Forma parte de los actos con motivo de la Capital Española de la Gastronomía.
Desde siempre Burgos ofrece las morcillas más sabrosas, las de mejor calidad, las que tienen más variedad de ingredientes, incluso las más sofisticadas y con más audaces combinaciones: raviolis de morcilla, nachos con sabor a morcilla, paté de morcilla, tortilla de patatas con morcilla en tarro y las morcillas de autor, con arroz bomba, de manzana y calamar… Ahora, además, Burgos se ha propuesto elaborar la morcilla más larga del mundo, y que entre en el Libro Guiness de los Records, naturalmente.
Dentro de las actividades en torno a la Capital Española de la Gastronomía que ostenta la capital castellana durante todo 2013, el nuevo reto es conseguir esta morcilla que pesará 200 kilos, requerirá la ayuda de 400 voluntarios, probarán 4.000 personas y tendrá una longitud de 178 metros. No 150 ni 200; 178 exactamente, una cifra que coincide con la altura sumada de las dos torres de su grandiosa catedral, Patrimonio de la Humanidad.
La cita será el 29 de septiembre de 2013 en el paseo de la Sierra de Atapuerca, a los pies del Museo de la Evolución Humana, en la margen izquierda del río y en una de las zonas más modernas y atractivas de Burgos. Aunque la iniciativa es de los organizadores de la Capital Española de la Gastronomía y del Ayuntamiento de Burgos, hay muchos implicados. Juegan un papel fundamental la Asociación de Fabricantes de Morcilla (AFAMOR), liderada por Roberto Da Silva de Embutidos de Cardeña y la empresa de calderería Pierre Guerín, que ha diseñado específicamente la caldera donde se cocinará la gigantesca morcilla a fuego lento con carbón vegetal, en una estructura de arena que absorberá el calor. La olla se ha diseñado especialmente para lograr este record Guinness y AFAMOR y Pierre Guerín han tenido en cuenta todos los detalles para que la morcilla mantenga la calidad y un gran sabor de principio a fin. El peso en vacío de la olla es de 250 kilos y sostendrá un peso final de 1.600 kilos.
También tiene protagonismo la propia ciudadanía burgalesa que animará el trabajo de los profesionales, participará en tareas voluntarias y degustará el resultado. Son necesarios 400 voluntarios, que tendrán una participación muy activa, ya que serán los encargados de mover paso a paso el mantel que sostendrá la morcilla hasta alcanzar los casi 200 metros, en un proceso laborioso que comenzará a las nueve de la mañana y culminará hacia las dos de la tarde. Una vez cocinada la morcilla, se cortará en 4.000 raciones. Quienes quieran degustar un trozo de la gran morcilla, colaborarán con un euro, que incluye un vaso de cerveza San Miguel o agua, y que irá destinado a Cruz Roja y Aspanias.
Un inspector de la organización World Record Guinness llegado expresamente desde Londres será quien certifique la consecución del desafío para su posterior inscripción en la próxima edición del célebre libro.
El conocido popularmente como Libro Guiness de los Record nació en 1951 fruto de una discusión de Sir Hugh Beaver, por entonces director ejecutivo de Guinness Brewery con sus compañeros de caza sobre si el pájaro de caza más rápido de Europa era el chorlito dorado o el urogallo (al final, ganó el halcón peregrino que llega hasta los 321 kilómetros por hora). Se le ocurrió que un libro que proporcionara la respuesta a este tipo de preguntas podría llegar a ser muy popular. Y acretó, hoy es tan popular como para vender más de 100 millones de ejemplares cada año en unos 100 países, siendo el propio libro también un record por tratarse de la serie de libros más vendida con derechos de autor en todos los tiempos. Curiosamente, también es uno de los libros más robados de las bibliotecas públicas en los Estados Unidos.
Fue una idea más surgida de esa fábrica de propuestas sugerentes que es la propia Guiness, que además de cerveza negra, se ha convertido en todo un símbolo de la nación irlandesa. Ya el creador de la primera fábrica de cerveza dio muestras de emprendedor cuando logró convencer a su casero de que le hiciera un contrato de arrendamiento de una cervecería abandonada por ¡9.000 años! a 45 libras por año (¡y solo han pasado 254 años!). En el museo de la Fábrica Guinness en el centro de Dublín, se puede ver el contrato de alquiler.
TEXTO: Enrique Sancho
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