Casi el 80% de la información que recibimos de nuestro entorno nos llega a través de los ojos, por ello, mantener una buena salud ocular es primordial a cualquier edad, si bien, cobra más importancia en la edad escolar.
Casi el 80% de la información que recibimos de nuestro entorno nos llega a través de los ojos, por ello, mantener una buena salud ocular es primordial a cualquier edad, si bien, cobra más importancia en la edad escolar. No solo hay que ver bien, sino que hay que hacerlo cómodamente y sin esfuerzos, ya que la salud ocular influye directamente en el proceso de aprendizaje y en el rendimiento y aprovechamiento escolar. Por ello, entre los preparativos para el nuevo inicio del curso escolar, es fundamental que contemplemos la visita al oftalmólogo, a fin de poder detectar cualquier anomalía que pueda existir y dificulte la actividad cotidiana de los niños.
Durante la jornada escolar la visión tiene que trabajar constantemente, adaptándose a diferentes usos y medios: libros, cuadernos, pizarras, ordenadores, etc. Además, al llegar a casa, y en el tiempo de ocio, esta tarea continúa con el uso de la televisión, la videoconsola o el teléfono móvil. En este sentido, podemos decir que actualmente, la visión de los niños se somete a una larga jornada utilizando dispositivos electrónicos de última generación que fatigan en exceso su equilibrio visual.
Por ello, los oftalmólogos recomiendan estar especialmente atentos a determinados síntomas como dificultades en la lectura o en la realización de las tareas escolares, o dolores de cabeza recurrentes, que inciden negativamente en el rendimiento escolar de los niños pero, que en muchas ocasiones, no se asocian con problemas visuales cuando éste puede ser su origen en un alto porcentaje de los casos.
Para una buena salud ocular, los expertos recomiendan que la primera revisión visual se realice a los 3 años y, que a partir de los 5, se realice de forma anual. En este sentido, el Instituto de Microcirugía Ocular, IMO, ha alertado de que existe un elevado porcentaje de patología oculta entre los niños. Así, el 10 % de los 1.144 niños revisados por la Fundación IMO en el último Festival de la Infancia, celebrado el pasado invierno, permitieron detectar posibles problemas en un total de 116 niños, que, en su práctica totalidad, no llevaban corrección óptica ni habían sido diagnosticados previamente.
Las patologías ocultas más frecuentes entre los escolares suelen ser: estrabismo, ojo vago y defectos de refracción. Lo que ocurre es que, sobre todo en edades tempranas, los niños pueden percibir que tienen problemas visuales, pero no saben cómo expresarlo. Por ello, es fundamental que los adultos a su cargo estén atentos a cualquier síntoma que pueden hacer saltar la alarma tales como: que les cueste mantener la atención, especialmente en actividades de cerca, o que entrecierren los ojos o giren la cabeza al ver la TV; que se acerquen mucho a las videoconsolas o las pantallas y se froten excesivamente los ojos; que sufran picor en los ojos y que estén enrojecidos; o, que se quejen de dolores de cabeza de forma reiterada, entre otros. En este sentido, ante la más mínima sospecha, debemos acudir al oftalmólogo, para cuidar la salud visual del niño y que ésta, no interfiera en su proceso de aprendizaje y rendimiento escolar.
Texto: comunicae