La Plaza Alta de Badajoz, recientemente rehabilitada, fue durante varios siglos el centro de la ciudad desde que ésta rebasó los límites de la alcazaba musulmana. Anteriormente era conocida como plaza pública o simplemente «la plaza».
Porticada en gran parte, bajo sus arcos se celebraban los mercados en la Edad Media. También era lugar de celebración de festejos y reuniones de todo tipo. Desde 1899 hasta la década de 1970 alojó un mercado de hierro, trasladado, al perder su uso, al campus universitario; este edificio, proyectado por el arquitecto Tomás Brioso Mapelli en 1890, fue declarado en diciembre de 2012 Bien de Interés Cultural.
La plaza tiene dos zonas claramente diferenciadas: hacia el norte y el Arco llamado del Peso o Mirador de la Ciudad es la parte más antigua, con influencia de lo medieval en muchas de sus construcciones; hacia el sur y el Arco del Toril está la parte más moderna y regularizada. El espacio tiende a lo rectangular, si bien posee un estrechamiento en la parte norte, irregularidad que es fruto de su fecha de fundación y de la adaptación al terreno, con fuerte pendiente hacia el oeste. Tiene unas dimensiones de unos 90 x 30 m.1
Uno de sus flancos más interesantes es el formado alrededor del antiguo toril. Se trata de la reforma de la plaza conseguida por el Concejo y financiada por el Obispo Marín de Rodezno y el Cabildo Catedralicio de la ciudad. La reforma, que consistía en la renovación total de la plaza, comenzó en 1699 y se vio interrumpida en 1703 por la proclamación de la Guerra de Sucesión. Lo realizado, un 30 % del total, muestra una plaza cerrada del tipo de las plazas mayores de Valladolid, Madrid, Córdoba o Salamanca, con una decoración barroca de gran singularidad.
En sus alrededores se encuentran casas y monumentos notables, como la alcazaba, la Casa Consistorial de Badajoz, las Casas Coloradas, las Casas Mudéjares o la Torre de Espantaperros. Además, se cree que la Judería de Badajoz se encontraba en sus alrededores (C/San Lorenzo).
En la actualidad ha recuperado la vitalidad perdida y han regresado a ella nuevos moradores, instituciones y comercios.