidad más popular de la ciudad aunque hay que dejarse llevar por las luces que iluminan las calles y descubrir los numerosos mercados que saldrán al encuentro.
En Ceský Krumlov, encantadora ciudad llena de paz y harmonía, el adviento está relacionado con encuentros maravillosos como el encendido conjunto del árbol de Navidad. El primer patio del palacio sirve de punto de encuentro para las familias con niños para empezar la Nochebuena se aprovechando la llamada “Navidad del Oso“. Éste también es un lugar ideal, por sus características poéticas, para que todos reciban al Año Nuevo.
La tradición manda
Aquellos que quieran vivir la tradicional Navidad checa degustarán un menú que incluye sopa de pescado, de primero; filetes de carpa rebozada con ensaladilla de patata, de segundo y de postre, alguna de las miles de pastas típicas, eso sí, elaboradas en casa. Para los más pequeños, el momento más esperado llega el día 24 de diciembre después de cenar, cuando el Niño Jesús trae los ansiados regalos de Navidad.
La oferta cultural de República Checa se completa con un buen número de exposiciones, conciertos, festivales musicales y programas especiales para los niños que tendrán lugar en todo el país durante el mes de diciembre. Pero también hay dos imprescindibles:
Elconcierto navideño de la cantante de ópera Eva Urbanová que se celebrará el día 21 de diciembre en Zofín.
Asistir a la “Misa del gallo checa”, uno de los grandes símbolos de estas fiestas. Creada por el compositor checo, Jakob Jan Ryba en 1796, la obra se escucha todos los años en la época de Adviento.
También en Nochevieja
Si el último día del año se pasa en Praga, vale la pena subir al barco de vapor. La navegación, por el centro de la ciudad, es fascinante. Con suerte, es posible subir al histórico barco de vapor Vltava o Vysehrad que este año han pasado a ser el Patrimonio Nacional.
Los tradicionales fuegos artificiales de Nochevieja se celebrarán este año en el parque Letná en vez del río Moldava. La metrópoli se iluminará el 1 de enero de 2014 a las 18:01 horas y el mejor lugar para ver el espectáculo de luces será la Ribera de Dvorák, Puentes de Carlos, Mánes o Cech, Petrín o directamente el parque Letná. También más de 200 estaciones de esquí estarán preparados para dar la bienvenida al año 2014.