El músico británico Eric Burdon y su banda abrirán el próximo 12 de julio el 14 Festival Internacional de Blues de Béjar (Salamanca). También contará en su segundo concierto con la presencia de Robert Cray y Lou Donaldson. Los conciertos se realizarán en La Ancianita, la Plaza de Toros más antigua de España.
Quique Gómez y Luca Gordano Band actuará en el Festival Blues Jazz de Béjar. Luca Giordano y Quique Gómez son dos de los nuevos valores del Blues Europeo. Se conocen en Chicago y a partir de ahí han girado conjuntamente y por separado con artistas de la talla de Bob Stroger ( mejor bajista de Blues 2008, 2009 que a sus 80 años sigue en activo), Eddie C. Campbell, Peaches Staten, Eric “Guitar” Davis, Katherine Davis, Zach Prather, Jimmy Burns….El Blues es la música a partir de la cual surgen todas las músicas modernas pero es una música que se desarrolló en otro país (EEUU) y hace más de un siglo, por lo que en nuestro país hay un desconocimiento de ella. Lo que pretende este espectáculo es acercar esta música al público para que pueda llegar a una mejor comprensión. Factores como la sociedad de la época en la que se desarrolló el género son realmente determinantes en la evolución que sufrió el Blues desde sus orígenes acústicos en el Sur de los EEUU hasta su llegada al norte y con ello a su “era eléctrica” allá a mediados del siglo pasado…
Quique Gómez y Luca Giordano Band es la oportunidad de ver un show de Blues del de verdad. Ellos han aprendido directamente de los Bluesmen que siguen vivos tocando con ellos, con los mismos nombres que tenían en los discos y posters de sus casas, sus ídolos. Pero además es un espectáculo en el que los asistentes se formarán una idea más clara en sus cabezas de lo que es el blues, su significado y su importancia en la sociedad en la que creció.
RONALD BAKER QUARTET
Ronald Baker nació en Baltimore (Maryland), en 1968, pero desde finales de los 90 reside en París, donde participa activamente de la escena musical. Como líder de formación tiene publicados media docena de discos, y muchos más como intérprete de repertorio. Se formó musicalmente en su ciudad natal y en el Conservartorio de Oberlin, donde adquirió unos sólidos conocimientos de trompeta y de jazz e improvisación vocal de la mano de grandes músicos como Donald Byrd, J. J. Johnson, Jon Faddis y otros.
Dotado de un profundo sentido del swing, Baker es dueño de un estilo musical capaz de enfrentarse a todos los géneros (be bop, hard bop, cool, etc) con una personalidad inconfundible que ha heredado de la ligereza y el intimismo los grandes de la trompeta.
Su depurada técnica le ha llevado, también, a participar en la mayoría de los festivales de jazz, siendo, además, muy apreciado en los principales circuitos de blues europeos y norteamericanos.
Ronald Baker, originario de Baltimore, aprendió a tocar la trompeta al lado de los grandes maestros como Donald Burd, Kenny Davis o JJ Johnson. En los 90 se trasladó a vivir a la ciudad de París e inició entonces su carrera musical que le ha llevado a tocar al lado de músicos de la talla de Big Joe Turner, Ricky Ford, Jesse David e Ignasi Terraza.
Como instrumentista, Baker se declara heredero de los grandes trompetistas de la historia del jazz, con un estilo cálido e intimista a la vez, que a menudo ha sido comparado con Miles Davis, Chet Baker o el mismo Roy Eldrigge. En su faceta como cantante, la voz aterciopelada y rítmica de Baker es emparentada a menudo con voces tan conocidas como Al Jarreau y Georges Benson.
DIXIE TOWN
Una banda llamada a seducir a todo aquél que se derrita por las mejores sonoridades setenteras, el rock, blues y la psicodelia más genuinamente americana, con más poso y alma, que además se dejan acariciar por el garaje, el country o el funk cuando la ocasión lo requiere formando un cóctel delicioso.
Un power trío absolutamente salvaje que si bien en directo rezuma buen gusto, furia y actitud, en el disco que nos ocupa,” O Furacan”, no se quedan cortos, haciendo honor a tan potente título, provocando un impactante huracán sónico inapelable en el que sabe a gloria perderse y cuando las fuentes de las que se alimenta su rabioso poder de destrucción son tan cojonudas como Grand Funk Railroad, Blue Cheer, Johnny Winter, Cream, Rory Gallagher, Ten Years After, el impepinable Hendrix, Don Van Vliet con toda su corte y si encima viene todo ello acompañado de un aporte de personalidad propia e incendiaria energía abrasadora no podemos más que rendirnos, cuadrarnos y aplaudir.
Dixie Town presentan en BLUES BÉJAR O Furacán.
Los vigueses son una banda con corazón, con una fuerte base detrás y eso hace que transfieran su pasión por lo que hacen al público que paga por verlos. Cuando sueltan el freno y se lanzan a tumba abierta el escenario se les queda pequeño y se comen el local a base de huevos e intensidad. Pepe Ferrández es dueño de una garganta recia y empapada en aguardiente, capaz de bramar en la tormenta, «The Pills», «Troublemaker», «Doublecrossed», «A Life, A Lie», sentir el blues «My Brother’s Blues» y tomar caminos más dulces en canciones como la estupenda «Every Father’s Son» mientras descerraja uno tras otro solos virulentos y sudorosos en perfecta comunión con su instrumento y con una sección de ritmo, el bajo de Oscar es otra de las piezas fundamentales de su sonido, que no deja hueco por rellenar. Se definen como Power Psych Blues from Galician Country pero podían ser de cualquier otro lugar, cuando se tiene, se tiene, lejos de cualquier procedencia o lugar de origen. Y Dixie Town lo tienen, power trios clásicos como Ten years after, Grand Funk Railroad y el sonido de bluesmans tejanos como Johnny Winter.
LUE DONALSON
Lou Donaldson encarna fielmente el sonido funk del mítico sello discográfico Blue Note. Donaldson es, efectivamente, uno de los padres de ese sonido característico del jazz del último cuarto del siglo XX y su sonido está cálidamente enraizado en el blues. Si a ello se le une una magnifica capacidad técnica, y un dominio absoluto del saxo, podemos afirmar que Lou Donaldson es uno de los grandes saxofonistas de jazz de todos los tiempos.
Su legado discográfico es abundante y afortunadamente está siendo objeto de una amplia política de reediciones promovida por la Blue Note. Imprescindibles sus colaboraciones con los “Jazz Messengers” de Art Blakey o con Thelonious Monk. Tras una prolongada ausencia de la actualidad del jazz en los años ochenta y noventa, la recuperación de este músico en los últimos años del siglo XX y primeros años del presente, nos confirma que Donaldson vive una segunda etapa, más creativa si cabe que la anterior, más madura y más lírica. Son célebres sus colaboraciones con el organista Jimmy Smith o el guitarrista Grant Green
BLUES Y DECKER
Blues & Decker no es el típico grupo de blues que busca ser fiel a un sonido clásico o tradicional, o que se limita a hacer versiones, más o menos personales, de viej…os temas conocidos del género. El espíritu que guía a los miembros del grupo más bien consiste en apropiarse del blues para mezclarlo con otros estilos, y por ello han decidido bautizar su primer trabajo Stealin’ the blues, título que quiere poner de relieve el papel de outsiders del grupo dentro del género.
Blues & Decker es una formación de Blues/Rock que nace en Gijón a mediados de 2009 con la firme determinación de tocar en directo. Inicialmente seleccionan un repertorio de blues clásico buscando la vertiente más folk y tradicional. Tras unos pasos en esta dirección, se incorporan temas con un sonido más eléctrico y sofisticado, acercando así la banda al rock y conformando el estilo final de la misma. En el grupo siempre existió la intención de obtener un sonido propio y no limitarse a reproducir los estándares, por lo que progresivamente van apareciendo ideas que se transforman poco a poco en temas originales que pasan a formar parte del repertorio.
Tras dos años dedicados a engrasar la máquina en directo y componer temas propios, en la primavera del 2012 el cuarteto entró en los estudios Magoo de Oviedo para grabar, con Juan Martinez como técnico de sonido, las nueve canciones que conforman su primer disco. Todas ellas tienen el blues como trasfondo, pero Blues & Decker enriquece cada una de las canciones con pequeños detalles, acordes diferentes, quiebros melódicos o estilísticos que dan como resultado rotundas composiciones propias que les acercan al rock psicodélico de los 70 (‘Till dawn’) o al funk-metal (‘Tomorrow’); también saben tocar suave, en baladas de blues-rock intimista y contenido (‘Blues is dead’), o en piezas de mayor sofisticación y elegancia (‘Stealin’ the soul’).
Cuando deciden coger un camino más clásico (‘No Worries’) o le arrean al blues eléctrico y de gran intensidad vía Chicago mezclado con gotas de swing (‘Posology’) resultan igual de convincentes, y qué decir de las versiones que hacen de clásicos como ‘Shame, shame, shame’ (Jimmy Reed) -enriquecida con la aportación a la armónica que hace David García, miembro de The Blind Lemons- y ‘John The Revelator’, el tema que Son House solía interpretar a capella. Todo ello acompañado de buenas letras que huyen de los tópicos asociados al blues, y apoyados en un sonido contundente, brillante y agresivo, reflejo del que suele ofrecer en los conciertos.
“Stealin’ the Blues”, envuelto en un precioso diseño de Diego Perez Gonzalez, es una excelente carta de presentación para un grupo que tiene un largo camino por recorrer pero que puede estar muy orgulloso de lo hecho hasta ahora
La crítica norteamericana lo cita como el creador del blues moderno. Robert Cray tiene un sitio de honor en la música del alma, alcanzado gracias al poder de sus solos de guitarra y una intrínseca base ligada a lo más profundo del Mississippi. Un blusero que no reconoce edad alguna y no se identifica con una década específica. Una leyenda en su propio tiempo. Él es sin duda uno de los que se ha sabido adaptar a nuestros tiempos y con Nothin’ But Love, su última placa, lo deja bien en claro.
ROBERT CRAY
Robert Cray fue la primera estrella del blues post moderno. El estrellato le vino antes que Stevie Ray Vaughan, hablamos a comienzos de los años 80 y tuvo una repercusión mediática sin parangón a nuestros tiempos. Fue adoptado musicalmente por BB King y actuaba recurrentemente en sus shows. Pero el virtuosismo de Cray era tan evidente, que los amantes del new wave se rendían ante el feroz sonido de la stratocaster. “La nueva sangre del blues” decía el rey del Blues cuando se refería al joven y famélico Robert Cray, pues su esbelta figura lo hacían distinguirse del resto de los guitarristas del circuito. Cray marcó el retorno al blues comercial.
Hijo de un militar destinado a Georgia, Alemania y finalmente, Seattle, Cray creció dentro del seno de una familia clase media. Sus primeros soundtrack vivenciales fueron la música del rock psicodélico de los 60, pero luego descubriría el blues de mando del rey del west side, Magic Sam. Pero además, su visión musical llegaba a las orillas del soul gracias a las grabaciones del sello Stax, siendo Albert King un patrón a seguir. Después de unas clases de guitarra con Isaac Scott, un viejo y desconocido bluesman de Seattle, Cray montaría una banda en la universidad de Takoma con algunos amigos, como el bajista Richard Cousins, quien siguió tocando con él durante mucho tiempo.
Hubo en hecho que marcaría la vida de Robert Cray, pues en plenos estudios universitarios, se encontraría con el mismísimo Albert Collins, este acontecimiento lo haría tomar la decisión de ser un músico profesional. La admiración entre ambos fue mutua, tanto fue así que en el año 1986 grabaron Showdown! Junto a Johnny Copeland, el resultado fue un premio Grammy como el mejor disco de blues tradicional de la temporada.
Luego ya como músico establecido, se iría de gira por Oregón junto al armonicista Curtis Salgado. Cray tuvo la oportunidad de realizar un pequeño papel en la película “Animal House” en la cual la gran estrella era el actor de los Blues Brothers John Belushi. Esto le permitió grabar, bajo la dirección del productor Bruce Bromberg, un disco llamado Who’s Been Talkin, que en aquellos momentos, pasaría desapercibido a los radares de los críticos. La melosa voz de Cray y su estilo de guitarra fluido y muy expresivo lo convirtieron en un nombre prometedor a comienzos de la década.
Algunos años más tarde vendría su segunda placa, este fue Bad Influence donde se presentó a Cray como un tipo que componía canciones graves y profundas, muestra de eso es “Phone Booth”, que fue versionada por Albert King y la dulce balada “Bad Influence”, que Eric Clapton llevaría a la cumbre de las listas de éxitos. Este disco sacó realmente a Cray del anonimato, proporcionándoles largas giras y suscitando el interés de la prensa rock.
Desde entonces no ha parado de empinarse como el prototipo del bluesman moderno, desarrollando su música en diversas corrientes sin dejar de reivindicar su amistado con el blues texano-californiano, una amalgama de sonidos que ha estado presente en gran parte de su carrera, sobre todo en sus últimos discos. Claramente los 80 fueron para Cray. Un ídolo que imprimió fuerza y coraje a una música que, salvo Stevie Ray Vaughan, seguí dándose vuelta en lo mismo. Él vino a revolver una escena que en ese momento sería una de las más destacadas en la historia del blues rock.
Pero algo pasó en los 90, su música no era tan bien recibida como en la década anterior. Cray se preocupaba bastante de encontrar el hit radial antes de hacer un disco de blues. Su condición de “súper estrella” lo empujaba a ser alguien que no quería, pues sus raíces se sentían abandonadas y por ende su música se tornó monótona y con una superficialidad que solo la encarnaban los músicos de pop. ¿Sería capaz de re encantar a la afición blusera como lo hizo a comienzos de los ochenta?, la respuesta es un rotundo sí.
Robert Cray es de esos artistas que trata de mantener una misma línea. Desde que lo conocimos con su primer LP hasta este Nothin’ But Love, la forma de hacer blues es muy reconocible: Una ráfaga de notas que siempre está al límite de la escala pentatónica, llevando sus solos al extremos, sobre todo cuando estira las cuerdas, logrando los bendings más hermosos de todos los bluseros modernos. Graves notas que quedan suspendidas en el aire, con una elegancia superior, un tipo curtido en la mejor escuela de la música del alma.
El disco versión 2012 del afroamericano guitarrista, fue producido por Kevin Shirley (amigo íntimo a estas alturas de Bonamassa) y habla de diversas historias de amor, y como no, si nos encontramos con títulos como “Won’t Be Coming Home”, “I’ll Always Remember You” o la misma “Sadder Days”, que a priori nos haría pensar en un trabajo oscuro, lleno de introspecciones, pero grato es escucharlo y darse cuenta que todas estas tristes historias las ameniza con cálidas melodías y energizantes solos de guitarra, como si la idea de Kevin Shirley era darle un movimiento más comercial al artista, por lo menos con cortes como “Fix This” lo consigue.
Robert Cray se sigue refinando y eso se agradece, pues con Nothin but Love, encontramos una obra completa, que sin duda junto al trabajado disco de Dr. John, se consolidad como los mejores del año, ya que ambos tienen la fuera innovadora del blues del siglo XXI, con arreglos que se explotan más allá del límite de sus capacidades y que a estas alturas son consideradas verdaderas joyas, por lo menos esta placa ha superado con creces nuestras expectativas con un blues post moderno con un fiel respecto a lo clásico, eso es Robert Cray.
ERIC BURDON
Eric Burdon fue, al frente de The Animals, uno de los músicos más respetados de los años sesenta gracias a una voz ronca y potente que todavía mantiene. El músico inglés visita España para presentar las canciones de su nuevo trabajo discográfico, un álbum excelente que devuelve a Burdon el estatus de leyenda que nunca debió perder.
Eric Burdon pertenece a una generación épica e irrepetible de músicos británicos. Todos rondan los 70 años y empiezan a estar para pocos trotes. Es la misma quinta de Eric Clapton, Mick Jagger, Jimmy Page, Jeff Beck y John Cale, todos ellos, al igual que Burdon fuertemente influenciados por el blues y el rhythm and blues que en los 50 y 60 llegaba del otro lado del Atlántico.
Es cierto que los éxitos más importantes le llegaron de la mano de su grupo The Animals a finales de los sesenta, todos a través de versiones de clásicos estadounidenses. Pero la portentosa voz de Eric Burdon hizo que algunos de ellos, como The House of the Rising Sun, hayan quedado asociados en la memoria popular a su grupo.
En cualquier caso, Burdon es un referente de la música contemporánea. El paso de los años lo ha convertido en un personaje más reflexivo. “Todos envejecemos si tenemos suerte de sobrevivir a nuestra juventud. Estoy muy agradecido de seguir haciendo lo que me gusta. Se trata de dar lo que tienes durante el tiempo que lo tienes. Hasta que el río se seque”, explica el cantante británico cuando le preguntan por su nuevo disco Till Your River Runs Dry.
En su directo, Burdon estará acompañado de su nueva banda compuesta por Eric McFadden (guitarra), Billy Watts (guitarra), Terry Wilson (bajo), Red Young (Hammond B3), Teresa James (teclado), Tony Braunagel (batería) y Wally Ingram (percusión).
Eric Burdon pertenece a una generación épica e irrepetible de músicos británicos. Todos rondan los 70 años y empiezan a estar para pocos trotes. Es la misma quinta de Eric Clapton, Mick Jagger, Jimmy Page, Jeff Beck y John Cale, todos ellos, al igual que Burdon fuertemente influenciados por el blues y el rhythm and blues que en los 50 y 60 llegaba del otro lado del Atlántico.
Es cierto que los éxitos más importantes le llegaron de la mano de su grupo The Animals a finales de los sesenta, todos a través de versiones de clásicos estadounidenses. Pero la portentosa voz de Eric Burdon hizo que algunos de ellos, como The House of the Rising Sun, hayan quedado asociados en la memoria popular a su grupo.
En cualquier caso, Burdon es un referente de la música contemporánea. El paso de los años lo ha convertido en un personaje más reflexivo. “Todos envejecemos si tenemos suerte de sobrevivir a nuestra juventud. Estoy muy agradecido de seguir haciendo lo que me gusta. Se trata de dar lo que tienes durante el tiempo que lo tienes. Hasta que el río se seque”, explica el cantante británico cuando le preguntan por su nuevo disco Till Your River Runs Dry.
En su directo, Burdon estará acompañado de su nueva banda compuesta por Eric McFadden (guitarra), Billy Watts (guitarra), Terry Wilson (bajo), Red Young (Hammond B3), Teresa James (teclado), Tony Braunagel (batería) y Wally Ingram (percusión).
SHARRIE WILLIAMS
En EEUU la llaman la Princesa del Rockin Gospel Blues. Sharrie Williams reconoce sus influencias dentro del género de artistas como Koko Taylor, Aretha Franklin, Tina Turner y Etta James. Su repertorio diverso pasa por Baladas de Soul, gospel, Blues lento, shuffles y hasta algo de funky.
Sharrie Williams empezó a cantar con solo 12 años, y pronto se convirtió en una de las voces solistas más destacadas del coro Greater Williams Temple Inspirational Voices de Michigan. Además de cantar también con The Voices of Joy y The Sisters of Love, gravó un álbum con el coro Williams Temple bajo la dirección del maestro Hubert Williams y con la legendaria vocalista de Gospel de Detroit, Mattie Moss Clark como productora.
Las raíces de Sharrie Williams no solo nacen del Gospel profundo, sino también del Soul, Blues y Jazz, con influencias de vocalistas como Etta James, Aretha Franklin, Tina Turner, o Billy Holliday.
En el año 1992 empezó a cantar blues, siendo la principal voz del grupo The Blues Controversy de Michigan. En cada actuación, Williams, con su poderosa voz e inimitable estilo, encandilaba a un público que no la dejaba marchar nunca del escenario.
Al cabo de unos años, la cantante recibió la invitación de cantar en el club ‘The Wise Guys’, acompañada por una banda fija del club.
Sharrie Williams es ahora mismo una brillante estrella que ilumina la región de los Grandes Lagos. Su entusiasmo por la música se puede ver y escuchar en cada actuación; su calidad artística como compositora juntamente con su poderosa voz; su saber estar encima del escenario, y la riqueza de su variado repertorio la han colocado entre los artistas más solicitados para todo tipo de acontecimientos sociales, cívicos y caritativos.
Entradas Festival de Blues de Béjar
ENTRADAS VIERNES 12 DE JULIO
Anticipada: 22 EUROS Taquilla: 25 EUROSENTRADAS SÁBADO 13 DE JULIO
Anticipada: 22 EUROS Taquilla: 25 EUROSABONOS 12-13 DE JULIO
Taquilla: 38 EUROS
ENTRADAS A LA VENTA EN:
CAFÉ-BLUES LA ALQUITARA
Sala Impacto/Bloody Mari (Plasencia)
Librería Hydria (Salamanca)
Café-Teatro Zorrilla (Valladolid)
Café Picaporte (Hervás)
La tortuga producciones (Cáceres)
La cueva del jazz (Zamora)
Reservas Telefónicas: 923 411 777 ( CAFÉ-BLUES LA ALQUITARA)
Fuente y más información:
www.bluesbejarfestival.com