A sólo 20 kilómetros al sur de la famosa Vinicunca, la Cordillera Arcoiris de Palccoyo es mucho menos transitada pero más fácil de acceder.
Madrid, 20 de julio de 2018 – La ciudad de Cusco está llena de paisajes asombrosos. Seguro que has oído hablar de la Montaña Arcoíris Vinicunca, famosa por sus laderas multicolores que hacen de este lugar una experiencia maravillosa para las vistas de los visitantes. Aunque desde hace poco tiempo tiene una dura competidora, la Cordillera Arcoiris de Palccoyo, un paraje de 9.000 hectáreas a 4.900 metros de altitud y que se localiza a tan sólo 20 kilómetros al sur del Vinicunca y a tres horas y media de distancia al sureste de la capital cusqueña. Una elección que no tiene nada que envidiar a su prima hermana y que convierte su exploración en una opción muy gratificante.
El Palccoyo es un tesoro de la naturaleza pendiente de conocer, incluso para los habitantes del lugar. Una formación de tres hermosas montañas de colores que no hace mucho estaba cubierta por la nieve, pero con el calentamiento global esa capa nevada ha ido despareciendo hasta poder contemplar prácticamente en su totalidad la amplia gama de pigmentos que componen sus laderas. Un rincón menos concurrido y menos exigente que cuenta con una mejor accesibilidad. Mientras que para llegar a la clásica Vinicunca se necesitan cuatro horas andando, en el caso de Palccoyo basta simplemente con una ruta de entre 40 minutos y una hora para alcanzar la plenitud de su paisaje.
En esta fascinante aventura puedes encontarte con rincones sorprendentes y auténticos como el poblado de Checacupe, famoso por sus tres puentes, todos ellos de diferentes épocas: Inca, Colonial y Republicana. Sin duda el más fascinante es el puente Inca, un puente tejido colgante construido por los incas para favorecer las rutas comerciales del imperio. Durante tu visita al Checacupe disfruta también de lo mejor de su gastronomía, como la papa o la trucha frita, o bien alojarte en una de sus casas hospedaje.
En este recorrido discurre también un templo colonial donde contemplar trabajos realizados en madera, pan de oro más una interesante colección de pinturas de la escuela cusqueña. Además en la cordillera te espera un bosque de piedras que hacen de ella un lugar más místico si cabe, más una variada fauna entre las que se incluyen especies autóctonas como la llama, la alpaca, el guanaco o el cóndor, una de las aves más grandes del mundo en su hábitat. Y si quieres completar tu instinto aventurero, a 15 minutos de Palccoyo tienes la montaña Ausangate, una experiencia igualmente muy recomendable.
En definitiva, en la Cordillera Arcoiris de Palccoyo te espera un espectáculo de colores que lo convierten en el destino ideal para todo amante del trekking sea cual sea su condición física. Aprovecha, pues este el mejor periodo del año para visitarlo, entre los meses de abril y septiembre, en la época de menos precipitaciones. ¿A qué esperas para ponerte las botas y descubrir este lugar mágico?
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