La Mesa de Contratación adjudica por un importe superior a 270.000 euros su desarrollo durante los dos próximos años en los barrios Buenos Aires, El Rollo-Puente Ladrillo, San José-Zurguén, Pizarrales, San Bernardo, Garrido y Centro. Con esta iniciativa se busca prevenir el consumo de alcohol y drogas, y promover hábitos de vida saludables. El educador de calle se coordina con todas las administraciones y entidades que están presentes en la vida de sus usuarios como centros educativos, centros de salud, equipo de salud mental infanto-juvenil, centro de acción social de la zona o el servicio de protección a la infancia.
El Ayuntamiento de Salamanca ha adjudicado, en la Mesa de Contratación, el programa municipal de prevención comunitaria ‘Educación de calle’ durante los dos próximos años, prorrogables durante otros dos, por un importe total de 270.134,37 euros. Una iniciativa de la Concejalía de Salud Pública en cuya última edición participaron unas 1.800 personas y se intervino con unas 225 familias.
Este programa tiene como objetivo principal la prevención de drogodependencias en niños, adolescentes y jóvenes de los barrios salmantinos de Buenos Aires, El Rollo-Puente Ladrillo, San José-Zurguén, Pizarrales, San Bernardo, Garrido y Centro. La asociación Asecal ha sido la adjudicataria de las actividades de educación de calle en Pizarrales y San Bernardo, Cruz Roja en Garrido y Centro, TAS en El Rollo-Puente Ladrillo, Cáritas en San José-Zurguén y Asdecoba en Buenos Aires.
El perfil y la edad varían teniendo en cuenta los matices de la realidad social que cada zona presenta. Así, se otorga una mayor importancia a aquellos niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo, tanto por el uso indebido y abuso de drogas como por cualquier otro tipo de situación considerada de riesgo social.
Con el programa ‘Educación de calle’ se busca revertir el inicio precoz y prevenir el consumo de alcohol y drogas, así como promover hábitos de vida saludables en la población infanto-juvenil; reactivar el proceso de socialización de los jóvenes mediante el acompañamiento personal y la mediación social del educador; convertir el ocio y el tiempo libre en un instrumento para el enriquecimiento y el desarrollo personal saludable; promover, apoyar y trabajar conjuntamente el desarrollo comunitario en las zonas de acción del programa; y recuperar la calle como espacio socializador.
El educador de calle se coordina con todas las administraciones y entidades que están presentes en la vida de sus usuarios como centros educativos, centros de salud, equipo de salud mental infanto-juvenil, centro de acción social de la zona o el servicio de protección a la infancia, así como con las entidades y organismos que sean necesarios. Las actividades que se desarrollarán son formativas y educativas, laborales-ocupacionales, relacionadas con el ocio y el tiempo libre, con la sensibilización y actividades de coordinación.