Tierra de fiestas y tradiciones centenarias llenas de arraigo, Navarra se prepara para despedir el 2018 con grandes celebraciones que reflejan la riqueza de su historia y cultura. La Comunidad Foral recibe al Año Nuevo con festejos y citas singulares que la convierten en un destino ideal donde el único requisito es pasarlo bien.
Comienza la cuenta atrás para una Nochevieja llena de coloridos disfraces y animadas San Silvestres. Una arraigada forma de decir adiós al año que acaba, en la que el deporte, ritos tanto paganos como religiosos y celebraciones ancestrales llenan de color las calles navarras en un ambiente festivo que deja huella.
Un inicio de año que, a su vez, será el pistoletazo de salida de ‘La escalerica’, la anhelada cuenta atrás para uno de los eventos más importantes del calendario: los Sanfermines.
Nochevieja de Carnaval
Tras las doce campanadas, el casco viejo de la capital navarra y de otras localidades, especialmente de la cuenca de Pamplona, se inunda de disfraces que llenan de colorido calles y plazas. La Nochevieja en Navarra es un homenaje a todos los personajes famosos de actualidad, así como a los clásicos que nunca fallan: desde políticos o personajes del folklore a todo tipo de personajes públicos.
Todos ellos tienen su réplica en una noche llena de fiesta y color por las diferentes calles de la cuenca pamplonesa. Cualquier disfraz sirve para recibir el año con buen pie y cumplir con una tradición cada vez más popular para navarros y visitantes. Una costumbre que se instauró en los años 70 y que no se ha visto superada por ninguna fiesta privada o cotillón. Cada vez son más los seguidores de esta tradición que comenzó a petición popular, y que anticipa un Carnaval que en Navarra volverá a tener su réplica el próximo mes de febrero.
San Silvestre: una carrera presente en cada punto del territorio
Cada vez son más los adeptos que año a año se apuntan a despedir el año deportivamente. Su cita ineludible es la San Silvestre, la carrera del 31 de diciembre que se ha convertido en un rito más el último día del año. En la capital navarra, miles de personas se congregan la tarde del 31 de diciembre para decir adiós al año, antes de volver a reunirse en torno a la mesa.
Casi seis kilómetros de recorrido para la carrera de adultos de Pamplona que tienen también su vertiente en localidades clave para esta carrera: 4 kilómetros en Alsasua, 4.400 metros en Tudela o los más de 7 kilómetros de recorrido con los que cuenta la categoría absoluta en localidades de la Ribera como Lerín. Una oportunidad que muchos aprovechan para teñir de color disfrazados y que trae a cientos de foráneos a estas localidades (además de otras representativas como Estella, Tafalla u Olite) dispuestos a ganarse el premio.
Tradiciones ancestrales en Bera y Urdiain
Para los que optan por revivir hitos más antiguos, Bera y Urdiain han conseguido traer hasta el día de hoy diferentes celebraciones en las que destacan los cánticos y los ritos para comenzar el año con suerte. En Bera (uno de los puntos más al norte de Navarra) los más pequeños recorren las calles de este pueblo situado en la comarca de Bortziriak, conocida también como las Cinco Villas, pidiendo golosinas, frutas o chucherías que los vecinos lanzan desde el balcón de sus casas. Una tradición que regresa cada 31 de diciembre y a la que sigue el popular Diostesalve, un cántico que los vecinos realizan al anochecer para entrar con suerte en el año próximo.
En Urdiain, vecinos y visitantes celebran su propio rito para despedir el año. En esta localidad situada a unos cuarenta minutos al noroeste de Pamplona tiene lugar cada 31 de diciembre el Rito del Agua, una costumbre por la que los mozos y mozas del pueblo recogen agua de las fuentes en jarras y las llevan hasta el cura y el alcalde cantando canciones en euskera. Justo cuando dan las campanadas a medianoche, los jóvenes de esta localidad, así como de Arakil, Etxarri – Aranatz, Goñi o diferentes puntos del valle del Baztán cantan el Ur goiena, Ur barrena, una letra que homenajea al ciclo del agua. Una forma de expresar la bienvenida a las aguas del nuevo año.
1 de enero, comienza La Escalerica
Justo cuando las calles navarras se llenan de disfraces con el nuevo año, la Comunidad Foral activa su propio cronómetro. Es la cuenta atrás para los Sanfermines, la conocida Escalerica que representa la famosa canción Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio San Fermín.
El 1 de enero, navarros y navarras no solo celebran Año Nuevo, sino la primera fecha de las cinco restantes (2 de febrero, 3 de marzo…, etc.) que quedan hasta su fiesta más universal.
Una fecha de escala internacional que tiñe de blanco y rojo la capital navarra el 6 de julio. Charangas, peñas, txistus, encierros, procesiones y un bullicio contagioso a cada rincón de navarra inundan las calles de Pamplona hasta el 14 de julio, día del Pobre de Mí, el acto oficial que cierra las fiestas hasta el año próximo.
Sangüesa y el Misterio de los Reyes Magos
Con más de cien años de historia, el auto sacramental que Sangüesa celebra cada 6 de enero cuenta siempre con la participación de todos sus vecinos. Esta localidad ostenta el honor de ser uno de los cinco autos existentes en España. Declarada Fiesta de Interés Turístico de Navarra, esta fecha marcada en rojo en el calendario foral consiste en una representación teatral al aire libre que el autor Don José de Legarda escribió en 1900 para los auroros de Sangüesa.
El auto relata el viaje de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente hasta el Portal de Belén. Un recorrido que transcurre entre el palacio Príncipe de Viana hasta el Ayuntamiento, donde los auroros reciben a Sus Majestades al son de villancicos y con el rey Herodes presenciando dicho acto desde el palacio de Vallesantoro. Ángeles, pastores y diferentes personajes vivientes del Belén dan vida a un acto que culmina con la Misa de Reyes que tiene lugar en la iglesia de Santiago.
Estruendo en Lumbier con los caldereros
Cada 5 de enero, esta localidad situada a media hora al sureste de Pamplona se llena de ruido con las cacerolas y demás cacharros que sus vecinos sacan a las calles para celebrar la llegada de los Reyes Magos. Una tradición igualmente legendaria que consiste en ayudar a Sus Majestades a encontrar el camino hasta Lumbier, así como alejar los malos espíritus.
Una fiesta de origen bíblico que comienza con el estruendo de las cacerolas de los niños por la mañana y continúa al atardecer por parte de los jóvenes del pueblo.
Noche de Reyes en diferentes puntos de Navarra
Con gran tradición festiva desde hace décadas, la víspera de que Sus Majestades dejen los últimos regalos en el árbol es también cita de cotillones y gala en Navarra. En localidades como Estella, a la cabalgata le siguen las tradicionales cenas entre amigos (cuadrillas) con la posterior noche de fiesta por los bares de la localidad hasta bien entrada la madrugada.
Lo mismo ocurre en San Adrián, localidad donde locales y turistas reservan incluso con meses de antelación en los diferentes restaurantes, para pasar una noche de Reyes inolvidable. Brindis, regalos y mucho bullicio marca Navarra para cerrar unas fiestas de Navidad para el recuerdo.