Una vez más la Casa de León de Madrid ha sido el escenario ideal para la presentación del último libro del Padre Eutimio Martino.
En esta ocasión se trató de un nuevo volumen de la serie “La Huella de las Legiones”, que ha visto la luz recientemente y hace el número nueve de estos“cuadernos de campo” que desde el año 2003 han ido publicándose sin pausa. La serie pretendeilustrar con numeroso material gráfico los vestigios que dejó la conquista romana de cántabros y astures sobre el paisaje de las montañas de León.
A las 19:30 h. de hoy viernes se congregó un nutrido grupo de personas en torno al jesuita y sabio leonés, en una mesa presidida por D. Diego García Paz, presidente de la Casa de León en Madrid, D. Antonino González Blanco, catedrático jubilado de la Universidad de Murcia y D. David Martino García, profesor de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid y sobrino del autor.
El acto comenzó con una breve presentación de La Casa, centrándose posteriormente en la vida y obra del Padre Martino a cargo D. Diego García Paz, tras la que fueron leídas unas líneas dedicadas por el escritor Juan Pedro Aparicio, quien lamentablemente no pudo acudir a este acto de presentación. Por su parte, el catedrático D. Antonino González Blanco dedicó su intervención a resaltar la importancia que para el conocimiento de la Historia de la conquista romana tienen las aportaciones del Padre Martino. En especial hizo hincapié en el valor que tienen para los historiadores y arqueólogos la multitud de restos que el erudito leonés ha ido descubriendo en las montañas de la cordillera Cantábrica a lo largo de décadas de investigación sobre el terreno.
La intervención de D. David Martino, se centró en glosar la parte de este libro dedicada a la “patria chica” del Padre Martino, pues en su nuevo libro muchas de las páginas con sus importantes novedades se sitúan en el valle de Sajambre, lugar de nacimiento del autor. Finalmente los asistentes pudieron disfrutar de unas palabras del Padre Martino, que fueron de lo más esperado e interesante del acto y demostraron la vitalidad y energía que conserva el maestro jesuita a pocas semanas de cumplir 94 años de edad.
