El tradicional Cocido Maragato de la Casa Regional de León en Madrid se presentaba este pasado sábado 17 de noviembre, en la que es ya su 45º edición, con una gran peculiaridad: en esta ocasión el cocido abandonó su tradicional celebración en Madrid para celebrarse en León.
El motivo no es otro que recoger el testigo que el año anterior había lanzado el Ayuntamiento, proponiendo que se celebrara en León, y así ha sido. El lugar escogido fue el conocido Club Peñalba Casino de León, en el paseo de Papalaguinda.
Y respondiendo a esa novedosa celebración en León, y no en Madrid, el mantenedor de esa edición fue el Ayuntamiento de León, en agradecimiento a su colaboración y apoyo a los leoneses en la diáspora, como ya lo fuera anteriormente la Diputación de León. Es por ello, que tras el tradicional discurso del presidente de la Casa, Alfredo Canal, el alcalde de León Antonio Silván presentó el cocido, haciendo referencia como no podía ser de otra manera a la capitalidad gastronómica que celebra este año León.
Los comensales disfrutaron de la comida y los vinos D.O Tierra de León y D.O. Bierzo, cortesía de las Bodegas Vegamora, Martín Códax, Aníbal de Otero, Godelia, Castro Ventosa, Almázcara Majara, Viñedos y Bodega Julio Crespo. Todos ellos contribuyeron a que el disfrute de todos los presentes se multiplicara.
Después de la comida, se entregaron el resto de los premios. En primer lugar a la FUNDACIÓN CEPA GONZÁLEZ DÍEZ, por la realización y promoción de actividades de carácter asistencial, cultural, educativo y social de las personas más necesitadas, así como favorecer el desarrollo económico y social de la provincia. En segundo lugar, se premió a JEANNICK-YVONNE LE MEN LOYER, por su titánica labor en la recopilación y defensa del léxico leonés, como titular en el departamento de Filología Hispánica y Clásica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León. Y en tercer lugar, se premió a MÁXIMO GÓMEZ RASCÓN, por su labor como director del Museo Catedralicio y Diocesano, y gran experto y fuerte defensor del patrimonio leonés, que ha cuidado con esmero a lo largo de tantos años.
Al final del acto, y como ocurre todos los años, los presentes se pusieron de pie para entonar el Himno a León como broche final de esta exaltación, sonando más emotivo que nunca al celebrarse en la patria chica de todos los comensales.