Tierra de aventuras, el desierto marroquí conserva sus tradiciones seculares y su modo de vida ancestral.
Liberarse del minutero del reloj dejando atrás la rutina del día a día para convertir el tiempo en aventura.
Experimentar nuevas sensaciones, descubrirse a sí mismo, darle la mano a la naturaleza o vivir al ritmo de los hombres azules; recorrer el Sahara en camello, a pie, en 4X4 o en quad. Marruecos es la puerta más accesible y segura a ese infinito desierto que ocupa buena parte de África. Bienvenidos a un viaje de aventura entre carreteras, valles, gargantas, dunas y pueblos con historia.
El viento vespertino agita la túnica de un príncipe de desierto mientras de aquella improvisada fogata sale un olor que sabe a Marruecos. Comienza un viaje entre las dunas.
Marca la brújula el sur del sur, dirección más allá de la exótica Marrakech.
Es allí, donde señala la aguja, donde se extiende el misterioso desierto del Sáhara, poblado de pueblos nómadas bajo un cielo negro de tinta y un amanecer que despide estrellas tras un azul intenso. Un lugar que invita siempre a una aventura: conocer lo desconocido…
Por la ruta de los oasis
Ya sea saliendo de Marrakech o de Ouarzazate, los circuitos en 4X4 recorren los lugares más mágicos del gran Sur.
Rincones sorprendentes como los Valles del Draa, antesala del desierto del Sáhara y famoso por su palmeral datilero donde también se pueden apreciar fortificaciones de adobe; la ruta de las 1.000 Kasbahs, un recorrido entre castillos de adobe y palmerales entre los que destacan el Valle de las Rosas -formado por hectáreas de rosales- y del Dades que debe su nombre al río que serpentea enclavado entre las montañas a lo largo del recorrido, respaldado por acantilados de color ocre, terracota y rojo.
Lo que no te puedes perder…
Merzouga es un pueblo perdido en mitad de la arena bañada por el sol y el silencio, una de las puertas del Sahara; es el territorio del erg Chebbi, un mundo de dunas, palmerales, pistas y rutas de senderismo.
En sus alrededores se alzan las dunas más altas de Marruecos y puede contemplarse el amanecer más hermoso del mundo. Un lugar mágico donde se extiende un palmeral y fluyen aguas agitadas por el vuelo de los pájaros. Se trata del lago Dayet Srij y su población de aves migratorias.