La Casa de la Cultura de Tornavacas acogió ayer unas jornadas sobre el Valle del Jerte dirigidas a fomentar la conservación del paisaje de cultivo aterrazado en esta comarca del norte cacereño.
Juan Pedro Recio Cuesta, doctorando en Historia, cronista oficial de Tornavacas y miembro de la Asociación Guías-Historiadores de Extremadura, y Beatriz Montalbán Pozas, profesora de la Universidad de Extremadura, fueron los encargados de hablar sobre esta disposición del terreno.
Los bancales, también conocidos en la zona como terrazas, gavias, cercas o callejas, son construcciones que se preparan en terrenos con fuertes pendientes con el fin de poder aprovechar de una manera más eficaz la tierra de cultivo, ya que en su gran mayoría se utilizan para labores agrícolas, sobre todo en agricultura de montaña.
Su creación en la zona se remonta a varios siglos atrás. Este tipo de disposición de la tierra requiere una gran cantidad de mano de obra por el uso de la piedra, puesto que se trata de paredes (muros de contención) hechos de piedra seca, de gran altura en muchos de los casos, que se va adaptando al relieve, con un mantenimiento posterior muy exigente.
Los habitantes del Valle tuvieron que crear en sus laderas, con el fin de poder desarrollar sus cultivos y sobrevivir en esta tierra con una orografía tan particular, otras formas de adaptarse al terreno.
Por ello, esta comarca no se puede entender sin sus bancales, que permiten salvar desniveles que van desde los 450 a los 2.100 metros de altitud.
El Valle del Jerte, cuya evolución ha estado ligada directamente a la vida tradicional, ha impulsado y mantenido de forma directa e indirecta un paisaje agrario de montaña vivo, asunto que se tratará en estas charlas.
Este singular paisaje modelado por la mano del hombre es una clara manifestación de interacción entre el hombre y su medio ambiente natural, habiendo hecho a lo largo de los tiempos que la comarca sea conocida por los cultivos en terraza, dejando un futuro con un paisaje vivo cultivable, tejido en bancales que, en su mayoría, están avalados por una producción totalmente artesanal.