No faltan razones para viajar al País Vasco francés y visitar San Juan de Luz, tierra de contrastes, o Hendaya, por su espectacular playa.
Por todo eso os proponemos nueve motivos para terminar de convenceros:
1. Su cercanía con España
A ambas localidades, situadas a unos pocos kilómetros de la península, se puede llegar de multitud de maneras:
Por carretera, a tan solo 5 horas en coche desde Madrid, o 6 desde Barcelona.
En avión, con vuelos directos al aeropuerto de San Sebastián a partir de los 250€ según temporada. Situado a 5kms de la frontera.
En tren, desde Madrid o Barcelona hasta la frontera francesa con precios económicos para
2. Despertar el paladar
De fuerte tradición culinaria, la gastronomía en San Juan de Luz y Hendaya destaca no sólo por sus restaurantes con Estrellas Michelin, como El Kaïku o el restaurante L’Océan del Grand Hotel, sino también por sus productos autóctonos, entre los que cabe destacar los típicos macarons y Pastel Vasco de ADAM Etxea, los KANOUGAS de la Maison PARIÈS, el salchichón vasco del cerdo negro del Valle de los Aludes, o el pimiento de Espelette, entre otros productos.
3. Practicar el golf
La espectacular calidad del Green de 18 hoyos, uno de los mejores de Francia y la relevancia de los torneos que se celebran en el Club de Golf Chantaco, perteneciente a la familia LACOSTE, han otorgado a este lugar una fama internacional. Un entorno lujoso y tranquilo donde los golfistas podrán practicar o mejorar su técnica a un precio asequible.
4. Mimarse con la Talasoterapia
La región es considerada como la meca francesa de la Talasoterapia en las que poder relajar cuerpo y alma en centros especializados como:
Loreamar o Thalazur en San Juan de Luz o Serge Blanco en Hendaya, donde disfrutar de tratamientos naturales basados en el uso de agua de mar, algas y barro.
5. Vibrar al ritmo de las tradiciones
Disfrutando de los torneos de pelota vasca, en los trinquetes, Jai Alai y frontones de los pueblos. Descubriendo el Toro de Fuego, un toro de madera con antorchas a modo de astas, llevado a hombros por las calles, que debe ser evitado por la multitud y, para finalizar escuchando el corazón del pueblo vasco representado por sus coros masculinos conocidos internacionalmente, que cantan a capella acompañados por la flauta y el tambor desde la Edad Media.
6. Viajar al pasado
Con las siguientes visitas de obligada parada:
Al Castillo de Abbadia del siglo XIX, en Hendaya, diseñado por Viollet le Duc sobre un acantilado y residencia del científico Antoine d’Abbadie.
Al pintoresco puerto pesquero de San Juan de Luz donde los antiguos armadores vascos que salían a la pesca ballenera, edificaron sus palacetes frente al mar.
A la iglesia de San Juan Bautista, donde Luis XIV contrajo matrimonio con María Teresa de Austria, Infanta de España en 1660.
O visitar la casa donde nació el compositor Maurice Ravel así como la casa donde vivió el pintor Henri Matisse en 1940 en Ciboure.
7. Practicar o iniciarse en el surf
En Hendaya, donde se encuentra la que es considerada como la sexta playa más bonita de Francia, con olas asequibles para todos y para todas las edades. Es un destino perfecto para familias. Para los más diestros en la materia, recomendamos la Belharra entre Hendaya y Uruñe, una de las olas más grandes de Europa que ha atraído a la elite mundial del surf.
8. Hacer senderismo
Como la llamada Ruta de la Cornisa, unos acantilados que se extienden desde Hendaya hasta San Juan de Luz a lo largo de un litoral preservado y único donde no se puede edificar. Un costa moldeada por el Atlántico y los Pirineos desde hace millones de años, cuya riqueza geológica es mundialmente reconocida y que podemos descubrir en la Casa Asporotsttipi también llamada la casa de la cornisa.
9. Y por último…,
sus espectaculares vistas desde las cornisas tanto al mar como a la montaña, donde rodeados de la familia o amigos se puede disfrutar de una inmensa paz y tranquilidad.