El portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet, ha anunciado la intención de la coalición de presentar durante el próximo curso político una serie de iniciativas parlamentarias para reabrir el debate y aportar soluciones para retomar la lucha contra el consumo excesivo de azúcares, “ las tímidas propuestas en su día por parte del gobierno del PP quedaron aplazadas por las presiones de los lobbies existentes, luego han aparecido más propuestas que han quedado en nada, y mientras, la cuna de la dieta mediterráneo continua con unos índices de consumo de azúcares alarmantes, siendo uno de los estados con más problemas de obesidad infantil”
Mulet ha puesto la vista en Portugal que acaba de prohibir la publicidad en redes sociales, televisión o radios destinada a menores de dieciséis años de productos azucarados, o con exceso de grasas ( yogures, cereales, bollería, galletas…etc), para desincentivar el consumo de grasas saturadas, azúcares y productos no saludables “ en el Estado Español, solo hay que entrar en los canales televisivos de programación infantil o en las franjas horarias de las cadenas generalistas en horario infantil, y todo es publicidad de productos azucarados y nada saludables. El exceso de azúcares provoca problemas serios circulatorios, obesidad y otras patologías, y la adicción al azúcar es más potente que al tabaco, contra este se ha podido actuar a pesar de las reticencias y presiones, el azúcar continua siendo intocable. La excusa no puede ser la industria de la remolacha, también existe una industria tabaquera, o de armamento, y no por ello son buenas”
Compromís ha recordado que algunas comunidades autónomas han aplicado tasas a ciertos productos azucarados o están debatiendo hacerlo “ se calcula que la tasa aplicada en Catalunya a las bebidas azucaradas han conseguido reducir un 20% su consumo. Aquí no se busca medidas para recaudar más, sino para desincentivar el consumo, más cuando existen a todos los productos alternativas, desde los mismo elaborados bajos en azúcares, a productos más saludables. Por ello, además de incrementarla información y concienciación sobre los efectos del consumo excesivo de azúcares, del “ azúcar oculto” en muchos productos, tocaría buscar medidas desincentivadoras como aplicar tasas, prohibir en centros escolares, deportivos o sanitarios la venta especialmente en máquinas de vending de productos no saludables por su cantidad de grasas saturadas y azucares, o incluso aplicar protocolos para “desenganchar” a la gente con adicción “ no pretendemos prohibir, sino promover una estrategia de estado de alimentación saludable, tenemos la industria alimentaria potente para dar alternativas optimes, tenemos una tradición cultural que destaca por una dieta que es objeto de ejemplaridad en todo el mundo, y a pesar de ello, somos líderes en obesidad infantil; tenemos la solución ante el problema, solamente hay que buscar qué políticas hacer para cambiar la situación, y a nuestro juicio, parece muy fácil”
Mulet ha expuesto en la misma línea que frente al azúcar oculto, aquel que se camufla en productos que las personas consumidoras conscientemente desconocen, hay que avanzar hacia un sistema de etiquetado fácilmente entendible “ si en un tomate frito industrial hay más azúcar que en unas chucherías, el consumidor ha de ser consciente y poder elegir sin tener un máster en química, los productos han de estar bien etiquetados, con distintivos por ejemplo de todos aquellos productos que contengan un alto índice de azúcares, sales o grasas. Un zumo industrial puede ser consumido como algo saludable, gracias al lavado de imagen de la publicidad, pero ser directamente un “ chute” de azúcar nefasto para nuestro organismo, la ciudadanía ha de ser conocedora de los efectos y la composición y cómo de saludable es cualquier producto alimenticio”