Pueblos con encanto y paseos por la historia entre verdes valles salpican las diferentes rutas que integran el territorio. Senderos señalizados que pueden recorrerse tanto a pie como en bicicleta, que dan forma a un paisaje lleno de contrastes.
Si por algo se caracteriza la provincia de Burgos, es por ser mosaico de contrastes en su geografía de norte a sur. Estos paisajes están vertebrados por una serie de rutas y senderos que dan forma a un territorio preparado para disfrutarlo en familia a través de verdes valles, o de forma activa disfrutando de abruptas gargantas o adentrándose en sus frondosos bosques.
Para los aventureros que decidan adentrarse en los paisajes más profundos, la ruta de los Cañones el Ebro es toda una oportunidad para disfrutar del juego de la erosión de la naturaleza. Una caminata clasificada como de pequeño recorrido (PRC – BU 01) por el interior de estos barrancos a los que el agua ha ido dando forma con los años, y que cuenta con un desnivel acumulado de 300 metros. En estos macizos rocosos se encuentra la famosa llanura del Páramo de Lora. Su barranco alcanza en algunos puntos los 200 metros de profundidad donde el río Ebro sigue su curso, dando forma a la geografía burgalesa. Gracias a su frondosa y variada vegetación, su fauna y sus impresionantes paisajes, el Cañón del Ebro es hoy uno de los espacios más característicos de la Península Ibérica.
También para los exploradores más auténticos, el Complejo Kárstico de Ojo Guareña supone una inmersión real en las entrañas de la tierra. Con 100 kilómetros de recorrido, este complejo calizo es el más importante de España y uno de los diez mayores del mundo. La ermita de San Bernabé y la cueva del Ayuntamiento son las dos “joyas” de este impresionante monumento natural, que cuenta con una serie de senderos exteriores señalizados para un fácil recorrido. Para más información y reservas, www.merindaddesotoscueva.es y en www.cuevapalomera.es o en el teléfono de la Casa del Parque 947 138 838.
De mucha mayor extensión es la Vía Verde Sierra de la Demanda, un recorrido de 54 kilómetros que sigue el trazado del antiguo ferrocarril minero, que en su día sirvió para abastecer de hulla a los altos hornos del País Vasco. Una ruta rodeada de hayedos y pinares y que puede hacerse también a pie o en bicicleta. Una tierra legendaria regada por el río Arlanzón y el embalse del mismo nombre, que tiene en Pineda de la Sierra una de sus paradas obligatorias
También en esta zona se encuentra el Sendero Minero de Juarros, un recorrido completamente ciclable que discurre entre minas de carbón. Frondosos bosques de pino y robledal abrazan al caminante en esta ruta didáctica, señalizada con diferentes paneles informativos acerca de la antigua actividad minera. Una ruta de pequeño recorrido (PRC – BU 56) de casi diez kilómetros que pueden recorrerse en aproximadamente tres horas. El caminante podrá disfrutar de los verdes valles que pasan por poblaciones como Ibeas de Juarros, San Adrián de Juarros o Santa Cruz de Juarros.
Igualmente impresionante es la ruta en torno al Salto del Nervión, el salto de agua más grande de la Península Ibérica. Ubicado dentro del Monumento Natural del Monte Santiago, desde su mirador se alcanza una visión espectacular de sus frondosos hayedos. Un trayecto de pequeño recorrido (PR – BU 42) de 4 kilómetros que puede recorrerse completamente en bicicleta en aproximadamente hora y media. Aparcando el coche en Berberana, la ruta comienza y termina en la Casa del Parque Monte Santiago.
Una provincia donde la diversidad paisajística adquiere su máxima expresión en la Mesa de Oña, otra ruta de pequeño recorrido (PRC – BU 65). Este trayecto no ciclable es una puerta para conocer de primera mano los Montes Obarenes y la solemne villa de Oña, localidad donde comienza este sendero. El desfiladero de Oca, el monasterio de San Salvador de Oña, el famoso Chozo de las Merinas (una rústica construcción ganadera) o la localidad de Penches, son algunos de los imprescindibles de este camino de poco más de 14 kilómetros y unas cuatro horas de duración.
Recorridos indispensables para los amantes del senderismo de los que también forma parte la ruta en torno a las Lagunas de Neila. En plena Sierra de la Demanda se encuentran una serie de lagunas de origen glaciar, a las que se puede acceder en coche por una carretera de alta montaña desde Quintanar de la Sierra o desde Neila. Ardillas, corzos y ciervos habitan esta zona llena de masas de pino, y cuyas lagunas más espectaculares son la Laguna Negra y la Larga. Una visita imprescindible, especialmente durante los meses más fríos del invierno, cuando el agua de estas lagunas se precipita dando lugar a una impresionante cascada de agua helada.