En julio de 1947 seis piragüistas zamoranos se atrevieron a realizar el trayecto de Zamora a Oporto a través del río Duero, nexo común de las dos ciudades.
Una aventura sin precedentes, ya que hablamos de una época en la que existían numerosos rápidos y un río embravecido por lo agreste del terreno.
Piraguas de lona y madera tipo canadiense, con lo que el peligro de hundimiento era a veces inevitable. Una aventura que llegó a buen fin, no sin pasar una serie de contratiempos debido a la bravura del río en esa época.
Un descenso que tuvo repercusión en los medios nacionales y locales de la época, así como en el noticiario NODO.
Esta exposición es un homenaje a esos deportistas que se atrevieron a desafiar un río Duero salvaje y caudaloso, y que llegaron a su destino después de dieciséis días agotadores. Además, ellos fueron el adelanto y el caldo de cultivo para que el piragüismo zamorano esté hoy día en los mejores niveles del mundo.