Arquillinos es un pequeño municipio situado en la zamorana comarca de Tierra del Pan
El nombre Arquillinos parece tratarse de un doble diminutivo, con morfología común en la toponimia leonesa (Matillina, Fresnellino, Campellino, Castrillino, Casillina). La reiteración de sufijos puede ser meramente expresiva; o proceder de una diferenciación toponímica entre el lugar referido y otro no alejado.
La proximidad entre Arquillinos y el extinto Arcello, así como el común origen del topónimo, obligarían a la nueva sufijación diferenciadora (Arquill-inos), en la que curiosamente se restaura la forma velar –rk– en vez de *Arçellinos. Ello se deberá a la transparencia del topónimo Arcello en la conciencia de los pobladores medievales, para quienes era evidente su significado ‘arquillo’.
Los vestigios romanos hallados en los yacimientos “Las Torrecillas” y “El Torreón”, así como la necrópolis de “Las Paredes”, nos indican la antigüedad de los poblamientos ubicados en este territorio.
No obstante, la fundación de Arquillinos en su emplazamiento actual se debe a la repoblación efectuada por los reyes leoneses durante la Edad Media. Entonces, pasó a pertenecer como señorío al Arzobispo de Santiago, quien recibía los tres cuartos de sus diezmos granados.
En la Edad Moderna, los agobios económicos de Felipe II por su política internacional desembocaron en la venta de Arquillinos, con la correspondiente autorización papal, a Francisco García de Villalpando, en 1588, señorío que recayó en la familia Guadalfajara en el siglo XVII.
Su descendiente, Melchor de Guadalfajara Eraso, regidor de la capital zamorana, logró el título de Conde de Castroterreño en el siglo XVIII, pagándole los labradores un vasallaje de dos fanegas de trigo, los medios labradores una fanega y el resto una ochava, además de 10 maravedíes cada uno y 48 gallinas entre todos.
Que ver
Iglesia de San Tirso. En ella destaca su espadaña construida en ladrillo. Su Retablo Mayor está presidido por la imagen de San Tirso en su hornacina central, rodeado de interesantes pinturas pertenecientes a otro retablo anterior, posiblemente del primer cuarto del siglo XVI, que representan la vida del titular, los apóstoles con sus atributos y escenas bíblicas. Posee también un retablo rococó de tres calles y ático con cinco pinturas de mediados del siglo XVI, que pertenecieron a un antiguo retablo dedicado al Apóstol Santiago.