La Fiesta de Vendimia en Toro, surge de la necesidad de canalizar una serie de actuaciones y celebraciones que durante décadas y de forma espontánea se sucedían año tras año, haciéndolo coincidir con la época de recolección de la uva.
Es una fiesta muy popular, espontánea y alegre, que se celebra al finalizar la dura tarea de la recolección de la uva. Hace muchos años los vendimiadores partían con sus carros y caballerías, aperos y enseres hacia las viñas , permaneciendo en las casas de los señores o en tudas hasta que la vendimia terminaba.
Por ello tenían que llevar todo lo necesario para vivir: alimentos, enseres de cocina, ropa, aperos, etc,.. Después de la tarea diaria, las cuadrillas se reunían junto al fuego y disfrutaban de la música que salía de algún instrumento improvisado: botella de anís, tapaderas de los pucheros y palmas, y al amor de la lumbre cantaban y bailaban hasta que el cansancio les rendía.
Cuando la recolección terminaba, los últimos cestos llenos de uvas se subían al carro, y también todo lo que habían llevado para permanecer allí. El último carro llevaba “el ramo” que significaba que la tarea, un año más, había terminado. Subían la cuesta cantando y con gran alegría. Era un gran motivo de fiesta que se celebraba de diferentes formas según se tratara de casas de “señores” o de sencillos labradores. Se cocinaba especialmente para esta ocasión: los melocotones en vino, las mujeres hacían el arrope con los higos, se bebía el dulce mosto, bailaban y cantaban hasta el alba.
Por ese motivo que todos tenemos de volver a las raíces, de sentir la tradición , en la ciudad de Toro seguimos celebrando la Fiesta de la Vendimia, para regocijo de grandes y pequeños, de toresanos y foráneos. Todos tienen cabida y cada año nos sumamos más a estos días de disfrute y regocijo.
El desfile de carros, vendimiadores y vendimiadoras termina en la Plaza Mayor, lugar en el que se concentran carros, y miles de personas para saborear los ricos productos que los participantes en el desfile llevan en sus cestas.
La música tradicional, los bailes entre torrezno y torrezno, queso o tortilla y el rico vino ofrecido por las cuadrillas de los carros hace que el tiempo pase, sin prisa para volver a casa; “las avispas” zumban y merodean al olor del mosto que desprenden los cestos cargados de uvas. Los niños corretean entre carros y bestias , es un espectáculo único.
El segundo domingo de octubre, los carros con sus reatas de mulas y asnos, salen a la calle, como lo hicieran sus antepasados, cargados con los cestos de uvas, las cestas de ricas viandas, embutidos y quesos, los pimientos fritos, los ricos torreznos y las tortillas hechas con manos sabias, y el “tinto” de Toro para regar estos sabrosos manjares, que luego serán compartidos en la plaza Mayor.
Fue por el año 1972 cuando esta fiesta volvió a tomar cuerpo y desde entonces año tras año va creciendo en cantidad y calidad. Son ya más de 50 carros los que desfilan acompañados de sus vendimiadores y vendimiadoras de todas las edades, todo el pueblo colabora.
La música popular, los grupos folclóricos y el colorido de los ricos trajes de Toro hacen que esta fiesta haya sido declarada de Interés Turístico Regional porque es la esencia de la propia ciudad que renace cada otoño, es el recuerdo de lo que fue, y lo que es. La ciudad del vino, del vino que lleva su nombre.
Descárgate el programa de actos: programa_vendimia_2013
Fuente y más info: http://www.toroayto.es