Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, proliferan las fiestas y acontecimientos sociales en toda la geografía española. Una oportunidad para salir de la rutina y conocer mejor nuestras tradiciones. Rumbo, la agencia de viajes on-line líder en ventas según IATA, ha seleccionado las seis Fiestas de la Primavera más originales del panorama nacional desde 45 euros/noche de hotel.
Hasta finales de mayo, en Yecla (Murcia) se celebran las Fiestas de la Primavera y San Isidro. Son 22 días consecutivos de una fiesta muy arraigada, donde la ciudad recupera la tradición agrícola que dominó el desarrollo económico hasta mediados del siglo XX. La cabalgata de carrozas, el desfile de peñas y el acompañamiento del santo (que según la tradición llegó de forma anónima) son momentos entrañables de una fiesta abierta a la participación de todos. El típico reparto de vino y de productos de la tierra entre los visitantes muestra la generosidad de sus gentes y el deseo de compartir la fiesta.
El Festival de los Patios Cordobeses, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y Fiesta de Interés Turístico Nacional, congrega durante dos semanas a centenares (o miles) de viajeros preparados para recorrer los patios de casas típicas y cuidados con todo esmero durante muchos meses. Hasta el 18 de mayo, los viajeros pueden organizar sus visitas durante el día y disfrutar de la caída de la tarde en conversación amena, con buena compañía, música flamenca de fondo y envueltos en esencia de jazmín y azahar. Una experiencia inolvidable.
Las fiestas de La Caballada (19 de mayo en Atienza, Guadalajara) son como un retorno a la edad media. Las primeras celebraciones datan del año 1162 y conmemoran la liberación del rey Alfonso VIII por parte de un grupo de arrieros cuando, siendo un niño de apenas 4 años, su tío Fernando II de León pretendía arrebatarle el trono. La Caballada es Fiesta de Interés Turístico Regional desde 1986 y de Interés Turístico Nacional. Cada año allí desfilan trajes castellanos, capas pardas, sombreros de ala ancha y vistosas caballerías camino de la ermita en un ritual que rememora la huída del rey niño protegido por los arrieros durante siete días con sus noches. En la celebración no falta el cordero y el buen vino de la tierra.
En Carrión de los Condes (Palencia), la celebración del Corpus (30 de mayo) hunde sus raíces en el siglo XIV rodeada de luz y color, gracias a las enormes alfombras de flores y plantas aromáticas que elaboran a mano los vecinos a lo largo de las principales calles. Situado en plena Tierra de Campos y en el centro del Camino de Santiago, Carrión ofrece a los viajeros un rico patrimonio artístico y cultural. Si las alfombras son cada año más vistosas, aún es más aplaudido el esfuerzo de los vecinos y su trabajo codo con codo para engalanar las calles desde primeras horas de la mañana.
Las jornadas medievales de Briones (La Rioja) se celebran el tercer fin de semana de junio y recrean la vida castellana en pleno siglo XIV. Cientos de personas preparan su vestimenta, engalanan sus calles y se abren los portales de las casas señoriales del casco antiguo donde se recrean por unos días las labores, oficios y costumbres del pasado de Briones. Entre otros espectáculos, los más de cincuenta mil visitantes que cada año viajan a la Edad Media en Briones pueden presenciar recreaciones de la firma de la paz con Carlos II de Navarra (1379), un juicio por brujería, una ronda de soldados, las coplas de un ciego y las tareas de cuentistas, saltimbanquis, bufones y músicos amenizando la vida en las calles. En la fiesta no podían faltar las buenas tapas de la comarca, las atentas mesoneras y el Rioja.
En Soria, las Fiestas de San Juan (24 de junio) tienen como protagonistas al mundo taurino, el vino y el fuego. Los primeros testimonios escritos de estas fiestas datan del año 1110, cuando las cuadrillas se unían en procesión para acudir a la Alameda de Cervantes a compartir calderetas de toro y otras viandas. La fiesta comienza ya a prepararse el primer fin de semana de mayo, con la elección de los Jurados de Cuadrillas, el desencajonamiento (llegada de los toros), Lavalenguas (merienda en el campo y posibilidad de correr delante de los toros en la Cañada), la Compra y San Juan. Una semana de fiesta donde la ciudad, acostumbrada a la vida tranquila, apenas duerme.
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