Paseíllo y vuelta al ruedo en el soberbio coso de Toro.
Cuando accedes a la plaza donde se levanta el coso taurino de Toro cuesta trabajo reconocerlo, y es que en un primer momento pasa totalmente desapercibido, debido a que desde el exterior no se percibe la típica forma de un recinto taurino por tratarse de una obra privada cuando se construyó. Los antiguos propietarios no querían dejar visible la belleza de este monumento al alcance de los ciudadanos.
Monumento que junto con el colindante teatro La Torre ( construido 20 años después de la plaza de toros y de estilo isabelino) se construyeron con la finalidad de que sirviera como medio para recaudar fondos y poder erigir un nuevo hospital en la ciudad.
Este recinto taurino es una de las plazas más antiguas de España, se construyó en solo cuatro meses y fue inaugurada en 1828. Posteriormente el edificio pasó de manos privadas al estado hasta la actualidad.
Durante muchos años el edificio fue deteriorándose por la nula inversión. Corría el año 2001 cuando se hizo una breve remodelación simplemente para mantenerlo en pie y a pesar de haber estado abocada a la demolición y el abandono, el sentido común se impuso para rescatarla de un derrumbe seguro y finalmente en el año 2008 se iniciaron unos minuciosos trabajos de restauración que concluyeron con éxito en el año 2010 quedando totalmente remozado el edificio tal y como hoy podemos contemplarlo.
Unos trabajos excelentes con la filosofía de respetar la construcción original, hasta el punto que todas las bancadas de la plaza, tablones de madera, fueron levantados uno a uno, tornillo a tornillo para una vez terminado el periodo de restauración recolocar de nuevo en su ubicación original como si nada hubiera pasado.
El resultado es simplemente magnífico, se adivina la gran belleza de este coso impertérrita a pesar del paso del tiempo y todo el mérito se debe a la excelente rehabilitación de este monumento dirigida por arquitectos de la ciudad de Toro.
Un orgullo para los toresanos, que como Álvaro, nuestro guía durante la visita, hablan con pasión de la recuperación de este emblemático monumento de Toro, monumento sin el que no se pueden entender algunas de las tradiciones que en ella se celebran.
Entre ellas una que reúne el elemento estrella de Toro ( el vino) con el sentir de una plaza de toros, y no es otra que La fuente de vino en la que en medio de la plaza se coloca una cuba llena del néctar de los dioses y todo aquel lugareño o no que se atreva a conseguir la preciada ambrosía, el vino de la región para distribuirlo entre los asistentes al acto festivo, tiene que superar los miedos y nervios al cruzarse con una vaquilla que campa a sus anchas alrededor de la cuba desafiando a los osados participantes. Una misión para la que no todo el mundo está preparado por mucha pasión que se sienta por la ciudad de Toro durante esas ferias y fiestas de San Agustín.
Esta visita a la acogedora plaza de toros no defraudará a nadie, al contrario, acceder a este encantador ruedo dejará al visitante impresionado al contemplar tanta belleza que compite con la del anejo teatro La Torre que se puede visitar de forma conjunta con el coso taurino.
Por tanto si estás pensando en visitar las Edades del hombre déjate sorprender por estos dos de los monumentos más desconocidos por los turistas. No te defraudarán.
Más info:
Textos: EToral. Fotografías: Martínezld