El departamento médico de la aseguradora de salud Cigna ha analizado cómo actuar si se viaja fuera de España y se necesitan cuidados médicos. También expone algunas medidas de prevención para evitar contratiempos de este tipo
Cada vez más españoles pasan sus vacaciones fuera del país. Los viajes al extranjero ya suponen casi el 10% de los desplazamientos y, en el tercer trimestre del año pasado, crecieron más del 14%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las previsiones indican que esta Semana Santa las cifras seguirán creciendo, por lo que muchos españoles harán las maletas para viajar a Francia, Reino Unido, Portugal, Italia o Alemania (destinos preferidos, según los expertos).
En este caso, hay que tomar todas las precauciones posibles para evitar contratiempos, especialmente si están relacionados con la salud. El riesgo de sufrir el contagio de enfermedades peligrosas varía según el destino y el acceso al sistema sanitario también es diferente si se viaja fuera de la Unión Europea. Por ello, es importante ser precavidos y llevar en la maleta todo lo que haga falta para poner remedio a los pequeños percances que puedan producirse y facilitar la atención médica, en caso de que fuese necesaria.
Para que no cunda el pánico durante esta Semana Santa, el departamento médico de la aseguradora de salud Cigna ha analizado cómo actuar si se viaja fuera de España. El primer consejo es tramitar los documentos para recibir atención médica en el extranjero. Todos los centros públicos de la UE, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza están incluidos en la cobertura de la Tarjeta Sanitaria Europea, por lo que simplemente tendrá que solicitarse en cualquier centro sanitario español, o en el Instituto Social de la Marina si es necesario que se aporte documentación extra. Otra opción, en caso de no contar con tiempo para tramitar la expedición de la TSE, es solicitar un Certificado Provisional Sustitutorio. Este documento tiene la misma cobertura que la tarjeta, pero sólo es válido durante 90 días.
Fuera de la UE, España tiene acuerdos con Andorra, Brasil, Chile, Ecuador, Marruecos, Perú y Túnez, que garantizan la atención médica gratuita presentando un formulario que se puede solicitar en cualquier centro de atención e información de la Seguridad Social. Si el país de destino no cuenta con ningún convenio sanitario con España, como es el caso de EEUU, lo mejor es contratar antes de viajar un seguro médico que cubra algunos gastos mínimos en caso de necesitar atención médica.
Si se cuenta con este seguro de salud privado, convendrá revisar las coberturas disponibles para asistencia en el extranjero. Este tipo de productos permiten tener un servicio médico inmediato, personalizado y de calidad. No obstante, se deberán abonar los gastos derivados de la visita al médico, que serán reembolsados una vez se regrese a España. Para ello, no hay que olvidar pedir las facturas de los servicios recibidos, además de los informes médicos de la asistencia prestada.
Por otro lado, a la hora de prevenir posibles problemas médicos, hay que tener en cuenta que para viajar a algunas zonas del mundo será preciso vacunarse de algunas enfermedades contagiosas, como el cólera, la fiebre amarilla y la meningitis. Lo mejor para saber qué vacunas hay que ponerse es informarse en el centro de salud más cercano. Además, hay que ser previsores y hacerlo con tiempo, ya que alguno de estos tratamientos se aplica durante varias semanas antes del viaje, como ocurre en el caso de la Hepatitis A, cuya vacuna se administra de 2 a 4 semanas.
También es muy importante viajar con la historia médica actualizada. Si la situación se complica y es necesaria la atención médica durante el viaje, es muy importante informar a los profesionales si se está tomando algún tratamiento que pueda producir efectos secundarios al entrar en contacto con otro medicamento, o en caso de sufrir alergia a determinados compuestos. Una buena medida de prevención es informar debidamente a los acompañantes y llevar encima en todo momento un informe en papel, además de una copia digital en el smartphone. Esto puede ahorrar más de un problema por una atención médica contraproducente.
A este respecto, será preciso, además, investigar el destino en materia de medicamentos. Si se padece alguna enfermedad crónica y se viaja al extranjero, es preciso llevar consigo documentación que especifique la enfermedad, el tratamiento y los medicamentos que se estén tomando (siempre el nombre genérico), ya que puede ocurrir que dicha medicina no sea legal en el país de destino. Por otro lado, en caso de enfermar durante el viaje, también es muy importante no automedicarse, esperar a los resultados médicos y adquirir aquellos expresamente recetados. Tomar un medicamento del que no se conocen los efectos, puede provocar una reacción negativa.
Ser previsores tampoco está de más. Adquirir un botiquín que contenga un pack de primeros auxilios para salir del paso y curar una herida producida durante el viaje es algo que no cuesta nada. El turismo mochilero castiga los pies con el paso de los días, por lo que llevar un kit para curar ampollas y otras heridas producidas al caminar es requisito imprescindible para quien elija esta forma de viaje. Desde luego, no pueden faltar en el botiquín gasas, algodón, vendas, tijeras, agua oxigenada o alcohol ni un buen antiséptico. Además, es muy importante que los pacientes que estén tomando algún tratamiento farmacológico o sean propensos a sufrir determinados episodios, por ejemplo, los diabéticos, lleven reservas suficientes.
Por último, será vital prestar atención a los alimentos y agua que se consumen. Si se va a comer fuera, es conveniente elegir adecuadamente el restaurante y evitar alimentos de puestos callejeros cocinados sin ningún tipo de control sanitario. Además, se ha de procurar no cambiar drásticamente la dieta habitual y mantener cierto equilibrio. El estómago también lo notará. En cuanto al agua, si se tienen dudas de la calidad del agua del grifo, es recomendable tomar agua mineral embotellada y utilizarla no solo para el consumo directo, también para lavar frutas, verduras y cocinar. A este respecto, los hielos también son un peligro potencial, por lo que también habría que evitar el consumo de bebidas que los contengan.