Este 28 de noviembre de 2019, se ha celebrado en la Casa de León uno de esos actos que merecen la pena, por su arraigo en la tradición literaria leonesa.
Pedro Argüelles fue Presidente de la Casa de León, y su personalidad y gestión pronto marcaron el devenir de la Casa. Su impronta en el imprescindible centro leonés en la capital fue clave en su desarrollo, y por ello fue nombrado Presidente de Honor.
Durante esos años, una de las generaciones más brillantes de la literatura española se reunía con asiduidad en la Casa. Por ello, los archiconocidos José María Merino, Juan Pedro Aparicio, y Luis Mateo Diez, se han reunido en un calecho (también filandón), ámbito en el que tan bien se mueven, para homenajear a Pedro Argüelles, como presidente y como amigo de todos ellos.
La tarde se llenó de anécdotas e historias que llenaron la fría noche madrileña, y deleitaron al numeroso público que acudió al salón de actos. Como labor imprescindible de Pedro, estuvo defender la identidad leonesa de la Casa, que rechazó integrarse en 1983 en la federación de Casas Castilla y León, conservando su independencia y tradición. Esos años, la Casa vivió un momento álgido y esplendoroso, donde la actividad cultural, lúdica y empresarial era la envidia de cualquier centro regional.
También acudió al acto el Presidente del Consejo Superior del Centro Asturiano, Francisco Rodríguez. Pero las intervenciones más emotivas, fueron las de su viuda Marta, y su nieta Beatriz, rememorando su pasión por Caboalles y La Braña. La velada acabó con un concierto de un cuarteto de voces, capitaneados por uno de los hijos de Pedro, Jorge, interpretando las típicas canciones leonesas y de Laciana. Un acto para la posteridad.